Retratado el acoso escolar en la Isla, según un estudio
Estudio pionero revela que las niñas cometen más agresiones que los
varones
Un retrato sobre el acoso escolar en la Isla empieza a escribirse con un
estudio pionero sobre el tema que reveló que las niñas cometen más agresiones
que los niños y que estos actos de violencia son más comunes en la escuela
elemental, particularmente en cuarto y sexto grado.
El estudio “Bullying in Puerto Rico: A Descriptive Study”, realizado por la
firma independiente de consultoría Parenting Resources, contó con una muestra
de 1,261 estudiantes de tres escuelas públicas y dos privadas de la zona
metropolitana.
La investigación, con datos recopilados desde el 2008 al presente, consignó
que el 16% de los estudiantes encuestados sufrió acoso dos o tres veces durante
los dos meses previos a responder el cuestionario.
El 20% de los encuestados también identificó a una niña como su agresor,
mientras que el 18% señaló a un varón.
Sin embargo, el porcentaje de niñas que se identificó como bravucona es
menor (6%) al de niños (11%).
La psicóloga clínica Joy Lynn Suárez, coautora del estudio que se presentó
ayer en la Conferencia Anual del College Board celebrada en Isla Verde, indicó
que no tenía una respuesta científica para explicar esta situación. Pero
conjeturó que quizás las niñas tienen dificultad para reconocer esta conducta
porque el tipo de acoso que predomina entre ellas tiene que ver con rumores o
chismes.
Los varones, por el contrario, exhiben una conducta que contempla la
agresión física.
Este estudio, además reflejó que el 25% de los menores acosados está en la
escuela elemental, el 13% en la intermedia y el 9% en la escuela superior.
En la categoría de escuela elemental, específicamente, la investigación
descubrió que en cuarto y sexto grado es cuando más casos de acoso se reportan.
El 33% de los estudiantes de cuarto ha sido víctima de un bravucón o bravucona
y el 27% de los de sexto grado.
Los pequeños denuncian más
La psicóloga clínica Maribel González, coautora del estudio, explicó que
esta situación se debe a que los niños en grados primarios tienen menos miedo a
denunciar este tipo de comportamiento y a buscar ayuda.
“Ellos lo aceptan con mayor facilidad porque no tienen miedo, ni vergüenza
del qué dirán”, apuntó.
Pese a que hay más niños que denuncian los casos, estos no suelen
identificarse como bravucones.
Una situación contraria ocurre en el caso de los adolescentes, quienes se
identifican como agresores pero no reportan los incidentes con esa frecuencia.
El 12% de los estudiantes de undécimo grado y el 12% de los de octavo se
catalogó como bravucón, mientras que solo un 3% de los niños de escuela
elemental se identificó con ese calificativo.
“Mientras más entran a la adolescencia y a la escuela superior, tiende a ser
más ‘cool’ aceptar que eres un bully”, apuntó Suárez.
“Cuando son chiquitos no están tan claros en el manejo de este concepto, que
es muy abstracto”, agregó.
Predomina el abuso verbal
Los hallazgos del estudio, que aspira a ampliar su muestra, evidencian que
el tipo de bullying que predomina es el verbal y que solo el 5% reportó casos
de cyberbullying o de ciberespacio.
El 15% de los acosados reportó que fue objeto de burlas y malos nombres,
mientras que un 12% indicó que sus pares regaron rumores para provocar el
rechazo de sus compañeros.
Según Suárez y González, el estudio constató que la tendencia en la Isla es
similar a la de Estados Unidos, una situación que permite utilizar los modelos
de intervención ensayados en ese país.
Como parte de su trabajo, González indicó que el estudio comienza a derrotar
la visión de que los bravucones son niños inseguros y con problemas.
“Los bullies tienden a ser los líderes de grupo, los que controlan. Les
gusta el poder y por eso los demás niños -aunque sea con miedo- los respetan y
los siguen”, acotó la investigadora que ofrece talleres sobre el manejo del
acoso escolar.
Ante este cuadro, el dúo convocó a los maestros a educarse sobre el tema
para intervenir de forma adecuada.
“Hay que intervenir en este momento nombrando la conducta y parándola. En la
mayoría de los casos con hacer esto se para el bullying”, afirmó González.
Además, las escuelas deben establecer políticas y diseñar protocolos para
atender los casos de acoso escolar. El Departamento de Educación tiene una
política y se encuentra en el proceso de divulgar su protocolo, según Suárez.
Combatiendo el bullying
El acosador:
v
Necesita sentir el poder.
v
Disfruta si mantiene el control.
v
Es impulsivo y se enfada con facilidad.
v
Siente hostilidad hacia su entorno.
v
Muestra satisfacción en producir daño.
v
Es desafiante y agresivo.
La víctima:
v
Es sensible, callada, apartada o tímida.
v
Sufre de pobre autoestima.
v
A menudo no posee ni un solo buen amigo y se
relaciona mejor con los adultos.
Fuente: El Nuevo Día
http://www.elnuevodia.com/retratadoelacosoescolar-1135040.html