Venezuela sí es una amenaza
29 de marzo 2015 - 12:01 am
@Diego_Arria
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y muchos dirigentes de la oposición
son responsables de facilitarle al régimen la absurda movilización para
rechazar la ley promulgada por el Congreso de Estados Unidos (ejecutada por el
presidente Obama) cuyo propósito es la defensa de la sociedad civil
venezolana y de sus derechos fundamentales
¿Y por qué lo afirmo? Tales declaraciones replican en su esencia las
mismas del régimen. Efectivamente, tan pronto se anunciaron las sanciones
a siete jerarcas por acciones criminales, la MUD destacó que la
acción unilateral de Estados Unidos era injerencista e inaceptable.
Dijeron: “Recibimos con aprecio y agradecimiento el apoyo de la comunidad
internacional, pero no aspiramos ni admitimos que la comunidad internacional o
alguno de sus miembros asuma deberes que son nuestros. Esta es una lucha de los
venezolanos por Venezuela”.
O sea, gracias pero nos bastamos solos. Agregaron: “Preferimos la acción
preventiva (…) que acciones sancionatorias unilaterales”. Y el gobernador Henri
Falcón remató: “Rechazamos la injerencia extranjera en nuestros asuntos
internos”, (mismo argumento del régimen). Entonces ¿qué solicitaban sus
delegados en sus innumerables viajes al exterior si no querían apoyos
unilaterales?
Finalmente aseguraron: “Venezuela no es una amenaza para ningún
país”. Sin duda un atrevimiento afirmar algo semejante cuando es conocido
que nuestro país ha sido utilizado para amparar y promover a grupos de
narcoterroristas que han sido mas que una amenaza por ejemplo para Colombia. Su
régimen ha establecido relaciones de la más alta peligrosidad con grupos
terroristas internacionales. Asociado a regímenes como el de Irán que han
puesto a nuestro país bajo el radar de la comunidad internacional. Que dispone
de recursos que lo hace un enemigo no subestimable. Que es un factor más que
significativo en el tráfico de drogas y en el lavado de dinero. Que
acredita con pasaportes a terroristas. Todas estas consideraciones lo hace un
enemigo nada despreciable de la paz.
Validar y servir de fiador de un régimen de pandillas ante
el mundo es imperdonable. Y nos cuesta caro a los que luchamos por la libertad.
No aceptan que se sancione a las siete personas directamente responsables
por las muertes, persecuciones, torturas y abusos de inocentes víctimas de sus
acciones que no pueden ser penalizados en nuestro país donde la justicia está a
su servicio. ¿Por qué? Porque “no aceptan que ningún miembro de la
comunidad internacional asuma deberes nuestros” y no propician ni aceptan
ninguna injerencia.
¿Es que acaso la MUD cuenta con mecanismos para imponer la justicia a estos
criminales? ¿Y cómo asume esos deberes? Estas preguntas deberían
contestarlas a los familiares de tantos inocentes muertos, presos, torturados y
perseguidos. Es evidente que los que suscribieron esta declaración no han sido
víctimas personales del régimen. No tienen familiares ultimados. Torturados.
Presos. Perseguidos. Secuestrados o despojados de sus propiedades.
Nos venimos quejando con razón que somos víctimas de la indiferencia, del
acomodo y hasta de la complicidad de muchos gobiernos, pero cuando emerge uno
como el de Estados Unidos que en su orden ejecutiva define claramente al
régimen venezolano con el perfil de un estado forajido y casi fallido de modo
que el mundo aprecie claramente nuestra trágica realidad, los opositores
oficiales increíblemente la rechazaron por “injerencista”.
Pero hay una consideración mucho más importante para nosotros los
venezolanos que intento resumir: la MUD irresponsablemente al introducir
el concepto de injerencia (igual que el régimen) olvida o decide desconocer una
consideración fundamental del derecho internacional humanitario referente a que
la violación de los derechos humanos sobrepasa las consideraciones de soberanía
nacional.
