Medios deben promover los valores y la educación
Académicos señalan que los medios deben cuidar “la modelización” de conductas violentas
19 enero 2014
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Los impresos, las radios y las televisoras constituyen espacios de
representación social que pueden incidir positiva o negativamente en la
construcción que lo sujetos hacen de sí mismos y de los otros, dado su
poderoso soporte simbólico y afectivo con el que penetran la mente.
A las 6:00 am se enciende el televisor en el noticiero que da los
buenos días, la pantalla chica ha sustituido al reloj despertador.
Camino al trabajo la gente navega por la web desde su teléfono móvil,
lleva encendido el radio o va acompañado del diario. Al llegar de la
escuela, algún medio acompaña a las y los jóvenes que hacen sus tareas y
luego seguramente tendrán una recompensa con una jornada de
videojuegos.
Los medios no tienen distinciones de edad ni de clase social y están
prácticamente en todos los hogares venezolanos, en aquellos que han sido
víctimas de la violencia, que en 2013 alcanzó a 39% de la población,
según cifras ofrecidas recientemente por el titular de la cartera para
las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres.
La mesa está servida para el debate y los medios son nuevamente el
blanco. En la presentación de la Memoria y Cuenta de 2013 en la Asamblea
Nacional, el presidente Nicolás Maduro criticó el modelo de
comunicación al que calificó de antihumano, cargado de antivalores, de
culto a la droga y a las armas.
¿La violencia está relacionada a lo que exponen los medios? Sí y no,
responde el investigador Jesús María Aguirre, director del Centro
Gumilla, quien enfatizó que los “medios refuerzan o reflejan el
ambiente” violento.
UN MODELO A SEGUIR
Sea prensa escrita, radio o televisión, “el medio no es el que genera
la violencia”. Sin embargo, indicó Aguirre que los medios deben cuidar
“la modelización”, que puede reforzar la idea de que para dirimir un
conflicto se debe recurrir a la violencia. El peligro de esto es que el
modelaje se puede convertir en modos, pero que dentro del conjunto de
factores de la violencia “son una cosa menor”.
El profesor Steven Bermúdez, de la Escuela de Comunicación de la
Universidad del Zulia (LUZ) e investigador del discurso mediático,
coincide con Jesús María Aguirre en que los medios ayudan a modelizar
conductas violentas.
“La incidencia que tienen los medios de comunicación en la violencia
delincuencial es semejante a la que tienen en otros ámbitos de la vida:
los medios son fuertes espacios para el modelamiento social, para
generar patrones o marcos de pensamiento y comportamiento, y para
generar marcos interpretativos de los fenómenos del mundo cotidiano”,
puntualizó.
Para Bermúdez los medios constituyen espacios de representación
social que pueden incidir positiva o negativamente en la construcción
que lo sujetos hacen de sí mismos y de los otros, dado su poderoso
soporte simbólico y afectivo con el que penetran la mente.
“Si los medios prefieren y patrocinan programas o producciones en las
que las representaciones violentas tengan mayor atención, mayor
presencia o que estas no sean cuestionadas fuertemente, favorecen que la
violencia sea percibida como aceptable y que los ciudadanos las vean
como natural”, denunció.
Carlos Delgado Flores, director del Centro de Investigaciones de la
Comunicación (CIC) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), opina
diferente y dijo que “la idea de que en un proceso de comunicación la
información que el receptor recibe es la misma que el emisor transmite
no ocurre”.
El docente desestimó que en un contenido difundido en un medio por si
solo genere una conducta: “La gente usa la información pública
suministrada por los medios de comunicación social, la resignifica, la
recontextualiza y se convierte en argumento para la toma de decisiones”.
El sacerdote de la Capilla Nuestra Señora de la Esperanza en Carapita, sostiene que la violencia es generada por el contexto y que a mayor densidad poblacional, aumenta el roce social y por ende la violencia: “En los barrios eso es obvio, no digo que no la haya también en otros lugares”.
Enumeró que a la problemática se han sumado procedimientos sofisticados por el uso de armas, motos y de equipos de telefonía móvil, ya que estos últimos ayudan a la vigilancia de las víctimas, lo cual complica la labor de los cuerpos de seguridad.
El profesor Aguirre insiste en que los medios son los menos importantes, son secundarios al analizar la violencia delincuencial. La problemática está en que las instituciones (la familia, la escuela y las iglesias Cristiana y Evagélica) han perdido su influencia para enraizar valores.
