Las pandillas son la nueva ley en la Trinidad y Tobago urbana
Escrito por Erika Johnson * Martes, 22 Octubre 2013
Policía en Trinidad y Tobago |
El 11 de septiembre, la brutal decapitación de un hombre, que según la
policía era una advertencia a los pandilleros, es un ejemplo del
reciente aumento en la brutalidad, que de por sí ya es significativa, de
la actividad pandillera en Puerto España. En la actualidad existe una
tendencia hacia la llamada "metodología suramericana de la guerra", en
el que las decapitaciones y otras formas extremas de violencia son la
regla general en el tratamiento de las pandillas rivales; tan sólo el
14,3 por ciento de los jóvenes de Trinidad y Tobago confía en su
satisfacción con la policía[1].
Además, a mediados de agosto se produjo un incidente en el que seis
personas murieron en un período de 24 horas, en una "guerra territorial"
que atrajo el nivel de atención que generalmente reservan los medios
para las actividades pandilleras en países más desarrollados. La
actividad de las pandillas en los países del Caribe ha sido ignorada
pese al hecho de que "las pandillas en Jamaica y Trinidad y Tobago se
han vuelto tan omnipresentes, que representan un desafío a la soberanía
del Estado"[2].
El primer ministro de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar del
partido Congreso Nacional Unido, se reunió con el líder de la oposición,
el Dr. Keith Rowley, para discutir la manera de abordar la situación,
pero esto fue un suceso inusual, y lo más seguro es que la decisión de
simplemente aumentar la fuerza policial no tenga un efecto permanente
sobre la persistente presencia de las pandillas en Trinidad. La
violencia es un problema grave en las islas, pero orientar los esfuerzos
únicamente a este problema no es una reforma eficaz.
Las pandillas en Trinidad y Tobago, específicamente en las áreas de
alto riesgo como la capital y Laventville, se han institucionalizado
tanto que son una amenaza para, y en algunos casos controlan, las
infraestructuras cruciales del país. Las pandillas en el Caribe,
principalmente en Trinidad y Jamaica, tienen un efecto poco común y, en
últimas, mucho más peligroso en sus alrededores. Independientemente de
su tamaño, el cual es sorprendente desproporcionado en relación a su
devastador impacto, todas las pandillas en Trinidad tienen más capacidad
de penetración que las que se encuentran en países desarrollados, y se
han convertido en instituciones sociales que van más allá de los fines
sociales y están llegando a parecerse a pequeñas formas de gobierno.
Una organización única
Actualmente hay más de 100 pandillas en Trinidad y Tobago, un pequeño
país formado por dos islas y una población total de poco más de 1,3
millones de habitantes[3]. Una de las pandillas más grandes, Jamaat al Muslimeen, cuenta con 600 miembros bajo un solo jefe anónimo[4].
Lo inusual de este capo, sin embargo, es que él es también
propietario de un concesionario de autos, un trabajo que ofrece lo
suficiente para un adecuado modo de vida en sí mismo. La explicación de
su participación en una organización criminal violenta parece ser que,
además de los incentivos económicos, las pandillas ofrecen un nivel de
poder comparable a una carrera política, donde "estos grupos pueden ser
la única fuente de servicios sociales y judiciales eficaces para las
comunidades en las que operan y como resultado, estos jefes criminales
terminan convirtiéndose en una especie de líderes comunitarios"[5].
Estos "servicios sociales y judiciales" tienen un alcance
sorprendente. El 81 por ciento de los pandilleros interrogados en una
encuesta realizada por la Revista International Criminal Justice de la
Universidad Estatal de Georgia (Estados Unidos) informó que las
pandillas en Trinidad llevaban a cabo reuniones regulares, en
comparación con el 50 por ciento de sus contrapartes en Estados Unidos,
pero las actas de estas reuniones son lo que realmente hacen la
diferencia[6].
