FUNDAMERCED

domingo, 16 de diciembre de 2012

CRIMINOGENICA: MANIFIESTO CRIMINOGENICO TRADICIONISTA





  MANIFIESTO 
CRIMINOGÉNICO 
TRADICIONISTA

A propósito de los ataques armados perpetrados en centros educativos el pasado Viernes 14-12-2012: Evidencia de la perentoria necesidad de un cambio paradigmático en la Criminología, que a su vez produzca eficaces medidas de política criminal para controlar y reducir el fenómeno criminal.

      El pasado Viernes 14-12-2012 fuimos sorprendidos casi simultáneamente por dos violentos eventos, y ambos relativos a ataques armados perpetrados en centros educativos.  Uno de estos, el tiroteo que se convirtió en matanza en una escuela elemental en Newtown, Connecticut, Estados Unidos, con saldo de veintisiete (27) víctimas fatales, veinte (20) niños entre ellos, con edades comprendidas entre los cinco (5) y los diez (10) años de edad; el otro, veintidós (22) niñas heridas con cuchillo a la entrada de una escuela pública en Chenpeng, Provincia Central de Henan, en Xinyang, China. Respecto a este segundo evento quizás no conozcamos mayores detalles, dado que hasta en Internet la información existente es bastante exigua.  Sin embargo, ambos guardan estrecha relación, criminológicamente al menos. 

      En efecto, uno y otro incidente constituyen el signo inequívoco de la existencia de un problema latente en la estructura misma de la sociedad; ya no se trata de determinar por qué delinquió un sujeto hasta ese entonces dócil y apacible, sin antecedentes previos de  peligrosidad, o sí es necesario restringir o prohibir la adquisición, porte y detentación de las armas de fuego; y no se trata ya de eso por cuanto quién hirió a las niñas en la escuela china bajo comentario, las hirió con un arma blanca y en estado de enajenación mental, pero no ese tipo de enajenación mental usual en nuestro cultura occidental, sino una muy peculiar entre los pueblos asiáticos, provocada por una especie de stress y que pudiera corresponder al denominado “Síndrome Amok”, y que consiste en una súbita y espontánea explosión de rabia salvaje, que hace que la persona afectada corra locamente, armada, y ataque, hiera o mate indiscriminadamente a las personas o animales que aparezcan a su paso, hasta que el sujeto es inmovilizado o se suicida. Por tanto, cómo podrá ser advertido, para evitar estos incidentes criminales no bastará entonces con restringir el tráfico de armas, o prohibirlas; más bién se debería evitar que los individuos se frustren o mejor, procurar que los individuos se abstengan de incurrir en actos hostiles o agresivos aún cuando estén frustrados.

        Ahora bién, afirmamos que esa especie de incidente constituye signo inequívoco de la existencia de un problema latente en la estructura misma de la sociedad por cuanto, en principio, sólo podrían ocurrir esporádica y excepcionalmente; no obstante, están ocurriendo frecuentemente, tanto en los Estados Unidos, como en China; quizás en otros países la “solución” adoptada sea otra, como el suicidio, como ocurre en Corea del Sur y en Chile, dónde las tasas han crecido vertiginosamente; pero ambas “soluciones” corresponden al mismo efecto:  Existe un problema estructural a nivel social, y el individuo en su impotencia para librarse de su frustración, e impelido a resolverla por sus propios medios, libera entonces su agresividad, dándole rienda suelta, atacando a otros, o atacándose a sí mismo.

          Vivimos en sociedad bajo la presunción de formar parte de un todo orgánico, y bajo la presunción de que ese todo orgánico qué es la sociedad nos coadyuvará  a alcanzar nuestras metas, bajo determinadas condiciones de orden y de paz; de esta presunción nace el Derecho, fundamentado en el Orden, la Coexistencia Pacífica y el Bien Común, y persiguiendo el Derecho sus fines, a saber: La Integración y Conjugación disciplinada y coordinada de las fuerzas individuales de cada quién, mediante la Convivencia Pacífica para obtener y alcanzar el Bien Común; es así como surge entonces la figura del Estado de Derecho, conformado a su vez por la Justicia, el Bien Común y la Seguridad Jurídica.   De allí que toda perturbación a esa paz y a ese orden social sea punible, por quebrantar precisamente esas condiciones cuya existencia han de serle garantizadas a todo individuo; y de allí igualmente que todo individuo deba ejercer y ejecutar una función específica dentro de la estructura de esa sociedad; empero, esa estructura social, idealizada como una especie de engranaje, dejó de funcionar eficientemente, y comenzó a funcionar torpemente.

