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martes, 31 de mayo de 2016

VENEZUELA: Los bebés mueren por falta de medicamentos y por fallas de los hospitales

VENEZUELA: 
Los bebés mueren por falta de medicamentos y por fallas de los hospitales

Por NICHOLAS CASEYMAY
15 de Mayo de 2016
Publicado en The New York Times
Traducción libre


  
BARCELONA, Venezuela - Por la mañana, tres recién nacidos ya estaban muertos.

El día había comenzado con los riesgos habituales: La escasez crónica de antibióticos, soluciones intravenosas, incluso de alimentos. A continuación, un apagón se extendió sobre la ciudad y provocó el cierre de los respiradores en la sala de maternidad.

Los médicos mantienen vivos a los recién nacidos prematuros mediante el bombeo de aire en sus pulmones manualmente, durante horas. Al caer la noche, otros cuatro recién nacidos habían muerto.

"La muerte de un bebé es nuestro pan de cada día", dijo el Doctor Osleidy Camejo, un médico cirujano en la capital del país, Caracas, en referencia a la cifra de los hospitales venezolanos en colapso.

La crisis económica en este país ha estallado en una emergencia de salud pública, que causó la muerte de un número incalculable de venezolanos. Es sólo parte de un desenlace más grande que aquí se ha vuelto tan grave que ha provocado que el presidente, Nicolás Maduro, haya decretado un estado de emergencia, aumentando así los temores de un colapso del gobierno.

Las salas de los hospitales se han convertido en crisoles donde convergen las fuerzas de desgarro de Venezuela. Guantes y jabón han desaparecido en algunos hospitales. A menudo, los medicamentos para el cáncer sólo se encuentran en el mercado negro. Hay tan poca electricidad que las oficinas gubernamentales funcionan sólo dos días a la semana, para ahorrar lo que queda de energía eléctrica.

En el Hospital de la Universidad de los Andes, de la ciudad de Mérida, situada en la cordillera andina, no había agua suficiente para lavar la sangre de la mesa de operaciones. Los médicos se preparan para la cirugía lavándose las manos con agua mineral embotellada.

"Es como algo del siglo XIX", dijo el Doctor Christian Pino, un cirujano en ese hospital.

Las cifras son devastadoras. La tasa de mortalidad entre los bebés de menos de un mes de edad aumentó más de cien veces en los hospitales públicos dependientes del Ministerio de Salud, a poco más de un 2 por ciento en 2015 desde el 0,02 por ciento en 2012, según un informe del gobierno proporcionado por los legisladores.

La tasa de muerte entre las nuevas madres en los hospitales aumentó en casi cinco veces en el mismo período, según el informe.

Yulitza Roa, 15 años, tiene un tumor cerebral, está a la espera de la cirugía que se ha retrasado debido a que el Hospital Luis Razetti carece del equipo de escaneo necesario. 
Meridith Kohut para The New York Times


Aquí, en la ciudad portuaria caribeña de Barcelona, ​​dos bebés prematuros murieron recientemente en el camino a la clínica pública principal, porque la ambulancia no tenía tanques de oxígeno. El hospital presta servicio sin las máquinas de rayos X o de diálisis renal porque éstas se dañaron hace mucho tiempo. Y por cuanto no hay camas disponibles, algunos pacientes yacen en el suelo, sobre charcos de sangre.

Es un hospital propio de un campo de batalla, en un país donde no hay guerra.

"Algunos vienen aquí sanos, y salen muertos", dijo el Doctor Leandro Pérez, de pie en la sala de emergencias del Hospital Luís Razetti, que sirve a la ciudad.

Esta nación tiene las mayores reservas de petróleo del mundo, sin embargo, el gobierno guardó poco dinero para los tiempos difíciles de cuándo los precios del petróleo eran altos. Ahora que los precios se han derrumbado - que son alrededor de un tercio de lo que eran en 2014 - las consecuencias arrojan sombras destructivas en todo el país. Colas para adquirir comida, mucho tiempo una característica de la vida en Venezuela, ahora estallan en saqueos. El bolívar, la moneda del país, está casi sin valor.

La crisis se agrava por una disputa política entre los izquierdistas de Venezuela, que controlan la presidencia, y sus rivales en la Asamblea Nacional. Los oponentes del presidente declararon una crisis humanitaria en enero, y este mes aprobaron una ley que permitiría a Venezuela aceptar la ayuda internacional para así apuntalar el sistema de atención de la salud.

"Este es un acto criminal que nos podemos admitir en un país con tanto petróleo,  la gente está muriendo hasta por falta de antibióticos", dice Oneida Guaipe, legislador y ex dirigente sindical del hospital.

Pero el señor Maduro, quién sucedió a Hugo Chávez, rechazó el esfuerzo en cadena televisiva, y describe la medida como un intento de socavar su poder y privatizar el sistema hospitalario.

"Dudo que en cualquier parte del mundo, excepto en Cuba, exista un mejor sistema de salud que éste", dijo Maduro.

A finales del pasado otoño, explotaron las envejecidas y vetustas bombas que suministran agua al Hospital de la Universidad de los Andes. Pero no fueron reparadas durante meses.

Así que sin agua, guantes, jabón o antibióticos, un grupo de cirujanos se preparan para extirpar un apéndice que está a punto de estallar, a pesar de que la sala de operaciones todavía estaba cubierta por la sangre de otro paciente.

Incluso en la capital, sólo dos de los nueve quirófanos están funcionando en el  Hospital de Niños "J. M. de  Los Ríos". 