Los pandilleros que han avanzado en las filas imparten disciplina a los
miembros de rangos menores por romper sus leyes, simplemente porque sus
acciones no fueron autorizadas, a menudo usando el homicidio como
herramienta de castigo por estas indiscreciones, como lo harían con
miembros de una pandilla rival. Además, en ausencia de un sistema
jurídico, las pandillas tercerizan su justicia en situaciones tan
triviales como los padres que castigan a sus hijos. Estos (en su
mayoría) hombres son tan educados como cualquier otra persona (61,9 por
ciento terminó la escuela secundaria, en comparación con el 64,2 por
ciento de los no pandilleros), consiguen parte de sus ingresos de
fuentes legítimas y ayudan a hacer cumplir las normas de la comunidad,
por lo cual no son pandillas callejeras comunes, sino más bien
instituciones criminales organizadas con importantes funciones sociales[7].
Las pandillas de Trinidad y Tobago se han infiltrado en el gobierno
oficial y crearon una administración paralela –al menos en los centros
urbanos– de violencia y orden estricto, sin ninguna señal de ética o de
capacidad para abordar el bienestar.
La estructura proporcionada por las pandillas altamente organizadas
tiene tintes del tipo de criminalidad mafiosa y de collar blanco, que
tiende a ser perjudicial sobre todo para los dueños de negocios, sin
embargo, el estilo atípico de las pandillas de Trinidad y Tobago inflige
problemas sobre la sociedad, que están por encima y más allá de las
concepciones populares del crimen organizado. El jefe mencionado
anteriormente ha usado su condición de “líder comunitario" para
autorizar muchos tiroteos este mes por contratos gubernamentales. Aparte
de sus actos violentos, estas organizaciones criminales toman de los
necesitados y controlan programas legítimos destinados a ayudar a la
población de Trinidad y Tobago. El Programa de Alivio al Desempleo del
país (URP, por sus siglas en inglés) se creó para proporcionar ayuda, de
una forma productiva, para aquellos que no pueden ganarse la vida por
sí mismos "pagando a los desempleados para realizar tareas de servicio
público, como el arreglo de las aceras y desagües", pero incluso se cree
que este programa está bajo el control de las pandillas y es usado para
la financiación de la criminalidad, "un número de homicidios han sido
rastreados a conflictos relacionados con el URP"[8].
La asistencia para el desempleo es sólo un ejemplo de una tendencia
más amplia, donde la competencia por los contratos de desarrollo provoca
un aumento de la violencia entre las pandillas. Un artículo publicado
el 21 de agosto por Stabroek News cita una fuente que menciona con
indiferencia un tiroteo por un contrato y la competencia por otro para
construir una cancha de baloncesto en Duncan Street, una de las zonas
más complejas de Puerto España, así como la ubicación de seis homicidios
que dio lugar a la reciente atención de las autoridades a las pandillas[9].
Cualquier estructura que las pandillas ofrecen a Trinidad y Tobago se
ve ensombrecida por los efectos tóxicos que infligen a las
instituciones legítimas, ya que "la violencia e intimidación que reina
en estas zonas urbanas [obstaculiza] el desarrollo de organizaciones
comunitarias democráticas y, en última instancia, la capacidad de la
población para mejorar sus condiciones de vida y el desarrollo social, a
pesar de los beneficios a corto plazo que podrían obtener a través de
la cooperación [con las pandillas]"[10].
Hayan o no externalidades positivas, la cultura pandillera ha
convertido a los programas comunitarios bien intencionados en
combustible para luchas de poder entre los grupos violentos que intentan
colonizar los centros urbanos.
La ausencia de un gobierno legítimo
Casi tan perjudicial como la actividad pandillera es la incapacidad
del gobierno de Trinidad y Tobago para tratar efectivamente con éstas.
Durante la sesión de apertura del Parlamento el 3 de agosto, el primer
ministro Persad-Bissessar declaró como un objetivo detener la "creciente
anarquía" en el país[11].
El líder opositor, Dr. Keith Rowley, quien se reunió con el primer
ministro ese mismo mes para discutir el mismo tema, respondió a las
declaraciones de Persad-Bissessar con la afirmación de que lo que podía
hacer el Parlamento era hacer leyes, y que el colapso de la ley y orden
sucede en la aplicación de éstas. No obstante, es importante señalar que
la legislación aprobada por el gobierno para luchar contra la
delincuencia local, tales como la "Ley antipandillas de 2012", ha
demostrado ser ineficaz. Una de las disposiciones de la ley establece
que un individuo que posea un chaleco antibalas legalmente obtenido
puede ser condenado a 15 años de prisión si se "cree que pueda ser
utilizado para el beneficio de, o bajo la dirección de, una pandilla"
–un ejemplo de varios decretos que son hiperbólicos e inaplicables[12]–.
