Construyendo el concepto de "Pedagogía Criminológica"
Post by Agustin Salgado On 16 Febrero 2013
en "Criminología y Justicia"
La escuela como ente socializador sienta las bases del desarrollo
psíquico del sujeto conjuntamente con la familia, que como aparatos
ideológicos del Estado, están siendo rebasados por el fenómeno criminal
que existe a nivel global. Es así como la pedagogía criminológica surge
de la necesidad de una intervención temprana de prevención de conductas
antisociales, que mediante un fundamento ecléctico-filosófico y
teórico-científico, sienta las bases para su desarrollo y consecuente
aplicación, mediante el desarrollo de estrategias contextualizadas a
cada entorno y necesidades propias.
Desde su génesis la pedagogía criminológica está dirigida a ambientes
escolarizados, sin embargo, puede ser adaptada en casos especiales; la
prevención en este sentido no se debe limitar a determinados tópicos
formales. El sistema educativo deberá evolucionar para afrontar los
retos que implica la proliferación de conductas antisociales, cada vez
más generalizadas.
La formación proporcionada por la pedagogía criminológica deberá ser
ecuánime, compasiva e impregnada de sabiduría, combatiendo firmemente el
abuso infantil y la depresión que este fenómeno causa a las victimas,
se deben disminuir las emociones destructivas, que propician ansiedad,
angustia, miedo y actitudes egocéntricas muy acentuadas. La educación
deberá desarrollar la habilidad para que se controlen las emociones
negativas, para que no vayan más allá de lo estrictamente necesario,
disciplinándolas racionalmente para volver a tener estabilidad
emocional.
La pedagogía criminológica deberá enfocar su análisis en la
regulación de las emociones que permita equilibrio interior en el
sujeto, para que se puedan afrontar favorablemente la frustración, el
estrés y el miedo, que cada vez están más presentes en la vida
escolar; deberá evitar que la escuela propicie el rechazo de los
alumnos, por haber roto las reglas, por el contrario deberá procurar la
integración escolar, para que este individuo no “termine” con
resentimiento social, debe procurarse la sana convivencia desde las
aulas, propiciando relaciones interpersonales afectivas, respetuosas,
generando en el individuo la habilidad de un armónico actuar,
“nutriéndole” con confianza.
El fenómeno criminal se extiende cada vez con mayor intensidad en
todas las culturas. La pedagogía criminológica debe llevar a la praxis
educativa de manera global, adaptada a cada contexto cultural, surgiendo
por la necesidad estructurada de anticipación conductual nociva.
Sobre el Autor:
No hay comentarios :
Publicar un comentario