El profesor de la UCAB criticó que si una tradición de investigación no ha sido concluyente es muy posible que no se tal la relación entre medios y violencia, por lo que las investigaciones sobre el tema deberían enriquecerse, hacerlas desde nuevos paradigmas, desde las perspectivas de otras disciplinas con una visión constructiva entre la academia y el Estado.
El académico Steven Bermúdez la postura de Delgado Flores al señalar que “ningún investigador social serio negaría que exista una relación causal poderosísima entre medios de comunicación y violencia social”.
Además, afirmó que los medios pueden contribuir a generar cultura de paz o cultura de la violencia, y hay una relación altísima y recurrente en la aceptación de la violencia y de la inmunidad que las personas van generando ante ella.
El docente de la UCAB cree que en Venezuela los decisores han formulado políticas públicas bajo la premisa de que los efectos que generan los contenidos violentos de los medios, de que la información que se transmite es igual a la que se recibe. “Y no es así, la gente hace cosas con la comunicación (la información). Tanto los decisores como los medios dejaron por fuera la posibilidad de que la gente haga cosas con la información: como discutirla, construir sentido común, resignificarla, emplearla en el aula, emplearla en reuniones de discusión, que las gente pueda criticar las agendas, las políticas públicas, criticar en aras de tener autonomía”, justificó.
Delgado Flores sostiene que hay una creciente demanda de comprensión, de conocimiento, de debate de la agenda de temas que no son cubiertos ni por los medios privados ni por los medios estatales. “Una parcialidad promueve el logro de los objetivos de la planificación de políticas públicas y el otro critica el cumplimiento de esos objetivos. En el ínterin a la gente le faltan argumentos para la toma de decisiones, por lo que hay que volverse a la gente”, argumentó.
El director del CIC apuntó que las discusiones en las redes sociales no son suficientes y que se deben abrir espacios en los medios donde circule información, opinión y se tomen decisiones. “El espacio público de los discursos consagrado, donde ocurre la confrontación, es un espacio intervenido, permeado por redes de deliberación y hay que volverse a esas redes, los medios deben abrirse a eso”, recalcó.
Delgado Flores citó un informe de Naciones Unidas sobre las ciudades más violentas del mundo, entre las 20 primeras se encuentran seis ciudades de México, seis de Brasil y tres de Venezuela, que tienen en común que los proyectos nacionales han devenido en tecnocráticos, sus instituciones han perdido legitimidad y conflictos sociales de larga data no resueltos. La violencia criminal obedece además a la penetración del narcotráfico, desesinstitucionalización y a rezagos educativos en cada caso.
En el caso venezolano, explicó, que el Instituto Nacional de Estadística detalla que 53% de la población activa que tiene como grado educativo séptimo año, representa a ocho millones de personas distribuidas en tres generaciones de hogares excluidos del sistema educativo. Se trata de una problemática cuesta arriba. Para revertir este proceso, el presidente Hugo Chávez creó las misiones educativas “con el fin de empoderar los proyectos de vida, los proyectos por edad”.
“Pero las misiones educativas van decayendo. No tiene sentido, que a esta fecha se tengan los mismos indicadores de fuerza de trabajo, que solo 25% de la población económicamente activa tenga formación universitaria. No se corresponden los datos de crecimiento de la matrícula con los indicadores de fuerza de trabajo. Algo pasa y no creo que sea un problema de medición”, subrayó Delgado Flores.
El investigador de la UCAB aseguró que los medios deben participar en la construcción de los planes de seguridad del Estado. La socióloga Maryclen Stteling también declaró esta semana a la prensa nacional que en el plan de pacificación del país que adelanta el Gobierno deberían participar los medios de comunicación.
Por su parte, Jesús María Aguirre reconoció el esfuerzo del Gobierno para disminuir la tasa de mortalidad infantil, gracias a políticas de protección para las niñas y los niños. No obstante, cree que la batalla se pierde en la población juvenil. Mencionó un estudio realizado por Andrea Chacón y José Luis Fernández-Shaw publicado en la Revista SIC del mes de noviembre de 2013, el cual detalla que la tasa de muertes violentas por armas en jóvenes de 15 a 17 años de edad es de 68%, “una barbaridad”. “Lo que ganamos en protección de la niñez se pierde en la mortandad tan alta”, lamentó el sacerdote.