Una protesta el mes pasado en Caracas, Venezuela, durante la crisis hospitalaria del país.
Meridith Kohut para The New York Times
 

"Hay personas que mueren por falta de medicinas, niños que mueren por desnutrición y otros que mueren porque no hay personal médico", dijo la Doctora Yamila Battaglini, un médico cirujano en el hospital.

Sin embargo, incluso entre los hospitales que fallan de Venezuela, el Hospital “Luis Razetti” de Barcelona se convirtió en uno de los más notorios.

En abril, las autoridades detuvieron a su director, Aquiles Martínez, y le quitaron su puesto. Los informes locales dijeron que fue acusado de robar equipos médicos del hospital, incluidas las máquinas para el tratamiento de personas con enfermedades respiratorias, así como soluciones intravenosas y 127 cajas de medicina.

Alrededor de las 10 de una noche reciente, el doctor Freddy Díaz caminaba por un pasillo, convertido en una sala improvisada para los pacientes que no tenían camas: Algunos  se aferraron a sus vendas empapadas en sangre y llamaban desde el suelo en busca de ayuda. Uno de ellos, traídos por la policía, fue esposado a una camilla. En un cuarto de suministros, las cucarachas huyeron cuando la puerta se abrió.

El Doctor Díaz registra los datos médicos de un paciente en la parte posterior de un extracto de cuenta que alguien había tirado a la basura.

"Nos hemos quedado sin papel de aquí", dijo.

En el cuarto piso, uno de sus pacientes, Rosa Parucho, de 68 años, fue una de las pocas que había logrado conseguir una cama, aunque el colchón en descomposición provocó que su cuerpo se cubriera de llagas.

Pero esos eran los menores de sus problemas: la señora Parucho, una diabética, era incapaz de recibir diálisis renal debido a que las máquinas estaban dañadas. Una infección se había extendido a sus pies, que eran negros como noche oscura. Ella iba a entrar en shock séptico.

La señora Parucho necesita oxígeno, pero tampoco está disponible. Sus manos se movieron y entornó sus ojos, se le pusieron en la parte posterior de su cabeza.

"Las bacterias no mueren, se están propagando", dijo el Doctor Díaz, señalando que tres de los antibióticos que la señora Parucho necesita no están disponibles desde hace meses.

El médico prosiguió. "Tendremos que amputarle los pies."

Tres familiares de una mujer inconsciente se sentaron a leer el Antiguo Testamento delante de ella. Ella había llegado seis días antes, y permanecía allí aguardando por diagnóstico, debido a que una máquina de escaneo se había dañado, días antes de que alguien descubriese el tumor que ocupa una cuarta parte de su lóbulo frontal.

Lisquer Pulido, 17, izquierda, y Marilin Mago, 25, esperando el mes pasado para entrar en el área neonatal de la sala de maternidad de un hospital de Puerto La Cruz para alimentar a sus bebés prematuros que habían nacido durante la semana. Meridith Kohut para The New York Times

Samuel Castillo, de 21 años, llegó a la sala de emergencias, necesitando transfusión de sangre. Sin embargo, los suministros se habían agotado. Llegó un día que había sido declarado de asueto por el gobierno para ahorrar electricidad, y el banco de sangre tomó donaciones sólo en días laborables. El señor Castillo murió esa noche.

Durante los últimos dos meses y medio, el hospital no ha tenido una manera de imprimir radiografías. Por lo tanto los pacientes deben utilizar un teléfono inteligente para tomar una imagen de sus exploraciones radiográficas y llevarlos al médico adecuado.

"Parece que es tuberculosis", dijo un médico de emergencia que observó la exploración radiográfica de un pulmón captada en un teléfono celular. "Pero no puedo afirmarlo. La calidad de la imagen es mala."

Encontrar la medicina es quizás el reto más difícil.

La farmacia de aquí tiene estantes vacíos debido a la escasez de las importaciones, que el gobierno ya no puede permitirse. Cuando los pacientes necesitan tratamiento, los médicos entregan a los familiares cercanos una lista de medicamentos, soluciones y otros elementos necesarios para estabilizar los pacientes o para realizar la cirugía. Los seres queridos son enviados de vuelta por donde llegaron a encontrar a los vendedores del mercado negro que tienen las mercancías.

Lo mismo se aplica a casi todo lo demás que pueda ser necesario aquí.

"Usted debe traer los pañales ahora", dijo una enfermera a Alejandro Ruíz, cuya madre había sido llevada a la sala de emergencias.

"¿Qué más?", preguntó, agarrando grandes bolsas de basura que había llevado llena de mantas, sábanas, almohadas y papel higiénico.

Nicolás Espinosa se sentó junto a su pequeña hija, que ha padecido cáncer dos de sus cinco años. Se estaba quedando sin dinero para pagar por las soluciones intravenosas. La inflación había aumentado el precio por 16 veces más de lo que pagó hace un año.

Llevaba consigo una lista de medicamentos que estaba tratando de encontrar aquí en Barcelona y en una ciudad vecina. Algunos de los medicamentos están destinados a proteger el cuerpo durante la quimioterapia, sin embargo, los tratamientos de la chica terminó cuando el departamento de oncología se quedó sin los medicamentos necesarios hace un mes y medio.

Cerca de él, un letrero escrito a mano decía: "Vendemos antibióticos - Negociables".
El medicamento estaba en la lista del vendedor del mercado negro.

Biceña Pérez, de 36 años, exploró en los pasillos en busca de alguien que le escuche.

"¿Puede alguien ayudar a mi padre?", preguntó.

