¿Existe realmente el libre albedrío?
Tom Stafford
BBC Future
22 agosto 2015
En 1983, Benjamin Libet desató una controversia con su
demostración de que nuestra sensación de libre albedrío podría ser
una ilusión.
Y es una controversia que, con el correr del
tiempo, solo ha ido en aumento.
El experimento de
Libet tiene tres
componentes vitales: una
elección, una medición de la actividad cerebral y un reloj.
La elección es mover el brazo izquierdo o el
derecho.
En la versión original la decisión se hace al girar la muñeca. En otras
versiones de la prueba se hace levantando un dedo de la mano izquierda o de la
derecha.
A
los participantes se les instruye a "dejar que el impulso (de hacer el
movimiento) aparezca por sí solo en cualquier momento, sin ninguna
planificación previa o sin tener que concentrarse sobre cuando actuar".
Medición crucial
El
tiempo exacto en el que uno hace el movimiento queda registrado al activarse
los músculos del brazo.
La medición de la actividad cerebral se hace
por medio de electrodos sobre el cuero
cabelludo.
Puede que te parezca que estás en control de tus acciones, ¿pero no se tratará de una ilusión? |
Cuando los electrodos
se colocan por encima de la corteza motora (aproximadamente en el medio de la
cabeza) una señal eléctrica distinta aparece entre la derecha y la izquierda,
al planificar y ejecutar el movimiento en cualquiera de los dos lados.
El reloj está especialmente diseñado para
permitir que los participantes perciban cambios de menos de un segundo y consiste de un solo
punto que se desplaza dando vueltas a la circunferencia cada 2,56 segundos.
Esto significa que al reportar la posición se está reportando el tiempo.
Si
suponemos que puedes reportar la posición exactamente a un ángulo de 5 grados,
esto significa que puedes usar este reloj para dar un reporte del tiempo en
menos de 36 milisegundos, es decir 36 milésimas de un segundo.
Mezclando esos ingredientes, Libet realizó una
medición crucial extra. Les pidió a los
participantes reportar, utilizando el reloj, el
punto exacto cuando tomaron la decisión de hacer el movimiento.
Resultado explosivo
Desde hacía varias
décadas los fisiólogos ya sabían que
una fracción de segundo antes de hacer un movimiento ocurre un cambio en las
señales eléctricas en tu cerebro.
Y
así fue en el experimento de Libet, en el que menos de un segundo antes de que
los participantes se movieran un cambio probado podía quedar registrado
utilizando los electrodos.
Si realmente creyéramos de todo corazón que la mente está basada en el cerebro, entonces sabríamos que todo cambio mental debe tener un cambio correspondiente en el cerebro. |
Sin
embargo, el resultado explosivo se produjo cuando los participantes reportaron
su decisión de hacer el movimiento. Esto ocurrió entre el cambio eléctrico en
el cerebro y el movimiento real.
Esto
significa, tan seguro como que toda causa tiene un efecto, que la sensación de
decidir no podía ser un reporte preciso de lo que estaba causando el
movimiento.
El
registro de electrodos mostró que, en cierto sentido, la decisión ya había sido
tomada antes de que los participantes estuviesen conscientes de ejecutarla. Las
señales del cerebro estaban cambiando antes de que ocurriese la experiencia
subjetiva de tomar una decisión.
Y
eso encendió la polémica. ¿Ya los cerebros de los participantes habían tomado
la decisión? ¿Era la sensación de escoger simplemente una ilusión?
Intuiciones dominantes
Hay
mucho más que discutir sobre la neurociencia y el libre albedrío que este único
experimento, pero su simpleza permitió atrapar la imaginación de muchos de los
que piensan que nuestra condición como criaturas biológicas limita nuestra
libre voluntad.
Igualmente,
de quienes argumentan que el libre albedrío sobrevive el reto de tener nuestras
mentes basadas firmemente en nuestros cerebros biológicos.
Parte
de la atracción del experimento de Libet se debe a dos intuiciones dominantes
que tenemos acerca de la mente. Sin estas intuiciones el experimento no
parecería tan sorprendente.
La
primera intuición es la sensación de que nuestra mente es una cosa separada de
nuestro ser físico, un dualismo natural que nos empuja a creer que la mente es
un lugar puro, abstracto, libre de limitaciones biológicas.
Pensar
un instante en la última vez que andabas de mal humor porque estabas hambriento
hace añicos esta ilusión, pero yo argumentaría que sigue siendo un tema
persistente en nuestra forma de pensar.
No hay razones para pensar que somos reporteros fidedignos de todos los aspectos de nuestras mentes. |
¿Por
qué otra razón seríamos los menos sorprendidos de que es posible encontrar
correlaciones neurales de eventos mentales?
La
segunda intuición generalizada, que nos deja sorprendidos por el experimento de
Libet, es la creencia de que conocemos nuestra propia mente, que nuestra
experiencia subjetiva de tomar decisiones es un reporte exacto de cómo se tomó
esa decisión.
Ilusión
La
mente es como una máquina. Siempre que funcione bien, nos sentimos alegremente
ignorantes de cómo lo hace. Es solo cuando surgen errores y contradicciones que
nos llama la atención mirar bajo el capó.
Y así surgen interrogantes como: ¿Por qué no vi esa salida?
¿Cómo pude olvidar el nombre de esa persona? ¿Por qué la sensación de decidir
ocurre después de los cambios del cerebro asociados con la toma de decisiones?
No hay razones para pensar que somos reporteros fidedignos de
todos los aspectos de nuestras mentes. De hecho, la psicología nos da muchos
ejemplos de casos en los que muchas veces nos equivocamos.
La
sensación de decidir en el experimento de Libet podría ser una completa
ilusión. Quizás la verdadera decisión está hecha de alguna forma "por
nuestro cerebro" o tal vez simplemente sea que la sensación de decidir
está atrasada con respecto a nuestra decisión real.
Solo
porque reportamos erróneamente el momento de la decisión no quiere decir que no
estuvimos íntimamente involucrados en tomarla, en el sentido significativo que
eso pudiese tener.
Algunos creen que nuestro ser biológico limita nuestra libre voluntad. |
Cada
año se escriben más cosas sobre el experimento de Libet. Es algo que ha generado
una industria académica que investiga la neurociencia del libre albedrío. Hay
muchas críticas y refutaciones con un intenso debate sobre cómo – y si lo es -
es relevante para la libertad de nuestras elecciones de todos los días.
Incluso
los partidarios de Libet tienen que admitir que la situación usada podría ser
demasiado artificial para ser un modelo directo de las elecciones reales
cotidianas.
Sin
embargo, el experimento básico continúa inspirando discusión y generando nuevos
pensamientos sobre la manera en que nuestra libertad tiene sus raíces en
nuestro cerebro.
Y
eso, yo argumentaría, se debe a la forma como nos ayuda a confrontar nuestras
intuiciones sobre el funcionamiento de la mente y a ver que las cosas son más
complicadas de lo que instintivamente imaginamos.
______
Fuente:
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/08/150817_ciencia_finde_vert_fut_libre_albedrio_lp
Enlaces relacionados:
No hay comentarios :
Publicar un comentario