A juicio de Steven Bermúdez, el periodismo debe evitar mostrar la violencia como algo “natural” y menos como un “espectáculo”. “Debe evitar reconstruirla, discursivamente, desde la emocionalidad, con la cual se busca la empatía irracional. Debería siempre apuntar a dejar establecido las causas o las variables más visibles que intervienen en su generación. Nunca debería ponerse a la víctima al mismo nivel del victimario. No debe claudicar en la pluralidad de perspectivas”, complementó.
¿Cuál debe ser la ética y el tratamiento periodístico sobre la problemática de la violencia? Según Carlos Delgado Flores la respuesta está en que la ética periodística no puede centrarse en la objetividad ni en la búsqueda de la verdad: El ejercicio del periodismo debe ser el ejercicio de la solidaridad. “Nos debemos a todos los ciudadanos, solidarse con ellos, conseguir los mejores argumentos para la toma de decisiones ciudadanas”.
A juicio de Steven Bermúdez, el periodismo debe evitar mostrar la violencia como algo “natural” y menos como un “espectáculo”. “Debe evitar reconstruirla, discursivamente, desde la emocionalidad, con la cual se busca la empatía irracional. Debería siempre apuntar a dejar establecido las causas o las variables más visibles que intervienen en su generación. Nunca debería ponerse a la víctima al mismo nivel del victimario. No debe claudicar en la pluralidad de perspectivas”, complementó.
Por otra parte, el investigador de LUZ apuesta a que los medios dedicados al entretenimiento ayuden a cuestionar la violencia, ofrecer miradas que propicien otras perspectivas.
El docente Carlos Delgado Flores invocó la doctrina de la responsabilidad social de los medios, que data de la década de los cincuenta en Estados Unidos, que reconoce que los medios de comunicación social son vitales para la construcción del sentido común en una democracia. Pero advierte, que cuando impera la polarización, no impera el sentido común sino el sentido de los bandos.
Construir ese sentido común con la gente, dijo Delgado Flores, requiere diálogo, consulta, transparencia y despolarización.
Del recién creado Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria (Cesppa), que entre otros objetivos debe “unificar el flujo informativo sobre los aspectos sensibles de la seguridad, defensa, inteligencia y orden interno, relaciones exteriores y otras instituciones públicas y privadas que se requieran”, el profesor cuestionó hasta qué punto esta instancia garantizará información trasparente para la ciudadanía, necesaria para la participación y la contraloría social del Poder Popular.
El profesor Carlos Delgado Flores de la UCAB, cree que la norma ha dejado por fuera contenidos y poblaciones, y le ha robado a la gente argumentos para el debate. “¿La gente se cura de violencia por no jugar videojuegos? Vamos a medir los resultados de la Ley Resorte y los índices de criminalidad”, cuestionó.
¿La ley debe ser reformada? Sí, respondió el docente, quien considera que el instrumento debe ser sustituido por un esfuerzo público de educomunicación. “La política pública debe ser propositiva y no restrictiva, porque no hay efectos fuertes ni causas directas (entre medios y violencia)”, propuso.
Steven Bermúdez determinó que al igual que otras leyes venezolanas, la incidencia de la Ley Resorte ha sido tímida. Salvo por la colocación de la advertencia sobre el tipo de programa a su inicio o la “autocensura” de los medios hacia temas considerados todavía tabú o controversiales en nuestra sociedad (homosexualidad, aborto, religión, etc.), no ha habido mayor impacto en la programación.
Admitió que el “asunto no está en imponer temas o en advertir sobre el programa tal o cual. El asunto está en determinar cómo son tratados los temas y qué tipo de televisión seguimos produciendo y a qué tipo de televisión se tiene acostumbrado al venezolano y latinoamericano”.
“Venevisión y Televen, por ejemplo, siguen dedicando la mayor parte de su parrilla a la difusión de telenovelas colombianas o mexicanas, en cuyas tramas se sigue insistiendo sobre visiones del mundo truculentas, violentas, discriminadoras. Frente a ellos, TVES presenta lo que, a mi juicio, es la mejor propuesta, de toda la historia de nuestra televisión nacional, en cuanto a cine de todos los países. ¿Cuál se ve más?”, contrastó Bermúdez.
