Violación filmada y difundida en India:
India, espantada por el caso de "las bestias de Guwahati"
“Las bestias de Guwahati”, así es como India denomina
a la sórdida
que la tiene conmocionada este mes de
julio de 2012. Los “bestias” son,
primer lugar, la veintena de hombres
que, durante más de media hora, asaltaron, desnudaron, toquetearon, golpearon y
quemaron con
a una muchacha de 17 años enfrente de un
bar. Pero también, los periodistas del equipo de televisión de NewsLive Channel
que, sin hacer el menor esfuerzo por detener la agresión o, al menos, llamar a
la Policía, la filmaron enteramente y corrieron luego a sus estudios a
difundirla de inmediato y con gran jolgorio. En cuanto a Guwahati, se trata de
una ciudad del noreste de India.
El incidente ocurrió el lunes de la pasada semana, 9 de julio, pero la indignación y el debate continúan. “Toda la nación ha contemplado con horror el video de una adolescente siendo desnudada y agredida en público por 20 jóvenes en Guwahati”, informa el Pune Mirror. “Pese a que decenas de carteles con las caras de los asaltantes han inundado la ciudad, la policía sólo ha logrado capturar hasta el momento a cuatro de ellos”.
Entretanto, Gaurav Jyoti Neog, el reportero de televisión que filmó la agresión, ya ha dimitido de su puesto, informa el Bangalore Mirror. También lo ha hecho, según informa Asian Tribune, Atanu Bhuyan, el editor jefe del canal de televisión para el que trabajaba el reportero y que difundió el video del horror. No obstante, Atanu Bhuyan sigue creyendo que tanto su subordinado como él cumplieron con su “deber”.
Con el título "Cólera en India" por la filmación mediática de una chica siendo asaltada sexualmente, The Guardian señala: “Nadie intervino durante los 45 minutos que duró el ataque, que fue filmado por un periodista fuera de servicio que llamó a un cámara para que se le sumara. La filmación fue difundida en un canal de noticias, dando lugar a un debate sobre la seguridad de las mujeres en India y sobre si los periodistas no tienen el deber de intentar ayudar en situaciones semejantes”.
La Policía de Guwahati también está recibiendo fuertes críticas. En primer lugar, por su tardanza en acudir al escenario de la barbarie, pese a la cercanía de una comisaría. En segundo, por su atención posterior a la víctima, a la que ni tan siquiera curaron de sus numerosas heridas. Frustrados por la inactividad policial, grupos de vecinos de la ciudad han colocado carteles con los retratos de los asaltantes sacados de la filmación.
El incidente ocurrió el lunes de la pasada semana, 9 de julio, pero la indignación y el debate continúan. “Toda la nación ha contemplado con horror el video de una adolescente siendo desnudada y agredida en público por 20 jóvenes en Guwahati”, informa el Pune Mirror. “Pese a que decenas de carteles con las caras de los asaltantes han inundado la ciudad, la policía sólo ha logrado capturar hasta el momento a cuatro de ellos”.
Entretanto, Gaurav Jyoti Neog, el reportero de televisión que filmó la agresión, ya ha dimitido de su puesto, informa el Bangalore Mirror. También lo ha hecho, según informa Asian Tribune, Atanu Bhuyan, el editor jefe del canal de televisión para el que trabajaba el reportero y que difundió el video del horror. No obstante, Atanu Bhuyan sigue creyendo que tanto su subordinado como él cumplieron con su “deber”.
Con el título "Cólera en India" por la filmación mediática de una chica siendo asaltada sexualmente, The Guardian señala: “Nadie intervino durante los 45 minutos que duró el ataque, que fue filmado por un periodista fuera de servicio que llamó a un cámara para que se le sumara. La filmación fue difundida en un canal de noticias, dando lugar a un debate sobre la seguridad de las mujeres en India y sobre si los periodistas no tienen el deber de intentar ayudar en situaciones semejantes”.
La Policía de Guwahati también está recibiendo fuertes críticas. En primer lugar, por su tardanza en acudir al escenario de la barbarie, pese a la cercanía de una comisaría. En segundo, por su atención posterior a la víctima, a la que ni tan siquiera curaron de sus numerosas heridas. Frustrados por la inactividad policial, grupos de vecinos de la ciudad han colocado carteles con los retratos de los asaltantes sacados de la filmación.
El pasado fin de semana, una delegación de la Comisión Nacional para las Mujeres (NCW) llegó a Guwahati para arropar a la víctima, cuya identidad no ha sido facilitada. La delegación investiga, entre otras cosas, si es cierto el rumor de que el equipo de televisión llegó incluso a instigar a la muchedumbre, y por qué la Policía no dio tratamiento médico a la víctima, informa Seven Sisters Post.
“¿Por qué no avisó el reportero a la Policía antes de telefonear a su cámara?”, se pregunta Palash Krishan Mehrotra en India Today. La pregunta es retórica porque él, como casi todo el mundo, conoce la respuesta: porque, en la era de la información convertida en espectáculo, de la instantaneidad antes que la veracidad, de la sed de audiencia en detrimento de la calidad, del éxito y el dinero rápidos convertidos en valores muy superiores a la laboriosidad y la profesionalidad, buena parte de las nuevas generaciones de periodistas han sido educadas en la idea de que lo suyo, la búsqueda frenética de la exclusiva sensacional, es lo único sagrado en este mundo.
Es una de las muchas locuras del siglo. En realidad, en toda sociedad civilizada el deber de auxilio a la víctima de un accidente, una catástrofe o un delito está por encima de cualquier otra consideración, y en no pocas de ellas incluso se penaliza la negativa a ayudar a alguien en apuros graves. Antes que un profesional de la información, y por encima de ello, el periodista es un ser humano. O debiera serlo. La justificación de la gentuza de NewsLive Channel, compartida por no pocos de sus colegas en el resto del planeta, sitúa al periodista en un nivel de la evolución anterior a la aparición de la humanidad, en el nivel de la bestia carroñera.
Palash Krishan Mehrotra también alude “a la actitud primitiva respecto a las mujeres” de su país, India. Un reciente estudio internacional difundido por Reuters sitúa a India como el peor país para las mujeres entre los miembros del G-20. Supera en este triste palmarés a Arabia Saudí.
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