La sala de emergencia pediátrica de una clínica dirigida por el gobierno en Catia La Mar.
Meridith Kohut para The New York Times

Su padre, José Calvo, de 61 años, había contraído la enfermedad de Chagas, una enfermedad causada por un parásito. Pero la medicación que había sido prescrita al señor Calvo se agotó en Venezuela este año, y él comenzó a sufrir insuficiencia cardíaca.

Seis horas después de la petición de la señora Pérez, un grito se escuchó en la sala de emergencias. Era la hermana del señor Calvo: "Mi amor, mi amor...",  gemía. El señor Calvo estaba muerto.

Su hija deambulaba por la sala, sin saber qué hacer. Sus manos cubrían su cara, y luego se apretaron en puños.

"¿Por qué el director de este hospital robó ese equipo?", fue todo lo que pudo decir. "¿Dime de quién es la culpa?"

El noveno piso del hospital es la sala de maternidad, donde los siete bebés habían muerto el día anterior. Una habitación al final del pasillo estaba lleno de incubadoras dañadas.

Se rompió el cristal de una. Los cables rojos, amarillos y azules colgaban de otra.

"No usar - No funciona", decía un letrero, colocado en noviembre pasado.

La Doctora Amalia Rodríguez estaba de pie en el pasillo.

"Tuve un paciente que necesitaba de respiración artificial, y no tenía ninguna disponible...", dijo la Doctora Rodríguez. "Un bebé. ¿Qué podemos hacer?"

El día del apagón, la Doctora Rodríguez dijo que el personal del hospital trató de encender el generador, pero no funcionó.

Los médicos intentaron todo lo posible para mantener respirando a los bebés, bombeando aire manualmente hasta que los empleados estaban tan agotados que apenas podían ver, dijo. ¿Cuántos bebés murieron a causa del apagón? Era imposible decir, teniendo en cuenta todas las otras deficiencias en el hospital.

"¿Qué podemos hacer aquí?", Dijo la Doctora Rodríguez. "Cada día que pase una incubadora sin calentar, qué esté fría, está dañada."

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Fuente: http://www.nytimes.com/2016/05/16/world/americas/dying-infants-and-no-medicine-inside-venezuelas-failing-hospitals.html?_r=0

El momento oscuro de Venezuela: hambre, apagones y un gobierno paralizado

  
El momento oscuro de Venezuela: hambre, apagones y un gobierno paralizado

Por NICHOLAS CASEY y PATRICIA TORRES 
30 mayo 2016
Publicado en The New York Times




CARACAS — ¿Los tribunales? Cerrados la mayor parte del tiempo. ¿Las oficinas para registrar un negocio? Igual. ¿El ministerio público? Se ha transformado en una venta de alimentos para empleados del gobierno.

Poco a poco, Venezuela ha comenzado a paralizarse.

Los habitantes de este país llevan años acostumbrados a una aguda escasez, incluso de alimentos básicos. Sin embargo, Venezuela continúa adentrándose en territorio inexplorado. Hace poco el gobierno adoptó una medida desesperada para ahorrar electricidad: decretó el cierre temporal de muchas de sus oficinas que ahora solo trabajan dos días por semana (de 7:30 de la mañana a 13:00).

Pero eso solo es una muestra de los males del país. La electricidad y el agua están racionadas por lo que enormes regiones del país han sufrido la escasez de ambos recursos durante meses.

Muchas personas no pueden hacer llamadas internacionales desde sus teléfonos debido a un conflicto entre el gobierno y las compañías telefónicas por las tarifas y regulaciones cambiarias. Coca-Cola Femsa, la compañía mexicana que embotella Coca-Cola en el país, ha paralizado la producción de refrescos debido a la escasez en el suministro de azúcar.

La semana pasada las protestas se tornaron violentas en varias regiones del país donde los manifestantes exigían que se volvieran a abastecer a los supermercados. El viernes el gobierno dijo que la medida implementada en sus oficinas continuará por otros 15 días.

“Se han experimentado muchos problemas, pero algo que no se había visto son estas protestas cuya finalidad es, simplemente, obtener alimentos”, dijo David Smilde, un analista de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, una organización de derechos humanos.

La creciente crisis económica —alimentada por los bajos precios del petróleo, el principal producto de exportación del país; una sequía que ha paralizado la generación de energía hidroeléctrica, y la caída en la producción manufacturera y agrícola— se ha convertido en una intensa crisis política para el presidente Nicolás Maduro.

Este mes declaró un estado de emergencia, el segundo de 2016, y ordenó la realización de ejercicios militares, al citar amenazas externas. Sin embargo, el cerco sobre el presidente se estrecha cada vez más.

Algunos funcionarios estadounidenses dicen que las múltiples crisis han hecho que Maduro caiga en desgracia con los miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), su propio partido. Según los funcionarios, los militantes podrían volverse en su contra, lo que provocaría el caos en las calles.

Antiguos aliados como Brasil, cuya presidenta Dilma Rousseff fue removida de su cargo este mes mientras espera para ser enjuiciada, ahora critican abiertamente a Venezuela. José Mujica, el expresidente de Uruguay, dijo hace unos días que Maduro está “loco como una cabra”.

En un pequeño comercio de Caracas, los empleados hornean y empacan pan. Pararon sus operaciones durante días, debido a que el dueño no podía comprar harina por la escasez de alimentos.
Credit Meridith Kohut para The New York Times

Las tensiones regionales llegaron a su punto crítico la semana pasada cuando Maduro declaró en televisión y reprendió a la Organización de Estados Americanos (OEA), que ha criticado el manejo de la crisis económica y política del gobierno venezolano. Maduro arremetió contra Luis Almagro, el secretario general de la organización, diciendo que es un “traidor desde hace tiempo” y acusándolo de ser un agente de la CIA.