El padre Jesús María Aguirre ilustró que en las instituciones y en las familias en general hay la carencia de una figura de autoridad y de respeto. “Hay pendiente una gran tarea de tipo educativo, por eso que hemos llamado a la internalización de valores en todas las instituciones”, exhortó.
Aguirre reconoce que no es una tarea fácil y que se deberían revisar como se como presentan estos temas en los medios que se dedican a los contenidos de ficción o entretenimiento, en los que la telenovela tiene supremacía en Venezuela.
De los dramáticos que presentan las estaciones de televisión se deberían evaluar las figuras paternas, las figuras de autoridad, etcétera. Ejemplificó que la famosa telenovela trasmitida en los años noventa por Radio Caracas Televisión, Por estas calles, “fue fatal” porque en esta serie la resolución de conflictos políticos no se hizo mediante las instituciones de justicia.
El también docente del postgrado en Comunicación para el Desarrollo de la UCAB indicó que se debe contrarrestar una cultura en la que las personas toman la justicia por sus manos: “Se ha implementado una lógica y una cultura de que la manera de resolver los conflictos es mediante las pistolas, las armas”. Aseveró que esto ocurre por que la persona se dedica a operaciones delincuenciales o porque las personas cuestionan y no le dan crédito a las instituciones policiales y de justicia.
“Este el problema cultural más impresionante que tenemos en este momento”, puntualizó.
El estudio reveló que RCTV, Globovisión, Televen y Venevisión mostraron más de 200 mil actos de violencia a sus televidentes, recordó el profesor Steven Bermúdez, docente de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Zulia.
“Es ridículo pensar que estar expuesto a tal cantidad de material violento es inocuo para la conducta del ciudadano, sobre todo de las niñas, los niños y de los adolescentes, quienes están en el proceso de formación de su personalidad”, fustigó.
Ejemplificó que en las llamadas “narconovelas” de origen colombiano y transmitidas en la pantalla chica venezolana, tanto narcotraficantes como criminales son presentados desde su “humanidad”, con lo cual se atenúa sus responsabilidades en las desgracias sociales y hasta se propicia una imagen “simpática” de ellos.
Pero esto no es todo, el docente citó a Paola Ricaurte Quijano, del blog Mediosfera, quien señala que los medios pudieran volverlas “inmunes” ante el horror e insensibles ante hechos dantescos.
Además, gradualmente, pareciera que los medios hacen que se acepte la violencia como un modo de resolver problemas o conflictos.
Al “naturalizarla”, los medios propician que se imite la violencia que se observa en los medios. “Propicia la identificación con ciertos caracteres, ya sean víctimas o agresores”, completó.
T/ Várvara Rangel Hill
____
Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/impacto/academicos-senalan-que-medios-deben-cuidar-%E2%80%9Cla-modelizacion%E2%80%9D-conductas-violentas/
FALSAS JUSTIFICACIONES
El padre Jesús María Aguirre también critica las justificaciones que se aprenden con “las conductas modeladoras”, que proponen formas, procedimientos y los argumentos que se emplean para recurrir a la fuerza. “Eso es para mí lo peligroso de los medios”, reiteró.El sacerdote de la Capilla Nuestra Señora de la Esperanza en Carapita, sostiene que la violencia es generada por el contexto y que a mayor densidad poblacional, aumenta el roce social y por ende la violencia: “En los barrios eso es obvio, no digo que no la haya también en otros lugares”.
Enumeró que a la problemática se han sumado procedimientos sofisticados por el uso de armas, motos y de equipos de telefonía móvil, ya que estos últimos ayudan a la vigilancia de las víctimas, lo cual complica la labor de los cuerpos de seguridad.
El profesor Aguirre insiste en que los medios son los menos importantes, son secundarios al analizar la violencia delincuencial. La problemática está en que las instituciones (la familia, la escuela y las iglesias Cristiana y Evagélica) han perdido su influencia para enraizar valores.
LAS INVESTIGACIONES
Delgado Flores resumió que los 70 años de estudios sobre medios que transmiten instrucciones para conductas violentas no son concluyentes, y que lo que ocurre en “es un proceso de liberación, de comprensión, de interpretación y de inteligencia. Todo eso va mediado por el sentido común de la gente”.El profesor de la UCAB criticó que si una tradición de investigación no ha sido concluyente es muy posible que no se tal la relación entre medios y violencia, por lo que las investigaciones sobre el tema deberían enriquecerse, hacerlas desde nuevos paradigmas, desde las perspectivas de otras disciplinas con una visión constructiva entre la academia y el Estado.
