Cómo legalizar cualquier fenómeno, desde la eutanasia hasta el canibalismo
Domingo, 20n de Abril de 2014
BD.- En la actual sociedad de la tolerancia, que no tiene ideales
fijos y, como resultado, tampoco una clara división entre el bien y el
mal, existe una técnica que permite cambiar la actitud popular hacia
conceptos considerados totalmente inaceptables.
Esta técnica, llamada ‘la ventana Overton’ y que consiste en una
secuencia concreta de acciones con el fin de conseguir el resultado
deseado, “puede ser más eficaz que la carga nuclear como arma para destruir comunidades humanas”, opina el columnista Evgueni Gorzhaltsán.
En su artículo en el portal Adme, pone el ejemplo radical de cómo convertir en aceptable la idea de legalizar el canibalismo paso a paso,
desde la fase en que se considera una acción repugnante e impensable,
completamente ajena a la moral pública, hasta convertirse en una
realidad aceptada por la conciencia de masas y la ley. Eso no se
consigue mediante un lavado de cerebro directo, sino en técnicas más
sofisticadas que son efectivas gracias a su aplicación coherente y
sistemática sin que la sociedad se dé cuenta del proceso, cree
Gorzhaltsán.
Primera etapa: de lo impensable a lo radical
Obviamente, actualmente la cuestión de la legalización del
canibalismo se encuentra en el nivel más bajo de aceptación en la
“ventana de posibilidades” de Overton, ya que la sociedad lo considera como un fenómeno absurdo e impensable, un tabú.
Para cambiar esa percepción, se puede, amparándose en la libertad de expresión,
trasladar la cuestión a la esfera científica, pues para los científicos
normalmente no hay temas tabú. Por lo tanto, es posible celebrar, por
ejemplo, un simposio etnológico sobre rituales exóticos de las tribus de
la Polinesia y discutir la historia del tema de estudio
y obtener declaraciones autorizadas sobre el canibalismo, garantizando
así la transición de la actitud negativa e intransigente de la sociedad a
una actitud más positiva.
Simultáneamente, hay que crear algún grupo radical de caníbales,
aunque exista sólo en Internet, que seguramente será advertido y citado
por numerosos medios de comunicación. Como resultado de la primera etapa de Overton, el tabú desaparece y el tema inaceptable empieza a discutirse.
Segunda etapa: de lo radical a lo aceptable
En esta etapa, hay que seguir citando a los científicos, argumentando
que uno no puede blindarse a tener conocimientos sobre el canibalismo,
ya que si alguna persona se niega a hablar de ello será considerado un
hipócrita intolerante.
Al condenar la intolerancia, también es necesario crear un eufemismo
para el propio fenómeno para disociar la esencia de la cuestión de su
denominación, separar la palabra de su significado. Así, el canibalismo
se convierte en “antropofagia”, y posteriormente en “antropofilia”.
Paralelamente, se puede crear un precedente de referencia, histórico,
mitológico, contemporáneo o simplemente inventado, pero lo más
importante es que sea legitimado, para que pueda ser utilizado como
prueba de que la antropofilia en principio puede ser legalizada.
Tercera etapa: de lo aceptable a lo sensato
Para esa etapa, es importante promover ideas como las siguientes: “el
deseo de comer personas está genéticamente justificado”, “a veces una
persona tiene que recurrir a eso, si se dan circunstancias apremiantes” o
“un hombre libre tiene el derecho de decidir qué come”.
Los adversarios reales a esos conceptos, es decir, la gente de a pie
que no quiere ser indiferente al problema, intencionadamente se
convierten para la opinión pública en enemigos radicales cuyo papel es
representar la imagen de psicópatas enloquecidos, oponentes agresivos de
la antropofilia que llaman a quemar vivos a los caníbales, junto con
otros representantes de las minorías.
Expertos y periodistas en esta etapa demuestran que durante la
historia de la humanidad siempre hubo ocasiones en que las personas se
comían unas a otras, y que eso era normal.
Cuarta etapa: de lo sensato a lo popular
Los medios de comunicación, con la ayuda de personas conocidas y
políticos, ya hablan abiertamente de la antropofilia. Este fenómeno
empieza a aparecer en películas, letras de canciones populares y videos.
En esta etapa, comienza a funcionar también la técnica que supone la
promoción de las referencias a las personajes históricos destacados que
practicaban la antropofilia.
Para justificar a los partidarios de la legalización del fenómeno se
puede recurrir a la humanización de los criminales mediante la creación
de una imagen positiva de ellos diciendo, por ejemplo, que ellos son las
víctimas, ya que la vida las obligó a practicar la antropofilia.
Quinta etapa: de lo popular a lo político
Esta categoría supone ya empezar a preparar la legislación para
legalizar el fenómeno. Los grupos de presión se consolidan en el poder y
publican encuestas que supuestamente confirman un alto porcentaje de
partidarios de la legalización del canibalismo en la sociedad. En la
conciencia pública se establece un nuevo dogma: “La prohibición de comer
personas está prohibida.”
Esta es una técnica típica del liberalismo que funciona debido a la
tolerancia como pretexto para la proscripción de los tabúes. Durante la
última etapa del “movimiento de las ventanas” de Overton de lo popular a
lo político, la sociedad ya ha sufrido una ruptura, pues las normas de
la existencia humana se han alterado o han sido destruidas con la
adopción de las nuevas leyes.
Gorzhaltsán concluye que el concepto de las ‘ventanas de
posibilidades’, inicialmente descrito por Joseph Overton, puede
extrapolarse a cualquier fenómeno y es especialmente fácil de aplicar en
una sociedad tolerante en la que la llamada libertad de expresión se ha
convertido en la deshumanización y donde ante nuestros ojos se eliminan
uno tras otro todos los límites que protegen a la sociedad del abismo
de la autodestrucción.
___Fuente: http://www.alertadigital.com/2014/04/19/como-legalizar-cualquier-fenomeno-desde-la-eutanasia-hasta-el-canibalismo/
Más Información: http://es.wikipedia.org/wiki/Ventana_Overton
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