Almagro le respondió con una carta abierta en la que le hace una fuerte crítica y aboga para que Maduro permita que se realice el referendo revocatorio que la oposición está convocando para destituirlo.

“Traicionas a tu pueblo y a tu supuesta ideología con tus diatribas sin contenido”, escribió Almagro. “Negar la consulta al pueblo, negarle la posibilidad de decidir, te transforma en un dictadorzuelo más, como los tantos que ha tenido el continente”.

Mientras este enfrentamiento continúa, Mariángel González, de 32 años y madre de dos hijas, está más preocupada por los efectos de la crisis gubernamental en su vida cotidiana. Ahora las escuelas públicas no trabajan los viernes para ahorrar energía eléctrica. Así que estaba haciendo fila con su hija mayor en un cajero automático, mientras su esposo cuidaba a la otra niña en casa.

“En este momento mi hija mayor debería estar en la escuela primaria y la más pequeña en el kínder”, dijo. “Hemos tenido que inventarnos nuevas rutinas”.

González, es una abogada independiente, y hasta hace poco vivía como la clase media. Pero dice que el colapso gubernamental la ha dejado sin trabajo y a su familia sin comida.

“La niña más grande, que entiende lo que sucede, me dice: ‘¿Qué hay, mamá: pan, arepas o nada?’”. La mujer dice que hace poco la familia cenó pasta con kétchup.

Para Vanessa Arneta, quien comparte un departamento con siete familiares, la mayor dificultad son los cortes de agua que solo llega un día a la semana, los jueves, a su barrio de San Antonio de los Altos.

Ese día se reparten las tareas a toda prisa. Un sobrino se ducha mientras otro lava los platos, cuenta Arneta. Uno de sus hermanos lava el baño mientras alguien más llena baldes de agua. Sin embargo, Arneta menciona que el agua es de color café y enferma a su familia.

Muchos venezolanos dicen que sufren irritaciones en la piel por bañarse con esa agua o por no poder hacerlo, ni lavar sus sábanas y toallas. “Su cuerpo está lleno de pequeñas burbujas que duelen horrible”, dijo Arneta de una de sus hermanas.

Las escuelas públicas de Venezuela cierran los viernes, en otro esfuerzo por ahorrar electricidad.
 Credit Meridith Kohut para The New York Times
El gobierno de Venezuela afirma que los problemas son provocados por una “guerra económica” declarada por las élites que acumulan las provisiones, además de los esfuerzos del gobierno estadounidense por desestabilizar al país.

Sin embargo, la mayoría de los economistas concuerdan en que Venezuela padece los efectos de años de mala administración económica, lo que se manifiesta en una excesiva dependencia del petróleo y los controles de precios que han paralizado la producción de muchas empresas.

Algunos venezolanos canalizan sus frustraciones en protestas contra el gobierno. Los opositores de Maduro, quienes ahora controlan la Asamblea Nacional, realizan protestas semanales para que se convoque un referendo.

El miércoles pasado, los manifestantes se enfrentaron a la policía que disparó gas lacrimógeno y recibió ataques con botellas y piedras.

“La situación económica de este país está colapsando”, comentó Pablo Parada, un estudiante de derecho que participó la semana pasada en una huelga de hambre frente a la oficina de la OEA en Caracas. “Ahora hay personas que pasan hambre”.

Parada dijo que el propósito de su huelga de hambre era presionar a la OEA para que inste a los funcionarios venezolanos a que permitan que el referendo se realice este año. Es la única forma en la que cree que el país podría recuperarse.

Ahora en Caracas hay menos tráfico porque muy poca gente sale de sus casas debido a la falta de dinero o de empleo. Hace poco, en los edificios gubernamentales del centro de la ciudad, los peatones pasaban de largo porque casi todos los edificios —incluyendo varios museos, la oficina del registro público y el seguro social— estaban vacíos, como si fuera un día festivo.

Los únicos que trabajaban eran los guardias.

“Ahora esto está en las manos de Dios”, dijo uno de los guardias llamado Luis Ríos. Otros señalan lo absurdo que resulta cerrar servicios para ahorrar la energía gubernamental.

“Yo no veo que ahorren energía de esta forma”, comentó Youheinz Linares, una madre divorciada de 38 años, quien cuidaba de sus hijos, un viernes en el que no hubo escuela.

“En la escuela hay 40 niños con una bombilla en un salón”, dijo. “Ahora tienes 40 niños en sus casas con las luces, los televisores, tabletas, videojuegos y computadoras encendidas todo el día. Es ilógico”.

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Fuente:  http://www.nytimes.com/es/2016/05/30/el-momento-oscuro-de-venezuela-hambre-apagones-y-un-gobierno-paralizado/?em_pos=small&emc=edit_bn_20160530&nl=boletin&nl_art=0&nlid=74283157&ref=headline&te=1



lunes, 30 de mayo de 2016

Holodomor: Muerte por hambre

                         



Holodomor o Golodomor (en ucraniano, Голодомор, “matar de
hambre
”), también llamado “Genocidio Ucraniano” u “Holocausto ucraniano”, es el
nombre atribuido a la hambruna que asoló el territorio de la República
Socialista Soviética de Ucrania, en el contexto del proceso de colectivización
emprendida por la URSS, durante los años de 1932-1933, en la cual habrían
muerto de hambre entre 1,5 y 10 millones de personas.1 2 3 Los archivos
secretos desclasificados tras la desintegración de la Unión Soviética, reflejan
un aumento de la mortalidad en 1932 estimado en una tasa adicional a la media
de años anteriores de unas 150 000 personas, mientras que 1933 refleja algo más
de 1,3 millones de personas –haciendo un total de unas 1,5 millones de personas
fallecidas a consecuencia directa de la hambruna según estos documentos–, si
bien desde 1934 tanto la mortalidad como la natalidad descendieron entre un 20
y un 40% en comparación con la media de los años previos a la hambruna.