Una ley antipandillas es difícil de manejar para cualquier gobierno
debido a que el objetivo es difícil de definir, más aún cuando se trata
de organizaciones arraigadas en la sociedad.
La Ley antipandillas, en ultimas, perjudica más de lo que ayuda.
Facilita las detenciones masivas y la escalada de la violencia, pero no
facilita la condena de un gran número de criminales: después de los
tiroteos a mediados de agosto, la policía detuvo a más de 100 personas,
59 de los cuales fueron puestos en libertad de inmediato, y al menos 42
quedaron bajo detención, pero no arrestados[13].
Además de esto, su aplicación tiene como objetivo la violencia
callejera, que invita a las represalias de la policía de la misma forma.
El resultado son los abrumadoramente bajos niveles de confianza en la
policía que tiene la población actualmente[14].
Estos sentimientos de falta de aplicación de la ley están
garantizados. El 4 de septiembre en Beetham Gardens, la policía disparó y
mató a Christopher Greaves, un joven de 23 años de edad y trinitario,
un incidente de brutalidad policial que inspiró disturbios en toda la
ciudad, a través de los que la población pedía justicia[15].
La respuesta de la policía, declarando el área una zona de guerra y, de
nuevo usando la violencia a través de disparos y gases lacrimógenos, es
un ejemplo de lo caricaturesco de la aplicación de la ley en Trinidad y
Tobago, que debe ser remediada. La corrupción y las tácticas
contraproducentes no son nuevas y, aunque el primer ministro
Persad-Bissessar señaló que la anarquía está en aumento, es un problema
que ha existido mucho antes de que asumiera su mandato en 2010.
La BP, una de las más de 20 compañías de petróleo y gas que operan en
Trinidad y Tobago, afirma que ha "cambiado su enfoque de la filantropía
a apoyar el desarrollo a largo plazo (...) fomentando la capacidad de
las ONG locales y las organizaciones comunitarias a través de la
formación continua, ayudándoles a impulsar la mejora de la comunidad en
sus propias áreas"[16].
Si bien la compañía ha creado 900 puestos de trabajo en Puerto España,
programas como el de BP, que en teoría podrían ser muy beneficiosos para
Trinidad y Tobago, pueden no estar teniendo el efecto deseado. Con
suerte, van a contribuir a la formación de las instituciones
alternativas necesarias para socavar la actividad pandillera sistémica
del país. Un proceso mucho más riguroso para la repartición de contratos
gubernamentales y programas comunitarios, así como la creación de
instituciones alternativas para los jóvenes en situación de riesgo,
pueden ayudar más a combatir las pandillas que asolan gran parte de
Trinidad y Tobago.
La legislación antipandillas es uno de los principales objetivos del
Parlamento en esta sesión legislativa. No es posible determinar si se
aprobará una legislación completa en el corto plazo, debido al mal
historial del gobierno en el tema, evidenciado por la Ley Antipandillas
de 2011 citada más arriba. Por otra parte, el gobierno también tiene que
hacer frente a otras cuestiones relacionadas con la seguridad nacional,
como la violencia policial y las detenciones excesivas, u optar por
innovar a partir de sus acciones pasadas. Como está el panorama
actualmente, las pandillas tienen un control más fuerte en la población
de Trinidad y Tobago que su propio gobierno.
Fuentes
[1] "Beheading is warning from Trinidad gang members—Police" Caribbean360. Septiembre 11, 2013. Acceso en: septiembre 13, 2013. http://www.caribbean360.com/news/trinidad_tobago_news/1012846.html#axzz2fG5u4B66; Johnson,
D., King, W.R., Katz, C.M., Fox, A.M., & Goulette, N. "Youth
Perceptions of the Police in Trinidad and Tobago." Caribbean Journal of
Criminology and Public Safety 13 (1&2): 217-253, 2008.
[2] Manwaring, Dr. Max G. A contemporary challenge
to state sovereignty: Gangs and other illicit transnational criminal
organizations in Central America, El Salvador, Mexico, Jamaica and Brazil. Carlisle, PA: Strategic Studies Institute, 2007.
