José Mario Ruiz Navas jmruizn@hotmail.es

Martes, 27 de mayo, 2014

La vieja realidad humana del homosexualismo estaba aletargada en un ambiente de condenación.

Actualmente no se discute el respeto a las personas homosexuales. Responder a su vehemente exigencia de un lugar en la convivencia humana requiere estudio de diversas ciencias. Las ciencias son un fundamento de la conducta. La moral ha de tener en cuenta los datos científicos. Aceptando una sugerencia, he recogido elementos obtenidos por científicos acerca solo de un aspecto concreto, el de la adopción. También otras personas, con la serenidad de la ciencia, ofrecerán a los lectores elementos de juicio.

Ante todo, los juristas coinciden en afirmar: Los adoptantes no tienen derecho de adoptar; ¡los niños son los sujetos del derecho de ser adoptados!

Elementos positivos y negativos para los niños:

* American Academy of Pediatrics y la División 44 de LGBT estudiaron una muestra de 44 niños de los 6 millones de niños, que ellos afirman que viven en hogares homosexuales en Estados Unidos. Muestra evidentemente no representativa. Basados en ella, sugieren que no hay diferencia entre niños criados por homosexuales y niños criados por heterosexuales.

* Juan José Ibor afirma que el ambiente solo masculino o femenino no es determinante absoluto para fracturar la identidad del niño, o de la niña; es, sin embargo, poderoso. Aquilino Polaino, catedrático de Psicología de la Universidad Complutense, afirma la probabilidad de esta fractura.

* Las investigadoras Susan Colombok y Fiona Tasker observaron la conducta de estos niños de la muestra hasta la edad adulta; descubrieron que sí hay grandes diferencias: 56% de adultos criados por parejas homosexuales se inclinan por relaciones homosexuales; 14% criados por madres solteras tienen esa inclinación.

* Carlos Marina, médico especialista en Pediatría: “Estos niños están expuestos a crecer y desarrollarse en un ambiente totalmente anómalo”. La Dra. Judith A. Reisman, de la American University, confirma la desventaja: el 9% de la población heterosexual es pederasta; el 60% de la población homosexual es pederasta. En resumen, el 87% de pederastas es homosexual; el 13% es heterosexual.

* El psiquiatra Enrique Rojas afirma: “El ser humano necesita firmeza y flexibilidad, autoridad y condescendencia, corazón y cabeza, fortaleza y ternura… Es imposible una educación completa en un ambiente homosexual”.

* Dale O’Leary señala que la inestabilidad de las parejas homosexuales es signo de que los niños ocupan un lugar de relleno. El 60% de las parejas dura un año y solo el 7% supera cinco años.

El saldo dañino para los niños permite sugerir respetuosamente a los adoptantes un “examen de conciencia”: ¿Adoptan a los niños por los niños? Esta pregunta se complementa con otras: ¿Qué objetivo tiene la insistencia en llamar a esa unión “matrimonio”? Identificarla a la unión conocida entre varón y mujer? La palabra matrimonio es eco de la palabra madre, íntimamente unida a la vida. El nombre “matrimonio” no expresa las uniones entre personas del mismo sexo, cerradas a la vida. Hay investigadores que afirman que la campaña homosexual busca validar el reconocimiento de la homosexualidad como “matrimonio”. Su insistencia en su pretendido derecho a adoptar permite afirmar que los niños ocupan un segundo lugar, casi el lugar de un objeto. Los niños no son capaces de manifestar su insatisfacción; al mismo tiempo se sienten culpables de ingratitud. Cuando se denuncia la insatisfacción de los niños, las parejas atribuyen la denuncia a homofobia.

Resumo la orientación católica: Las personas homosexuales “sean acogidas con respeto, no discriminados injustamente”. Catecismo de la Iglesia universal 2358.

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Fuente: http://www.eluniverso.com/opinion/2014/05/27/nota/3019981/ninos-adoptados-gais-o-lesbianas