Existen dos puntos de vista fundamentales y opuestos sobre
los responsables políticos de la tragedia, y muchos puntos de vista intermedios
entre estos. Según el primer punto de vista, el Holodomor habría sido un acto
intencional de exterminio desatado por el poder central soviético encabezado
por Iósif Stalin, y en particular, contra la nacionalidad ucraniana. Según el
otro punto de vista, la tragedia habría sido consecuencia de una mala cosecha
unido a la política de requisas del grano impuestas por el poder soviético a
los campesinos con pequeñas propiedades, como medida punitiva para forzar la
colectivización obligada, que dio como consecuencia la hambruna, no sólo en
Ucrania, sino también en otras zonas agrícolas de la Unión Soviética. El poder
soviético de la época culpaba de la escasez de grano que impedía alcanzar las
cuotas fijadas de alimentos al sabotaje -y a la guerra a la colectivización-
emprendidos por los campesinos ricos, llamados kulaks, que habrían acaparado y
destruido las cosechas y ganados, como método de oponerse al proceso de
colectivización, justificando así las requisas efectuadas.
  
Según los críticos del régimen soviético si se tiene como
referencia la definición jurídica de genocidio4 5 y numerosas evidencias,6 7 8
9 se verificaría la naturaleza genocida del Holodomor al haber fuertes indicios
de haber sido una hambruna artificial creada por el régimen soviético,10 11 12
13 14 15 16 17 comandado por Iósif Stalin. Si bien se provocaron hambrunas
también en otras regiones de la URSS, el término Holodomor se aplica
específicamente a los sucesos ocurridos en Ucrania. Sin embargo, algunas
instituciones, han revocado la definición de genocidio, como la Asamblea
Parlamentaria del Consejo de Europa, que revocó su denominación de
"genocidio" en el 2010, alegando que si bien reconocía que la
hambruna forzada de Holodomor llegó a serlo como consecuencia de la política
del régimen totalitario de Stalin,
consideró no se ajustaba a la definición de genocidio
, al no ser dirigido
contra un pueblo en concreto sino contra el pueblo soviético en su totalidad.
La rectificación de la declaración anterior se hizo a petición del propio gobierno
ucraniano pro ruso de Víktor Yanukóvich, en contradicción con lo que había
afirmado su antecesor en la presidencia y opositor Víctor Yúschenko .

Hacia noviembre de 2011, la propia Ucrania y 22 gobiernos de
otros países han denominado a las acciones del gobierno soviético como un acto
de genocidio. La declaración conjunta de las Naciones Unidas de 2003 ha definido la
hambruna como el resultado de políticas y acciones "crueles" del
régimen totalitario
que causaron la muerte de millones de personas de etnias
como la ucraniana, rusa, kazaja y otras. El 23 de octubre de 2008, el Parlamento
Europeo adoptó una resolución en la que se reconocía el Holodomor como un
crimen contra la humanidad. Además de la condena de estos países, el Parlamento
Europeo, la Asamblea General de las Naciones Unidas,  la Asamblea Parlamentaria del Consejo de
Europa en su Resolución 1481, la Organización para la Seguridad y la
Cooperación en Europa y la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura han expresado su repulsa por los hechos,
aunque sin utilizar la expresión genocidio en sus declaraciones.



(Extraído completamente de “Wikipedia”; Voz: “Holodomor”)

domingo, 29 de mayo de 2016

Niñez segada por la muerte debido a la desidia del gobierno venezolano

Niñez segada por la muerte debido a la desidia del gobierno venezolano:
Los niños mueren en Venezuela por falta de medicamentos



Con el régimen de Maduro, ni los niños tienen futuro... siegan sus vidas, quitándoles alimentos, medicamentos, espacios libres de violencia dónde vivir, jugar, estudiar, soñar...quitándoles la vida!



JAIME VARGAS
Director General de FUNDAMERCED


Caracas, 27 de mayo de 2016
(Actualizado el 29-05-2016)
Oliver Sánchez, el niño de 10 años que protestó en febrero de este año para pedir ayuda para quimioterapias, murió el martes 24 en la clínica Loira de El Paraíso a las 12:30 del mediodía, confirmó un familiar cercano. La fotografía de un pequeño niño cuyo rostro cubría un tapabocas y que portaba un cartel que llevaba escrito: “…Quiero curarme, paz, salud…”; se esparció por los medios de comunicación y las redes sociales.  En ese entonces, pese a la notoriedad comunicacional de su pedimento, el gobierno de Nicolás Maduro omitió prestarle apoyo.