[3] Trinidad and Tobago Population Clock. Country Meters. Acceso en: septiembre 23, 2013.http://countrymeters.info/en/Trinidad_and_Tobago/
[4] "Port of Spain gangs 'colonising' Trinidad…600
soldiers under boss" Stabroek News. Agosto 21, 2013. Acceso en:
septiembre 23, 2013. http://www.stabroeknews.com/2013/news/regional/08/21/port-of-spain-gangs-colonising-trinidad600-soldiers-under-boss/
[5] Charles Parkinson. "Pandillas de Trinidad en
violenta disputa por contratos gubernamentales" InSight Crime. Agosto
21, 2013. Acceso en: septiembre 24, 2013. http://es.insightcrime.org/noticias-del-dia/pandillas-de-trinidad-en-disputa-biolenta-por-contratos-gubernamentales
[6] Katz, Charles M., Maguire, Edward R., &
Choate, David. A Cross-National Comparison of Gangs in the United States
and Trinidad and Tobago. Universidad del estado de Georgia:
International Criminal Justice Review, p. 10, 1-20, 2011.
[7] Ibíd.
[8] Ibíd; "The gangs of Trinidad and Tobago" Trinidad and Tobago Newsday. Marzo 18, 2013. Acceso en: septiembre 13, 2013. http://www.newsday.co.tt/letters/0175004.html
[9] Ibíd, "Port of Spain gangs 'colonising' Trinidad…600 soldiers under boss";
Maguire, E. R., King, W. R., Johnson, D., & Katz, C. M. Why homicide clearance rates decrease: Evidence from the Caribbean. Policing and Society, 2010.;
Maguire, E. R., Willis, J., Snipes, J., & Gantley, M. Spatial concentrations of violence in Trinidad and Tobago. Caribbean Journal of Criminology and Public Safety, 13, 48-92, 2008.
[10] The University of the West Indies. St.
Augustine: International Conference on Gangs, Violence and Government,
noviembre 3-4, 2011. Acceso en: septiembre 23, 2013.http://sta.uwi.edu/conferences/11/gangviolence/
[11] Clint Chan Tack. "New war against gangs" Trinidad and Tobago Newsday. Agosto 3, 2013. Acceso en: septiembre 13, 2013. http://www.newsday.co.tt/news/0,181661.html
[12] Anti-Gang Act of 2011, Act No. 10 of 2011. Prmera Sesión Décimo Parlamento de la República de Trinidad y Tobago. Acceso en: septiembre 23, 2013. http://www.ttparliament.org/legislations/a2011-10.pdf
[13] "Trinidad and Tobago: Excited reactions belie
decline in murder rate" Latin News. Septiembre 4, 2013. Acceso en:
septiembre 11, 2013. http://www.latinnews.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=57574&uid=55646&acc=1&Itemid=6&cat_id=792587%20
[14] Maguire, E. R., Willis, J., Snipes, J., &
Gantley, M. Spatial concentrations of violence in Trinidad and Tobago.
Caribbean Journal of Criminology and Public Safety, 13, 48-92, 2008;
Katz, C. M., & Fox, A. M. Risk and protective factors associated with gang involved youth in a Caribbean nation: Analysis of the Trinidad and Tobago Youth Survey. Pan-American Journal of Public Health/Revista Panamerica de Salud Publica, 27, 187-202, 2010; Townsend, D. No other life: Gangs, guns and governance in Trinidad and Tobago. Geneva: Small Arms Survey, 2009.
[15] Rickie Ramdas. "Police shooting prompts
violent protests in Trinidad." Caribbean News Now. Septiembre 4, 2013.
Acceso en: octubre 7, 2013. http://www.caribbeannewsnow.com/topstory-Police-shooting-prompts-violent-protests-in-Trinidad-17510.html
[16] "BP in Trinidad and Tobago." BP.com. Acceso en: septiembre 18, 2013.http://www.bp.com/en/global/corporate/about-bp/bp-worldwide/bp-in-trinidad-tobago.html
El presente post fue publicado por @InsightCrime_es (http://es.insightcrime.org/analisis/las-pandillas-son-la-nueva-ley-en-la-trinidad-y-tobago-urbana); y apareció originalmente en Council on Hemisferic Affairs
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