POLÉMICA HOMILÍA
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Dice que lo tiene 'programado' para 2030
Obispo de Córdoba: 'La Unesco tiene programado hacer homosexual a media población'
- Pone esta teoría en boca del ministro de la familia del Papa
- Dice que aplicará la iniciativa implantando la ideología de género en escuelas
- Advierte que la sexualidad no es 'un juego de placer'
- Sobre el aborto: 'España camina orgullosa de su progreso hacia su destrucción'
"El 'ministro' de la familia en el gobierno del Papa, el cardenal
Antonelli, me comentaba hace pocos días en Zaragoza que la Unesco tiene
programado para los próximos 20 años hacer que la mitad de la población
mundial sea homosexual. Para eso, a través de distintos programas, irá
implantando la ideología de género, que ya está presente en nuestras
escuelas".
Ésta es la teoría de la conspiración global que defiende el obispo de
Córdoba, Demetrio Fernández. Lo hizo el pasado domingo, 26 de
diciembre, en la homilía que pronunció en la eucaristía de la Sagrada
Familia y cuyo texto íntegro pueden ver en el pdf adjunto. Y, además,
señala al cardenal Ennio Antonelli, ministro de la Familia del Papa,
como el autor primero de la 'teoría conspirativa' de la organización de la ONU para la infancia.
Demetrio Fernández asegura que la Iglesia "no pretende imponer a
nadie su visión de la vida y de la familia, pero pide que se respete la
visión que hemos recibido de Dios y que está inscrita en la naturaleza
humana". Y, a continuación, asegura que el cardenal Antonelli le
comentó, hace unos días en Zaragoza, que la Unesco quiere convertir en
homosexual a la mitad de la población mundial. Y en tan sólo 20 años.
¿Cómo se va a realizar esa iniciativa sin precedentes? "Para eso, a través de distintos programas, irá implantando la ideología de género, que ya está presente en nuestras escuelas".
"Es decir, según la ideología de género, -explica el obispo- uno no
nacería varón o mujer, sino que lo elige según su capricho, y podrá
cambiar de sexo cuando quiera según su antojo". Y concluye: "He aquí el
último 'logro' de una cultura que quiere romper totalmente con Dios, con
Dios creador, que ha fijado en nuestra naturaleza la distinción del varón y de la mujer".
El prelado termina la homilía arengando a sus files: "No es momento de lamentarse, sino de conocer bien cuáles son los ataques a este bien precioso y de vivir con lucidez y con coherencia lo que hemos recibido de Dios, por ley natural o por ley revelada".
Una homilía que dará mucho que hablar incluso entre los prelados y
los fieles asistentes a la gran fiesta-misa de la familia de Colón, que
se celebra mañana en Madrid, y en la que, según los organizadores,
podrían participar más de medio millón de personas.
La sexualidad no es "un juego de placer"
En la primera parte de su larga homilía, el prelado de Córdoba, que pasa por ser uno de los más conservadores del episcopado español, hace, además, una fundamentación teológica y espiritual de la familia como "Iglesia doméstica", porque "en el plan amoroso de Dios, la familia constituye un pilar fundamental de nuestra vida y de nuestra convivencia".
Un plan de Dios en el que, según el obispo, "la familia consiste en
la unión estable de un varón y una mujer, que se aman y se profesan amor
para toda la vida. Unión santificada por la bendición de Dios en el
sacramento del matrimonio, cuyo vínculo es fuente permanente de gracia y
es irrompible, es decir indisoluble. Unión que por su propia naturaleza
está abierta a la vida y suele desembocar en el nacimiento de nuevos
hijos que completan el amor de los padres y constituyen como la corona
de los padres".
Una donación mutua que, a juicio de Demetrio Fernández, se "expresa
incluso en la donación corporal, en el lenguaje de la sexualidad". Eso
sí, una sexualidad que no puede ser entendida "como un juego de placer",
porque, entonces, "este proyecto de Dios sobre el hombre se arruina".
Para el obispo, "el placer que acompaña a la relación sexual no puede convertirse en valor absoluto de las relaciones del varón y la mujer.
Cuando lo único que se persigue es el placer, la satisfacción de uno
mismo, el otro se convierte en objeto, y el amor se convierte en
egoísmo. La sexualidad entonces es el lenguaje del egoísmo, del egoísmo
más terrible, porque utiliza al otro para su propio provecho".
El obispo de Córdoba subraya, a continuación, que la relación sexual
entre los esposos debe estar siempre abierta a la vida. "La Encíclica
Humanae Vitae enseña claramente esta doctrina, y -¡ay de nosotros!-, si
la extorsionamos diciendo lo contrario o dejando a la conciencia de cada uno que haga lo que quiera".
Y de ahí que llegue a reconocer que algunos curas no respetan esa
doctrina de la Iglesia. "Hemos de pedir perdón a Dios porque en este
punto obispos, sacerdotes y catequistas no hemos anunciado con fidelidad
la doctrina de la Iglesia, la doctrina que salva y hace felices a los
hombres".
'Caminando hacia la autodestrucción'
"En el desierto demográfico que padecemos, en el que el mundo
occidental se muere de pena, todos tenemos nuestra parte de culpa. No
sólo los legisladores y los políticos por no favorecer la familia
verdadera, sino también los transmisores de la verdad evangélica
(obispos-presbíteros-catequistas) por haber ocultado o negado la
doctrina de la Iglesia en este punto", subraya clamando un 'mea culpa'
por haber conducido al mundo a consecuencias dramáticas y desastrosas.
La prueba más evidente es, según el prelado cordobés, que "España lleva muchos años con el índice de natalidad más bajo del mundo,
y desde que se ha introducido el aborto hay más de un millón de muertos
por este crimen abominable. Por este camino, España y los países
occidentales tan orgullosos de su progreso caminan hacia su propia
destrucción".
A ello han contribuido asimismo "las facilidades para el divorcio,
para la anticoncepción en todas sus formas, para el aborto incluso con
la píldora del día después repartida gratuitamente como anticonceptivo,
son otros tantos ataques a la familia, al proyecto amoroso de Dios sobre
la familia y la vida".
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/01/01/espana/1293911620.html
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