Los últimos 10 días el niño estuvo en la terapia intensiva de la Clínica Loira, luego de haber pasado por varios hospitales en los que no había cupo, así lo reseñó El Nacional.
En 2015,  Oliver fue diagnosticado con un tipo de cáncer conocido como linforma Hodgkin (cáncer del sistema linfático), y desde esa fecha tuvo que vivir el drama que supone la búsqueda de Epamin y Fenobarbital de 500 mg. para su tratamiento, pues en Venezuela los hospitales están sin recursos y las farmacias sin medicamentos.
En la familia del niño fallecido, hay  además otras dos personas con cáncer a las que se les complica igualmente conseguir y obtener  los medicamentos: su abuela materna y una de sus
 Venus Alejandra, QEPD
primas. 
En la misma situación están cientos de pacientes según señalan diversas ONG’s. Es la historia que se repite a las puertas y se vive en el interior de todos los hospitales públicos y en todas las clínicas privadas de Venezuela. La alarmante estadística de bebés recién nacidos, y que luego fallecen, cada día se incrementa de manera exponencial en cada centro médico, ante la carencia de los insumos y equipos necesarios para las primeras atenciones.
En el Hospital de Niños “J. M. de los Ríos”, un centro de referencia nacional ubicado en Caracas, sólo funcionan dos de los nueve quirófanos que posee; y los alimentos que les suministran a los niños se suspendieron ante la escasez. “Hay personas que mueren por falta de medicinas, niños que mueren por desnutrición y otros mueren porque no hay personal médico...”, afirman los mismos médicos.

Santiago Riera, QEPD
En el momento de escribir estas líneas, nos enteramos del fallecimiento de otro niño, Santiago Riera, de 5 años:  Fue diagnosticado en octubre de 2014 con Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA), de alto riesgo, y murió luego de presentar una recaída y no conseguir medicamentos para sus quimioterapias; estaba a la espera de un trasplante de médula, el cual debía realizarse en el extranjero, pero sus familiares no contaban con los recursos económicos, sin embargo, sus progenitores intentaron por todos los medios solicitar la ayuda que permitiera a su hijo continuar con vida.
A mediados de febrero, además de la leucemia, al niño le fue detectado un hongo en su boca y los medicamentos para combatirlo tampoco eran ubicados por sus padres, quienes insistieron por las redes sociales, pero lamentablemente no los consiguieron; el pequeño no tenía medicamentos ni para sus quimioterapias ni para combatir un hongo.
Isabella Salazar, QEPD
Trascendió que hay una lista de 20 niños que están a la espera de un trasplante, y mientras esto sucede la salud de los pequeños está recayendo, pues debido a la grave situación de desabastecimiento de medicinas que vive el país, no pueden cumplir los tratamientos que requieren para salvaguardar sus vidas por fallas en su tratamiento oncológico. 

Recolectando información respecto a la muerte de estos niños, hallo que no hace mucho falleció en el Zulia otra niña, paciente oncológico, Isabella Salazar, de apenas 3 años de edad, también por fallas en su tratamiento: No recibía quimioterapias por no conseguir un medicamento específico requerido; necesitaba 50 sesiones de quimioterapia para su tratamiento, pero no conseguía trióxido de arsénico en ampollas de 150 miligramos. Murió de mengua.
Isaac, QEPD
En realidad, muchos medicamentos no pueden ser adquiridos en Venezuela, debido a las deudas contraídas por el gobierno nacional con los laboratorios y farmaceúticas internacionales, y que a la fecha no ha honrado con su pago; esos medicamentos podrían ser adquiridos directamente en el extranjero, pero muchos venezolans no pueden ni sufragar siquiera los altos costos de esos medicamentos, mucho menos en divisas extranjeras, y es por ello que debe ser el Estado quién deba dotar al afectado de los medicamentos que requiera: Mientras tanto, la escasez de trióxido de arsénico afecta a otros 200 niños, cuyos padres no se resignan a contemplar cómo paulatinamente se les apaga la vida... 
   

¿Pero por qué el Estado debe dotar al afectado de los medicamentos que requiera el individuo? 

Porque vivimos en sociedad precisamente para obtener mediante el esfuerzo conjunto de todos los miembros de la sociedad aquello que no podríamos obtener con nuestras únicas fuerzas como individuos; porque la sociedad en la cual vivimos evolucionó a la forma de organización sociopolítica que conocimos como "Estado de Derecho" - figura liberal burgués imperante desde siempre pero suplantada ahora en Venezuela por otra de ideología marxista, enmascarado bajo otro llamado "Estado Democrático y Social de Derecho y Justicia", modelo sólo existente en países tales como Libia, Irán, Corea del Norte-   para que
todos los individuos miembros de ese ente pudiésemos obtener y disfrutar de todas las condiciones requeridas para desenvolvernos y desarrollarnos  libremente, estando obligado el Estado a poner a disposición del individuo precisamente esas condiciones que requiera el individuo para desarrollar su personalidad; en fin, porque es deber del Estado velar por el abastecimiento de medicamentos en el mercado, para que quién se enferme o quiera comprar un medicamento, lo compre y lo adquiera con dinero proveniente de su propio peculio personal, sin necesidad de estarle rogando ni mendigando a nadie... pero ni importa por sí mismo esos medicamentos ni tiene divisas para pagar la deuda externa ni pública ni privada, ni tiene divisas para otorgar a los ciudadanos ni los cupos electrónicos que les permitiría adquirir vía Internet sus medicamentos desde la comodidad