“Las violaciones graves a los derechos humanos no constituyen ‘asuntos
internos’. Son la excepción al principio de no intervención. Y en el caso de
Venezuela, estas violaciones han sido establecidas por la ONU y los más
respetados organismos internacionales no gubernamentales de derechos humanos,
incluyendo Amnistía Internacional y Human Rights Watch” (Paz Zárate).
En la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas en septiembre de 2005, todos los
dirigentes mundiales acordaron que cuando un Estado no cumpla la Responsabilidad
de Proteger (R de P)(¹), la comunidad internacional tendrá la responsabilidad de
ayudar a proteger a la población amenazada. La Responsabilidad de Proteger es
un compromiso para prevenir y detener crímenes masivos. Me pregunto, en
un país como el nuestro donde cada 20 minutos matan a una persona ¿no es una
realidad de la más alta peligrosidad?
Nadie discute el respeto debido a los principios de soberanía y
de la no injerencia en los asuntos internos de un país, pero la MUD no intenta
ni siquiera condenar que el régimen chavista y su FANB pretenden
utilizarlos como una licencia para cometer todo tipo de delitos. Literalmente
como un parapeto detrás del cual delinquir. Y como hemos visto hasta a matar.
Durante los años que tuve la oportunidad de servir como asesor
especial de Kofi Annan, secretario general de la ONU, se
comenzó a aplicar el principio de la Responsabilidad de Proteger (R de P)
a las sociedades secuestradas por sus gobiernos e incapacitadas de
defender sus derechos. ¿Acaso esta no es nuestra realidad?
Definimos entonces a la soberanía no como una licencia para controlar
a aquellos que se encuentren en el interior de las propias fronteras, sino como
un conjunto de obligaciones para con los ciudadanos.
Annan hizo hincapié tanto en la soberanía de los individuos como en la del
Estado y se desarrolló el concepto de “soberanía como responsabilidad”. Que la
primera y más importante de esas responsabilidades es la de proteger a los
ciudadanos de los abusos mas atroces. En términos sencillos: el individuo
es primero. Precisamente lo opuesto al comportamiento del régimen chavista.
Es penoso constatar que algo tan evidente como la responsabilidad de
proteger al igual que la prevalencia indiscutible de los derechos humanos sobre
el concepto de la soberanía haya sido desconocido por la MUD y muchos otros
dirigentes. Igual hizo la vergonzosa misión de cancilleres de UNASUR que vino
como cómplices de Maduro y su pandilla. Desmentir que no era un acto de
injerencia era obligante, pero no lo hicieron.
He venido repitiendo y escribiendo por años sobre una dirigencia política
inmersa en la negación de la realidad y que no tienen como resarcirnos de las
consecuencias de semejante irresponsabilidad. Eso no puede jamás llamarse
unidad. Ni menos oposición.
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Fuente: http://www.el-nacional.com/diego_e-_arria/Venezuela-amenaza_0_599940097.html#.VRheQbAc_Wg.twitter
Nota:
¹) Los tres pilares de la RESPONSABILIDAD DE PROTEGER,
estipulados en el Documento Final de la Cumbre Mundial 2005 (A/RES/60/1, párrs. 138 a 140) y formulados en el Informe del Secretario General de la ONU, 2009 titulado
«Hacer efectiva la responsabilidad de proteger», son los siguientes:
- Incumbe al Estado la responsabilidad primordial de proteger a sus habitantes contra el genocidio, los crímenes de guerra, la depuración étnica y los crímenes de lesa humanidad, así como de la incitación a ellos;
- La comunidad internacional tiene la responsabilidad de alentar y ayudar a los Estados a ejercer esa responsabilidad;
- La comunidad internacional tiene la responsabilidad de utilizar los medios diplomáticos, humanitarios y otros medios apropiados para proteger a las poblaciones de esos crímenes. Si resulta evidente que un Estado no protege a su población la comunidad internacional debe estar dispuesta a adoptar medidas colectivas para hacerlo, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.