En auge las extorsiones desde la cárcel
La mayoría de los casos son rastreados hasta el penal de Yaracuy
Las autoridades han rastreado llamadas extorsivas desde las cárceles más grandes del país. ARCHIVO |
THÁBATA MOLINA
| EL UNIVERSAL
Domingo 11 de mayo de 2014 12:00 AM
El pasado 3 de mayo el azar delictivo le tocó a la religiosa Luisa Magleni Jiménez, de 53 años, quien recibió una llamada telefónica a través de la cual un hombre (que se identificó como comandante del grupo paramilitar "Águilas Negras") le pedía una "colaboración" a cambio de no matarla.
La denuncia fue recibida por el Grupo Antiextorsión y Secuestros de la Guardia Nacional en Mérida, pero cuando se inició la investigación, se determinó que la llamada fue hecha desde el Internado Judicial de San Felipe, en Yaracuy.
"El 95% de las extorsiones telefónicas son cometidas desde las cárceles del país, y los reclusos lo que hacen es pescar a ver quién cae y paga. La mayoría de las veces no han hecho un verdadero seguimiento de las víctimas y solo se basan en las amenazas, para que las personas sientan temor", explicó el abogado criminalista Fermín Mármol García.
Registros
De acuerdo con las estadísticas más recientes del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestros, durante todo el mes de marzo procesaron por lo menos 25 denuncias por casos de extorsiones telefónicas desde distintas cárceles en todo el país. Del total, nueve fueron hechas desde la cárcel de Yaracuy, cuatro desde El Dorado, dos desde la Penitenciaría General de Venezuela; otras dos desde Tocuyito y una desde la cárcel de Vista Hermosa. En el resto, las autoridades no pudieron determinar el lugar desde el que se hizo la llamada extorsiva.
"Es muy duro el golpe psicológico, pero es importante que las personas denuncien. Se recomienda hacerle dos preguntas personales a los delincuentes que llaman, para precisar si efectivamente han hecho seguimiento de la víctima o si lo están escogiendo aleatoriamente", indicó Mármol García.
Un número, dos denuncias
El 25 de febrero de este año, el GAES Apure recibió una denuncia en la que la víctima recibió la llamada a las 9 de la mañana. En su declaración señalaba que "habló un hombre con acento colombiano que se identificó como el 'Comandante Carlos Arrieta de Las Águilas Negras". El mismo día, recibieron otra denuncia en la cual otro comerciante les informó que había recibido una llamada extorsiva, a las 10 de la mañana, del supuesto "Comandante Carlos Arrieta de las Águilas Negras".
Al hacer la comparación y el rastreo telefónico, las llamadas se hicieron desde el mismo número de teléfono de la compañía Movilnet, ubicado en el penal de San Felipe.
Mármol señaló que con la instalación de un dispositivo llamado Jammer, que es un inhibidor de señal, se evitaría que desde los penales se pudieran efectuar llamadas con teléfonos celulares.
Otro factor importante es la existencia de computadoras con acceso a internet en los centros de reclusión, que les permite a los presos obtener datos personales de cualquier ciudadano, con solo navegar.
Al respecto, la Ministra de Servicios Penitenciarios. Iris Varela, señaló a través de una llamada telefónica, que son las autoridades que investigan esos casos de extorsiones telefónicas las que se deben pronunciar sobre el tema.
El origen
En 2006 fue la primera vez que en el país se recibió una denuncia por la ocurrencia de este delito y la primera cárcel donde se registró fue la Penitenciaría General de Venezuela, en el estado Guárico. En aquella época, los delincuentes tomaban los datos de las víctimas de una popular revista que promocionaba la venta de carros, que después se convirtió en una página web.
"Solo 20% de las personas denuncia y el 80% restante decide pagar. Sin embargo, ahora es más fácil rastrear a los delincuentes, porque la tecnología ha permitido que en apenas minutos se localice el lugar donde está el equipo", explicó el comisario Sergio González, ex jefe de la División Antiextorsión y Secuestros del CICPC.
El experto indicó que es necesario que, en vista de que las autoridades responsables de las cárceles venezolanas no han instalado los dispositivos para bloquear las señales, las compañías telefónicas cooperen con investigadores del GAES y el CICPC, permitiendo el bloqueo de los números que son denunciados.
"Actualmente solo los dueños de las líneas pueden bloquearlas o desactivarlas, pero la realidad es que en las cárceles hay infinidad de números de teléfonos celulares que utilizan para actividades ilícitas. No hay una normativa en la legislación venezolana para controlar este problema, y hay que entender que existen personas que compran líneas con datos falsos y otros a quienes se las roban y no denuncian ante la policía", dijo González.
tmolina@eluniversal.com
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Fuente: http://www.eluniversal.com/sucesos/140511/en-auge-las-extorsiones-desde-la-carcel
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