El académico Steven Bermúdez la postura de Delgado Flores al señalar que “ningún investigador social serio negaría que exista una relación causal poderosísima entre medios de comunicación y violencia social”.
Además, afirmó que los medios pueden contribuir a generar cultura de paz o cultura de la violencia, y hay una relación altísima y recurrente en la aceptación de la violencia y de la inmunidad que las personas van generando ante ella.
SOBRE LAS POLÍTICAS
“La políticas públicas se realizan desde un saber, de alguna forma avalado por la academia. Si esa discusión (sobre las políticas) no se da y partimos del principio de que en efecto la televisión genera efectos, la radio genera efectos y conductas y resulta que no es concluyente la investigación ¿Cómo hacemos?”, expresó el profesor Carlos Delgado Flores.El docente de la UCAB cree que en Venezuela los decisores han formulado políticas públicas bajo la premisa de que los efectos que generan los contenidos violentos de los medios, de que la información que se transmite es igual a la que se recibe. “Y no es así, la gente hace cosas con la comunicación (la información). Tanto los decisores como los medios dejaron por fuera la posibilidad de que la gente haga cosas con la información: como discutirla, construir sentido común, resignificarla, emplearla en el aula, emplearla en reuniones de discusión, que las gente pueda criticar las agendas, las políticas públicas, criticar en aras de tener autonomía”, justificó.
Delgado Flores sostiene que hay una creciente demanda de comprensión, de conocimiento, de debate de la agenda de temas que no son cubiertos ni por los medios privados ni por los medios estatales. “Una parcialidad promueve el logro de los objetivos de la planificación de políticas públicas y el otro critica el cumplimiento de esos objetivos. En el ínterin a la gente le faltan argumentos para la toma de decisiones, por lo que hay que volverse a la gente”, argumentó.
El director del CIC apuntó que las discusiones en las redes sociales no son suficientes y que se deben abrir espacios en los medios donde circule información, opinión y se tomen decisiones. “El espacio público de los discursos consagrado, donde ocurre la confrontación, es un espacio intervenido, permeado por redes de deliberación y hay que volverse a esas redes, los medios deben abrirse a eso”, recalcó.
Delgado Flores citó un informe de Naciones Unidas sobre las ciudades más violentas del mundo, entre las 20 primeras se encuentran seis ciudades de México, seis de Brasil y tres de Venezuela, que tienen en común que los proyectos nacionales han devenido en tecnocráticos, sus instituciones han perdido legitimidad y conflictos sociales de larga data no resueltos. La violencia criminal obedece además a la penetración del narcotráfico, desesinstitucionalización y a rezagos educativos en cada caso.
En el caso venezolano, explicó, que el Instituto Nacional de Estadística detalla que 53% de la población activa que tiene como grado educativo séptimo año, representa a ocho millones de personas distribuidas en tres generaciones de hogares excluidos del sistema educativo. Se trata de una problemática cuesta arriba. Para revertir este proceso, el presidente Hugo Chávez creó las misiones educativas “con el fin de empoderar los proyectos de vida, los proyectos por edad”.
“Pero las misiones educativas van decayendo. No tiene sentido, que a esta fecha se tengan los mismos indicadores de fuerza de trabajo, que solo 25% de la población económicamente activa tenga formación universitaria. No se corresponden los datos de crecimiento de la matrícula con los indicadores de fuerza de trabajo. Algo pasa y no creo que sea un problema de medición”, subrayó Delgado Flores.
El investigador de la UCAB aseguró que los medios deben participar en la construcción de los planes de seguridad del Estado. La socióloga Maryclen Stteling también declaró esta semana a la prensa nacional que en el plan de pacificación del país que adelanta el Gobierno deberían participar los medios de comunicación.
Por su parte, Jesús María Aguirre reconoció el esfuerzo del Gobierno para disminuir la tasa de mortalidad infantil, gracias a políticas de protección para las niñas y los niños. No obstante, cree que la batalla se pierde en la población juvenil. Mencionó un estudio realizado por Andrea Chacón y José Luis Fernández-Shaw publicado en la Revista SIC del mes de noviembre de 2013, el cual detalla que la tasa de muertes violentas por armas en jóvenes de 15 a 17 años de edad es de 68%, “una barbaridad”. “Lo que ganamos en protección de la niñez se pierde en la mortandad tan alta”, lamentó el sacerdote.