de sus propios hogares, y no tiene divisas debido a la corrupción pública, y los ciudadanos tampoco pueden viajar al exterior a comprar por sí mismos esos medicamentos    como quiera que este gobierno quebró o hizo que disminuyese o cesase la actividad de todas nuestras industrias, expropió otras, y ahogó con restricciones, multas, impuestos y exigencias burocráticas hasta al sector comercio y de servicios, desestimulando y ahuyentando la inversión extranjera, acarreando la desaparición de numerosos puestos de trabajo, aunado al hecho de que hasta disminuyeron las actividades agropecuarias y pesqueras, así como las de extracción y transformación en la industria tanto petrolera como minera, resulta entonces que aquí en Venezuela todo debe ser importado pues acá nada producimos: perniles para navidad, café para despabilarnos cada mañana, granos y cereales para nuestras comidas, carnes rojas y blancas para trinchar. Sí este régimen          
Ante instancias judiciales, otra ONG intentó una acción judicial para obtener protección de parte del sistema judicial venezolano respecto a la escasez de medicamentos pediátricos en el
Mayriel: Con vida...por ahora!
país. La acción así intentada por CECODAP fue desestimada,  por cuanto los tribunales estimaron que la información sobre la cual intentaron la acción era falsa e imprecisa, obtenida de portales electrónicos, pese a haber presentado 21 casos de niños afectados y haber alegado que el propio gobierno decretó la emergencia económica debido precisamente a la escasez de alimentos y medicinas, así como constituir un hecho notorio comunicacional la muerte de innumerables neonatos en todo el país, en los últimos tres meses.  


Por supuesto, la gravedad de esta cuestión es evidente: La situación de los pacientes oncológicos se tornó crítica debido a las fallas en el tratamiento, que a su vez no puede ser aplicado por cuanto no existen medicamentos en el mercado venezolano; y no sólo respecto a los pacientes oncológicos, sino que esta situación también se extiende igualmente a otros grupos etarios como neonatos y ancianos, así como a grupos vulnerables como los pacientes psiquiátricos así como todos aquellos que requieran de algún medicamento o de algún tratamiento médico o farmacológico o quirúrgico para mantener y conservar una buena calidad de vida, entre las cuales hemos de incluir hasta las simples nebulizaciones, diálisis, etc. Como quién dice: Una simple gripe puede acarrear la muerte...y no es chiste, azotados y asolados en el país por los virus del zika, del chikunguya, del paludismo, la fiebre amarilla...


                                             

Desde luego, sí el Estado no cumple su función social inherente e intrínseca, seguirá empeorando el nivel de vida de toda la ciudadanía; su función consiste en asegurar la existencia de las condiciones de vida que permitirán a los ciudadanos desarrollar su propia personalidad libremente, no el asegurar en el poder a nadie. En el caso en cuestión, debe abastecer y dotar apropiadamente de recursos al sistema de salud pública, lo cual cumpliría asignando recursos suficientes para el sector salud y salubridad pública, pero en vez de eso se ocupa preferentemente en otras áreas como las de seguridad y defensa, adquiriendo equipo bélico y organizando costosas prácticas militares, invitando a intervenir en los ejercicios a diversos países que considera aliados: Corea del Norte, Irán, Rusia, etc., agasajándolos en vez de invertir en salud lo que gastó en esos ejercicios.      

¿Cuánta comida o medicamentos se habrían comprado con lo gastado en los ejercicios militares?

Desde luego, esta desidia constituye un acto de violencia: Atenta contra los derechos humanos de todos aquellos quienes padecen por la falta de un medicamento, máxime sí su vida está en riesgo. 

Para finalizar, lamentamos informar que las fallas en el abastecimiento de alimentos también están afectando a nuestra niñez: Desde el Estado Amazonas se está reportando que hasta nuestros niños indígenas que están siendo atendidos en los centros de salud, están afectados por la desnutrición; así lo corrobora no una ONG's sino un Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, conforme se aprecia en acta adjunta.  


¿A que vamos a esperar? ¿Qué espera el gobierno para dotar a los hospitales y centros de salud? Está en juego la salud y la vida de miles de venezolanos. Es hora de actuar.
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Los analgésicos reducen la empatía

El paracetamol reduce la empatía

Dos experimentos revelan que disminuye la capacidad de comprender el sufrimiento de otras personas


El paracetamol o acetaminofeno, uno de los analgésicos más comúnmente utilizados, reduce la capacidad de comprender el sufrimiento de otras personas, ha revelado un estudio. Previamente, se había descubierto que también disminuye algunas emociones positivas, como la alegría. En sentido contrario, algunos especialistas barajan actualmente la posibilidad de desarrollar medicinas que aumenten comportamientos prosociales, como la compasión.

 

Martes 17 de mayo de 2016

Por Yaiza Martínez.

Escritora, periodista, y Directora de Tendencias21.





El año pasado, un equipo de investigadores estadounidenses descubrió que el analgésico acetaminofeno (más conocido como paracetamol) embota las emociones positivas, como la alegría. 

Lo hicieron a partir de un experimento en el que participaron 82 personas, la mitad de las cuales tomaron una dosis de 1.000 miligramos de acetaminofeno, y la otra mitad, un placebo de aspecto idéntico. 

Tras esperar 60 minutos para que el medicamento surtiera efecto, los participantes vieron 40 fotografías seleccionadas para provocar respuestas emocionales. Las fotos eran extremadamente desagradables (niños desnutridos llorando), neutrales (una vaca en un campo) o muy agradables (niños pequeños que juegan con gatos). 

Después de ver cada foto, se pidió a los participantes que calificaran cómo de agradable eran las imágenes, en una escala de -5 a 5. Luego se les pidió que midieran la reacción emocional que habían sentido, de 0 a 10. 

Los que tomaron paracetamol clasificaron todas las fotografías de forma menos extrema que aquellos que tomaron el placebo, y lo mismo ocurrió con sus emociones. La gente que tomó el analgésico no parecía saber que estaba reaccionando de manera diferente. 

En este estudio participó Baldwin Way, profesor de psicología y miembro del Ohio State (OSU) Wexner Medical Center’s Institute for Behavioral Medicine Research de EEUU. Más recientemente, Way ha trabajado con el también psicólogo Geoffrey Durso de la OSU en una nueva investigación sobre el paracetamol. 