      A riesgo de resultar grosero, estimamos que ese mal funcionamiento comenzó a hacerse patente con el surgimiento de la materialización de los derechos igualitarios; por vía de ejemplo, hasta los asesinos en masa gozan de Derechos Humanos, y hemos de respetárselos.  En la práctica, ese mal funcionamiento es palpable cotidianamente: Nadie se ocupa de producir, y llegará el momento en que todos querrán ocuparse vendiendo baratijas, atendiendo mesas en restaurantes o manejando taxis, pervirtiendo así todo el circuito económico; como sociedad hemos rebajado nuestros referentes culturales, de doctos sabios hemos pasado a orientarnos por las celebridades artísticas o deportivas, y de allí a los niños y niñas; en cuanto a valores y principios morales, desterramos a Dios de nuestras vidas y escuelas, errando ahora sin rumbo ni Norte; y en cuanto a la Noosfera, que según Teilhard de Chardin nos debía conducir al Punto Omega, nos permite más bién pervertirnos más que antes, transculturizándonos,  alienándonos cada vez más al encerrarnos más y más en nosotros mismos, tornándonos más frívolos y narcisistas, más egoístas y hedonistas.

         De manera pues, sí hemos de preservar la existencia de nuestras sociedades, ahora globalizada, debemos procurar primeramente su eficaz funcionamiento; para ello, es menester sea garantizada la existencia de esas condiciones de paz y de orden social requerido por todo individuo para su desenvolvimiento y desarrollo personal, y uno de los requisitos previos para evitar perturbaciones sociales es casualmente la socialización del individuo, tanto en su hogar como en los recintos escolares; este mecanismo quizás nos permitirá distinguir a quienes posean características que denoten proclividad criminal, dado que el bullying es sencillamente una faceta del mobbing, y el mobbing en sí el germen del fenómeno criminal. Por supuesto, para que la socialización sea eficaz, se hace necesario conocer primeramente cuál habrá de ser el contenido a ser impartido como pauta social o cultural, y se supone entonces que habrá de ser formulado de algún modo, para evitar así sean inculcadas pautas inaceptables socialmente tales como, verbigracia, que obtener dinero es la máxima prioridad, dado que ese es el objetivo tanto de narcotraficantes como el de las chicas prepago.  

         Concluyendo, concientizar al individuo respecto a la responsabilidad de sus actos ha de convertirse en el paradigma de la Criminología; hasta ahora, cada vez que alguién delinque, se le excusa por suponer que es una víctima del Destino o de alguna anomalía somática o de lo que sea; siempre lo defienden aduciendo que algo lo afectó en la niñez, o que la madre o la novia lo abandonó; y por lo general, el sujeto reincide, y reincide otra vez.   Esa permisividad al estilo del Dr. Spock (no el de “Stars Trek”) ha socavado el sistema, llevándolo al lamentable estado anómico actual. Y todavía tenemos que enfrentarnos a lo que han denominado “la nueva normalidad”. 

         Finalmente, un exhorto y una invitación: En Criminología deberíamos centrar nuestra atención en establecer qué es aquello que impediría al individuo pasar al acto criminal; hasta ahora nos hemos ocupado en tratar de establecer que es aquello que distingue al delincuente del no-delincuente, y quizás ocurra que esa diferencia sea inexistente a nivel somático o bio-psíquico, una quimera; estimamos que quizás exista en el entorno, en la cultura, en aquello que nos transmiten, tanto de generación en generación, como por presión social.  De allí el nombre de la corriente que hemos instaurado: “Movimiento Criminogénico Tradicionista”



JAIME VARGAS
DIRECTOR GENERAL DE FUNDAMERCED

Venezuela, Domingo 16 de Diciembre de 2012.


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