DEL PERIODISMO
¿Cuál debe ser la ética y el tratamiento periodístico sobre la problemática de la violencia? Según Carlos Delgado Flores la respuesta está en que la ética periodística no puede centrarse en la objetividad ni en la búsqueda de la verdad: El ejercicio del periodismo debe ser el ejercicio de la solidaridad. “Nos debemos a todos los ciudadanos, solidarse con ellos, conseguir los mejores argumentos para la toma de decisiones ciudadanas”.
A juicio de Steven Bermúdez, el periodismo debe evitar mostrar la violencia como algo “natural” y menos como un “espectáculo”. “Debe evitar reconstruirla, discursivamente, desde la emocionalidad, con la cual se busca la empatía irracional. Debería siempre apuntar a dejar establecido las causas o las variables más visibles que intervienen en su generación. Nunca debería ponerse a la víctima al mismo nivel del victimario. No debe claudicar en la pluralidad de perspectivas”, complementó.
¿Cuál debe ser la ética y el tratamiento periodístico sobre la problemática de la violencia? Según Carlos Delgado Flores la respuesta está en que la ética periodística no puede centrarse en la objetividad ni en la búsqueda de la verdad: El ejercicio del periodismo debe ser el ejercicio de la solidaridad. “Nos debemos a todos los ciudadanos, solidarse con ellos, conseguir los mejores argumentos para la toma de decisiones ciudadanas”.
A juicio de Steven Bermúdez, el periodismo debe evitar mostrar la violencia como algo “natural” y menos como un “espectáculo”. “Debe evitar reconstruirla, discursivamente, desde la emocionalidad, con la cual se busca la empatía irracional. Debería siempre apuntar a dejar establecido las causas o las variables más visibles que intervienen en su generación. Nunca debería ponerse a la víctima al mismo nivel del victimario. No debe claudicar en la pluralidad de perspectivas”, complementó.
Por otra parte, el investigador de LUZ apuesta a que los medios dedicados al entretenimiento ayuden a cuestionar la violencia, ofrecer miradas que propicien otras perspectivas.
El docente Carlos Delgado Flores invocó la doctrina de la responsabilidad social de los medios, que data de la década de los cincuenta en Estados Unidos, que reconoce que los medios de comunicación social son vitales para la construcción del sentido común en una democracia. Pero advierte, que cuando impera la polarización, no impera el sentido común sino el sentido de los bandos.
Construir ese sentido común con la gente, dijo Delgado Flores, requiere diálogo, consulta, transparencia y despolarización.
Del recién creado Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria (Cesppa), que entre otros objetivos debe “unificar el flujo informativo sobre los aspectos sensibles de la seguridad, defensa, inteligencia y orden interno, relaciones exteriores y otras instituciones públicas y privadas que se requieran”, el profesor cuestionó hasta qué punto esta instancia garantizará información trasparente para la ciudadanía, necesaria para la participación y la contraloría social del Poder Popular.
UNA DÉCADA DESPUÉS
A 10 años de la promulgación de Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos (Resorte), los analistas coinciden en que el instrumento debe ser revisado y aluden que el tiempo ha demostrado su ineficacia.El profesor Carlos Delgado Flores de la UCAB, cree que la norma ha dejado por fuera contenidos y poblaciones, y le ha robado a la gente argumentos para el debate. “¿La gente se cura de violencia por no jugar videojuegos? Vamos a medir los resultados de la Ley Resorte y los índices de criminalidad”, cuestionó.
¿La ley debe ser reformada? Sí, respondió el docente, quien considera que el instrumento debe ser sustituido por un esfuerzo público de educomunicación. “La política pública debe ser propositiva y no restrictiva, porque no hay efectos fuertes ni causas directas (entre medios y violencia)”, propuso.
Steven Bermúdez determinó que al igual que otras leyes venezolanas, la incidencia de la Ley Resorte ha sido tímida. Salvo por la colocación de la advertencia sobre el tipo de programa a su inicio o la “autocensura” de los medios hacia temas considerados todavía tabú o controversiales en nuestra sociedad (homosexualidad, aborto, religión, etc.), no ha habido mayor impacto en la programación.