En este caso, lo que han descubierto los investigadores es que cuando se toma acetaminofeno también se reduce la empatía, tanto por los dolores físicos como  por los dolores sociales de otras personas. 

Los investigadores encontraron, por ejemplo, que cuando los participantes que tomaron paracetamol supieron sobre las desgracias de otros, pensaron que estos habían experimentado menos dolor y sufrimiento, en comparación con los participantes que no habían tomado ningún analgésico. 


Nuevas pruebas realizadas 

Estos resultados fueron obtenidos a partir de dos experimentos. En el primero participaron 80 estudiantes universitarios, la mitad de los cuales tomaron 1.000 mg de paracetamol, mientras que la otra mitad tomó un placebo. 

Después de esperar una hora para que el medicamento surtiera efecto, los participantes leyeron ocho relatos cortos en los que una persona sufría algún tipo de dolor.  Los participantes calificaron el dolor de cada uno de estos personajes entre  1 (ningún dolor) y  5 puntos (peor dolor posible).  En general, los participantes que habían tomado  paracetamol calificaron como menos grave el dolor de los personajes, en comparación con aquellos que habían tomado el placebo. 

En un segundo experimento,  114 estudiantes universitarios fueron divididos en dos grupos: una mitad tomó paracetamol y el resto un placebo. A todos ellos se les presentó el ruido de cuatro explosiones de dos segundos –de entre  75 y 105 decibelios-, y se les pidió que evaluasen  su ruido en una escala de entre  1 (nada desagradable) y 10 (muy desagradable). Se les pidió a continuación que imaginaran cuánta molestia causarían esas mismas explosiones en otro participante en el estudio, anónimo. 

Los resultados mostraron que, en comparación con aquellos que tomaron el placebo, los participantes que tomaron paracetamol clasificaron las explosiones de ruido como menos desagradables para ellos mismos; y también pensaron que serían menos desagradables para los demás.


Implicaciones 

La empatía, según la definición más extendida, es la habilidad que posee un individuo de percibir los pensamientos y sentimientos de otros, lo que genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura. En general se entiende como la acción o actitud de ponerse en el lugar de otro para verlo desde su marco interno de referencia. 

De este modo, se comprende que los resultados obtenidos en este estudio son importantes. Sobre todo si se tiene en cuenta que el acetaminofeno se encuentra en más de 600 de los medicamentos que se venden en EEUU, según se explica en una nota de prensa de la Ohio State University. 

De hecho, se calcula que, a la semana, alrededor del 23% de los adultos estadounidenses (unos 52 millones de personas) utilizan un medicamento que contiene acetaminofeno. 

Posible causa de la ‘desconexión’ 


Pero, ¿por qué un medicamento contra el dolor físico puede reducir nuestra empatía? La respuesta podemos hallarla en otra investigación de hace más de 12 años. 

En 2004, científicos del University College London (UCL) del Reino Unido hallaron que las mismas regiones cerebrales implicadas en el dolor propio se activan también cuando nos identificamos con otras personas que están padeciendo algún dolor. 

Este descubrimiento fue realizado gracias a la observación de las reacciones del cerebro, a través de imágenes de resonancia magnética (que, curiosamente, también detectaron que el efecto placebo no es sólo psicológico, pues implica una disminución de la actividad de las regiones cerebrales relacionadas con el dolor, pero eso no viene ahora al caso). 

Es decir, que si el paracetamol ‘adormece’ aquellas regiones cerebrales que nos producen dolor, inevitablemente hará que también dejemos de conectar con el dolor de otros. 

Estudios posteriores han incidido en la neurobiología de la empatía, por ejemplo, se ha descubierto que losmédicos pueden sentir el dolor de los enfermos que tratan  (e incluso experimentar alivio cuando los pacientes también los sienten);  y que la capacidad humana para identificarnos con el dolor de otros existe desde la infancia. 


Medicamentos para lograr efectos positivos 

Curiosamente, en 2015 se descubrió que otro medicamento llamado  tolcapona, y que se usa para tratar a personas con la enfermedad de Parkinson, puede   hacer a las personas más sensibles y menos tolerantes a la desigualdad social. 

El hallazgo fue realizado por científicos de la Universidad de California en Berkeley, EEUU, y apuntaba a que podría crearse una píldora destinada a impulsar la compasión humana. 

También se ha descubierto recientemente que la oxitocina, también conocida como “hormona del amor” por su importancia en las relaciones de pareja y el establecimiento de los lazos entre madre e hijo, incrementa la sensibilidad, la capacidad de confiar en otras personas y la empatía; por lo que ya se contempla su uso para modificar comportamientos. 

Por último, un libro publicado en 2011 por especialistas en bioética de Oxford analizaba la posibilidad de que en el futuro lleguen a existir medicamentos que mejoren la moralidad humana. Según los autores de la obra, los científicos están cada vez más interesados en el desarrollo de tecnologías biomédicas capaces de intervenir en los procesos biológicos que condicionan el comportamiento y el pensamiento morales.



Referencia bibliográfica:

Dominik Mischkowski, Jennifer Crocker, Baldwin M. Way. From Painkiller to Empathy Killer: Acetaminophen (Paracetamol) Reduces Empathy for Pain. Social Cognitive and Affective Neuroscience(2016). DOI: 10.1093/scan/nsw057.


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Fuente:

http://www.tendencias21.net/El-paracetamol-reduce-la-empatia_a42594.html