¿Qué hará la OEA ahora?
MARTA COLOMINA
@colominaM
CARACAS, 5 DE JUNIO 2016
Cuando la ambiciosa canciller argentina solicitó la reunión
de cancilleres de la OEA del 1º de junio con el fin de anular el impacto
causado por su secretario general, Luis Almagro, al anunciar el proceso de
activación de la Carta Democrática en Venezuela por considerar que su régimen
ha violado el orden democrático, existía una enorme presión nacional e
internacional para promover un cambio urgente en el país que permitiese
rescatar la democracia; reactivar el referéndum revocatorio que sacase a Maduro
democráticamente del poder, fueran liberados los presos políticos, respetadas
la autonomía y las decisiones del Parlamento de mayoría opositora y se
atendiera con rapidez y eficacia la insostenible crisis humanitaria exacerbada
por el régimen, al negarse a aceptar ayuda internacional mientras la población
clama desesperadamente por alimentos, medicinas y seguridad.
Varios hechos, casi simultáneos, produjeron la tibia
decisión de la OEA de ese 1º de junio 1): La invitación oficial a los ex
presidentes Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández, Torrijos y la cómplice
Unasur, amigos del chavismo y portadores de la fórmula salvadora de un supuesto
“diálogo” que ha ayudado a Maduro a “comprar tiempo” sin cambiar ninguna de sus
prácticas dictatoriales. Los 3 ex presidentes
no emitieron crítica alguna sobre las muchas violaciones inconstitucionales del
régimen, ni mencionaron el referéndum revocatorio, para el que se recogieron
cerca de 2 millones de firmas. 2) Paralelamente, la señora Malcorra, canciller
argentina, aspira al cargo de secretaria general de la ONU, para el cual el
gobierno de Maduro le habría ofrecido el voto y el de sus compañeros del Alba,
así que, en apenas días, vimos a Malcorra barriendo el piso con las promesas de
su presidente Macri a favor de los presos políticos y de la urgencia de un
cambio democrático en Venezuela, y 3) la oposición tropieza con la misma
piedra, y viaja a República Dominicana para reunirse con los 3 ex presidentes
y, dando así formal inicio, de cara a la opinión pública, del diálogo con el
gobierno, aunque declarasen que nunca se sentaron en la misma mesa, ni se
vieron las caras. Mucha más perspicacia tuvo la Conferencia Episcopal
venezolana al “cuestionar a Unasur como garante del diálogo” porque el “bloque
no tiene suficiente fuerza, ni es el actor adecuado, puesto que el chavismo
tuvo que ver en su creación y desarrollo”. La CEV (1 ) sostiene que “se requieren
varios organismos internacionales reconocidos por ambas partes (...) porque la
situación del país pasó de gravísima a mucho peor”, propuesta muy similar a la
de Almagro. La MUD (2) debió exigir que si no se incorporaba a esa mediación el
secretario de la OEA, Luis Almagro, ellos no aceptarían ese “diálogo”, y pedir,
como condición previa al inicio de tal “diálogo”, la fecha del revocatorio este
año; emprender ayuda urgente a través de un canal humanitario administrado por
organismos internacionales para impedir así la improvisación y corrupción
oficiales; y el respeto a las decisiones de la AN (3), entre otras. El viernes 3,
solo 2 días después de la reunión de la
OEA, el gobierno introdujo recurso de amparo contra la directiva de la
AN, con amenazas de disolución y prisión.
Almagro se ha jugado la piel por defender la democracia y
las libertades en Venezuela conculcadas por Maduro, y la ambición de Malcorra
pretende descabezarlo. Citemos la reprobable conducta del presidente del
Consejo Permanente, el embajador argentino, quien le negó la palabra al jefe
del gabinete de la OEA en plena reunión, hecho que los veteranos del organismo
consideraron insólita, como relata El Tiempo de Bogotá. Aunque en el texto de
la resolución de la OEA se expresa el respaldo de los países miembros “a los
procedimientos constitucionales”, incluido el revocatorio, solo Paraguay y
Colombia hicieron mención específica del referéndum. No se estableció un plazo
perentorio, así que puede transcurrir todo 2016 sin que el régimen cambie un
ápice su conducta dictatorial y haya logrado pasar el revocatorio hasta 2017 y
hasta anular el Parlamento y poner presa a su directiva, como ya contempla el
recurso de amparo del viernes 3. Al siguiente día de la reunión de la OEA, al
grito de “queremos comida, tenemos hambre”, una multitud fue reprimida en
Caracas con bombas lacrimógenas y golpes, porque trataban de impedir que la GNB
se llevase los alimentos de varios mercados de la zona para ser repartidos
entre chavistas (CLAP). Fueron golpeados ferozmente 19 periodistas que cubrían
las protestas, a quienes grupos civiles armados de Maduro (colectivos) les
robaron sus equipos bajo la mirada complaciente de la GNB. Ese mismo día el
CNE, cumpliendo órdenes oficiales de boicotear el referéndum, dejó plantada a
la MUD y no anunció la fecha de validación de las firmas, como había prometido.
¿Ven los señores de la OEA algún propósito de enmienda?
Maduro rechaza la llegada de 100 toneladas de medicamentos
donados por varios países y prohíbe la entrada al país de Cáritas y Cruz Roja,
mientras niños y adultos mueren por falta de fármacos y crece la desnutrición
de manera alarmante. Nadie duda ya en el mundo que en Venezuela “existe una
grave alteración del orden constitucional democrático”, que hay presos
políticos; que no hay separación de poderes y que el gobierno no tiene
capacidad de respuesta para la grave crisis humanitaria”, como expresa Luis
Almagro en su documento de 132 páginas. La OEA este 1º de junio ignoró las
alarmas mundiales sobre la urgencia de crear las condiciones para una salida
democrática a la crisis: 36 ex jefes de Estado y de gobierno reiteran su apoyo
categórico a los acuerdos dictados por el Parlamento venezolano y por el
secretario general de la OEA. “¡Qué vergüenza! –escribe Andrés Oppenheimer–. La
decisión histórica del secretario general de la OEA, Luis Almagro, de convocar
a un debate regional sobre la ruptura del Estado de Derecho por el gobierno de
Venezuela pretende ser descarrilada por un grupo de países que dicen respetar
la democracia, pero que de hecho están ayudando a comprar tiempo al régimen
venezolano”. Critica la capitulación de Argentina porque aspira al voto de
Maduro para la Secretaría General de la ONU y la define como “hipocresía
política”. La OEA no puede seguir demorando soluciones concretas para la
estallante crisis venezolana, sobre la que el canciller español, García
Margallo, advierte de “un caos en Venezuela que puede llevar a un conflicto
violento”. El 2 de junio, el grito de “queremos comida, tenemos hambre”, fue
apagado en Caracas por la bestialidad policial y militar. Ese día vimos otra muestra del horror frente al cual la OEA
no puede seguir escondiendo su cabeza debajo del ala.
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1) CEV: Conferencia Episcopal Venezolana
2) MUD: Acrónimo por "Mesa Unidad Democrática", coalición de partidos políticos de Venezuela que hacen oposición formal al régimen y al partido político gobernante (PSUV, "Partido Socialista Unido de Venezuela") y sus aliados del Gran Polo Patriótico.
3) AN: Asamblea Nacional, parlamento unicameral venezolano, conformado mayoritariamente por diputados opositores al régimen de Nicolás Maduro.
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Fuente: http://www.el-nacional.com/opinion/hara-OEA-ahora_0_859714178.html
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