Admitió que el “asunto no está en imponer temas o en advertir sobre el programa tal o cual. El asunto está en determinar cómo son tratados los temas y qué tipo de televisión seguimos produciendo y a qué tipo de televisión se tiene acostumbrado al venezolano y latinoamericano”.
“Venevisión y Televen, por ejemplo, siguen dedicando la mayor parte de su parrilla a la difusión de telenovelas colombianas o mexicanas, en cuyas tramas se sigue insistiendo sobre visiones del mundo truculentas, violentas, discriminadoras. Frente a ellos, TVES presenta lo que, a mi juicio, es la mejor propuesta, de toda la historia de nuestra televisión nacional, en cuanto a cine de todos los países. ¿Cuál se ve más?”, contrastó Bermúdez.
PROPUESTAS
El académico Carlos Delgado Flores cree que hace falta una campaña nacional de educación, que sigue siendo el problema. “Las normas no sustituyen la cultura”, acotó.El padre Jesús María Aguirre ilustró que en las instituciones y en las familias en general hay la carencia de una figura de autoridad y de respeto. “Hay pendiente una gran tarea de tipo educativo, por eso que hemos llamado a la internalización de valores en todas las instituciones”, exhortó.
Aguirre reconoce que no es una tarea fácil y que se deberían revisar como se como presentan estos temas en los medios que se dedican a los contenidos de ficción o entretenimiento, en los que la telenovela tiene supremacía en Venezuela.
De los dramáticos que presentan las estaciones de televisión se deberían evaluar las figuras paternas, las figuras de autoridad, etcétera. Ejemplificó que la famosa telenovela trasmitida en los años noventa por Radio Caracas Televisión, Por estas calles, “fue fatal” porque en esta serie la resolución de conflictos políticos no se hizo mediante las instituciones de justicia.
El también docente del postgrado en Comunicación para el Desarrollo de la UCAB indicó que se debe contrarrestar una cultura en la que las personas toman la justicia por sus manos: “Se ha implementado una lógica y una cultura de que la manera de resolver los conflictos es mediante las pistolas, las armas”. Aseveró que esto ocurre por que la persona se dedica a operaciones delincuenciales o porque las personas cuestionan y no le dan crédito a las instituciones policiales y de justicia.
“Este el problema cultural más impresionante que tenemos en este momento”, puntualizó.
ESTUDIO REVELADOR
Entre el 25 de noviembre de 2005 y el 25 de noviembre de 2006, la organización no gubernamental Fundaequidad realizó un estudio de los contenidos del horario estelar de los principales canales venezolanos: Radio Caracas Televisión (RCTV), Globovisión, Televen, Venevisión y Venezolana de Televisión (VTV).El estudio reveló que RCTV, Globovisión, Televen y Venevisión mostraron más de 200 mil actos de violencia a sus televidentes, recordó el profesor Steven Bermúdez, docente de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Zulia.
“Es ridículo pensar que estar expuesto a tal cantidad de material violento es inocuo para la conducta del ciudadano, sobre todo de las niñas, los niños y de los adolescentes, quienes están en el proceso de formación de su personalidad”, fustigó.
LAS CARAS DE LA MONEDA
El profesor de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Zulia, Steven Bermúdez, criticó que muchas veces los medios eluden plantear o ir a la raíz que causa la conducta violenta o la situación de violencia “como si esta surgiera a partir del hecho de que las cosas son así”.Ejemplificó que en las llamadas “narconovelas” de origen colombiano y transmitidas en la pantalla chica venezolana, tanto narcotraficantes como criminales son presentados desde su “humanidad”, con lo cual se atenúa sus responsabilidades en las desgracias sociales y hasta se propicia una imagen “simpática” de ellos.
Pero esto no es todo, el docente citó a Paola Ricaurte Quijano, del blog Mediosfera, quien señala que los medios pudieran volverlas “inmunes” ante el horror e insensibles ante hechos dantescos.
Además, gradualmente, pareciera que los medios hacen que se acepte la violencia como un modo de resolver problemas o conflictos.
Al “naturalizarla”, los medios propician que se imite la violencia que se observa en los medios. “Propicia la identificación con ciertos caracteres, ya sean víctimas o agresores”, completó.
T/ Várvara Rangel Hill
F/ Héctor Rattia-Héctor Lozano-Archivo CO
____Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/impacto/academicos-senalan-que-medios-deben-cuidar-%E2%80%9Cla-modelizacion%E2%80%9D-conductas-violentas/
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