FUNDAMERCED

lunes, 24 de febrero de 2014

Pacificación en Venezuela

CRIMINOGÉNICA


PACIFICACIÓN EN VENEZUELA

Por Fundamerced


Venezuela vive inmersa en la violencia. Y no precisamente por las protestas estudiantiles; los estudiantes manifiestan públicamente desde hace apenas unos días, específicamente desde el pasado 12 de febrero, debido a actos de violencia sexual ocurridos en un claustro universitario, así como de atracos cometidos dentro de las propias aulas, y de atracos en los vehículos colectivos de transporte terrestre. No recibieron respuesta acorde a sus exigencias; en vez de ello, sus protestas se recrudecieron debido a la muerte de un muchacho que manifestaba en el centro de la ciudad de Caracas, ocurrida ese propio 12 de febrero, por lo cual llenos de ira acudieron en tropel hacia el Ministerio Público, dónde tampoco fueron atendidos; desde ese entonces, ha muerto más de una decena de estudiantes, todos en actos de protesta, abaleados en el rostro o en la cabeza, y diseminados a lo largo y ancho de toda nuestra amplia geografía nacional.  No son focos aislados, hay estudiantes manifestando por doquier.
¿Pero que exigen mediante esas protestas estudiantiles? Simple: Seguridad, para vivir sin temor a ser víctimas de delincuentes, sin que les arrebaten la vida o se la malogren durante asaltos, atracos, secuestros o violaciones; abastecimiento, para poder adquirir alimentos, medicamentos, etc., sin verse afectados por la escasez; mejor funcionamiento de los servicios públicos, en todo lo relativo a luz eléctrica, transporte, etc., para así poder tener una mejor calidad de vida. En realidad, exigen sean cumplidas aquellas condiciones de paz y orden cuya existencia garantiza todo Estado de Derecho.
Sin embargo, en vez de ser cumplida esa función para la cual existe el Estado, ofreciéndole al individuo esas condiciones de paz y de orden para que se desarrolle libremente, el gobierno procedió más bién a denunciar que se estaba en presencia de un Golpe de Estado. Desnaturalizó su función. Y repelió y reprimió esas manifestaciones como un ataque al status quo, al stablishment, como jocosamente bautizaron.
En efecto, desnaturalizó su función como Estado puesto que pretende preservar en sus cargos a quienes actualmente ejercen funciones en esos cargos así aludidos, en vez de preservar los intereses colectivos y difusos de todos los miembros de la sociedad. La función del Estado en la praxis es asegurar el abastecimiento de alimentos a la sociedad, asegurarle la prestación de servicios y asegurar la integridad física y moral de la ciudadanía; no el asegurar que una determinada persona se perpetué en un determinado cargo. De este modo, sí los estudiantes clamaban por mayor seguridad,  a objeto de no ser víctimas de atracos, no estaban exigiendo nada extraordinario. Su exigencia debió ser proveída. En otras sociedades, el funcionario habría renunciado; en la nuestra, denunció la existencia de un Golpe de Estado (y así lo declaró en cadena de radio y televisión, durante un Desfile Militar, y prosiguió sin más celebrando una conmemoración patria).
Empero, retrocedamos un poco en el tiempo. ¿Cuántas muertes cobró la delincuencia en Venezuela durante el año 2013? ¿Cuántos hechos delictivos ocurrieron en Venezuela durante el año 2013? Cuándo nuestra querida ex-Miss Venezuela Mónica Spear fue asesinada, la delincuencia ya tenía exasperado al ciudadano común. Atracos, secuestros, extorsiones, crímenes atroces: Decapitados, desmembrados, incinerados, etc.  Fue en relación a estos hechos a cuyo respecto sería implementado un plan de pacificación. 
A tales efectos altos personeros del gobierno se habían reunido con bandas hamponiles, y hasta suministraron espacios geográficos como “zonas de paz”, una especie de zonas francas. No los desarmaron, pero toleraron actuación; aún más, liberaron otros 14.000 individuos, que estaban segregados en cárceles, aduciendo retardo procesal. Tampoco los resocializaron, para que así al menos reformasen conducta y procurar impedirles delinquiesen en lo sucesivo; los reinsertaron a la sociedad, sin rehabilitarlos previamente.
Sin embargo, el problema es mucho más complejo; va más allá de la simple resocialización: ¿En que van a trabajar? ¿Dónde van a trabajar? El aparato productivo del Estado está en proceso de reseteo.
Tenemos así entonces que sí no nos agarra el chingo, nos agarra el sin nariz.  Parafraseando a Francisco de Miranda: Venezuela es como un cuero seco, lo pisas de un lado, y se alza por otro.
Pero eso sí, a los estudiantes sí los van a domar, les van a aplicar la Ley, así como a todos aquellos que osen exigir sean cumplidos sus derechos. Y serán capturados y perseguidos: Pero a los delincuentes, Discoteca y Coliseo. Así estén plenamente identificados como peligrosos asesinos, libertad.  
Nuestra percepción: No puede haber diálogo entre ambas partes; una de ellas exige sean satisfechas determinadas necesidades básicas; la otra sólo está ocupada en mantener una posición política. Carecen de un denominador común. 
De allí que vislumbremos entonces cuál pudiese ser la génesis de una especie de violencia, muy conocida históricamente: La violencia política, una variedad del mobbing. Consistiría en la imposición autoritaria tanto de una ideología política determinada, como de los efectos y consecuencias de esa ideología en particular, so pena de ser excluído socialmente, por lo menos, y que se manifestaría entre otros por el apartheid, el genocidio y la segregación social.
Desde luego, desnaturalizando las funciones del Estado, resurgiría entonces en el individuo la necesidad de defenderse por sí mismo, resurgiendo el "homo hominis lupus est" descrito por Hobbes; desafortunadamente, en una batalla entre tigres y burros, perderían indfefectiblemente los últimos; en este caso, los más débiles: Ancianos, mujeres y niños, como siempre. No resurgiría la desobediencia civil, resurgiría el caos, la lucha de todos contra todos,  y el derramamiento de sangre. Y todo gracias al egocentrismo, la agresividad, la labilidad emocional e indiferencia afectiva de quienes deben velar por los derechos colectivos y difusos de la ciudadanía en general: Evitar que los delincuentes delincan, asegurarles abastecimiento de bienes de consumo y asegurarles suministro de servicios básicos. 
Es a eso a lo que se contraen los Derechos Humanos, a que no maten a nadie a mansalva ni impunemente, y que cada quién pueda dedicarse libremente a desarrollar su propia libertad.  Nadie puede hablar de paz con el estómago vacio y con grave temor a ser asesinado en cualquier momento. Nadie puede hablar de paz sí vislumbra como futuro un infierno.
Por tanto, se ha de comenzar por el principio: Desarmar a los delincuentes, sean violentos o pacíficos; resocializar a los delincuentes, sólo así podríamos socializar a los futuros miembros de la sociedad; reducir la impunidad, imponiendo sanción tendiente a la reforma de la conducta criminal y la minimización de la peligrosidad social; y asegurarle a todo miembro de la sociedad el ejercicio de alguna función social, generando fuentes de empleo, preferiblemente en los sectores primario y secundario del circuito económico: A partir de esa base comenzaría a ser percibido el clima de paz.




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