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domingo, 25 de mayo de 2014

Pedofilia pederástica: William J. Vahey y sus galletas




El ingrediente secreto de las galletas de William J. Vahey

                    El ingrediente secreto de las galletas de William J. Vahey


Siete años atrás, en un hotel de Carabobo, un estudiante de la Escuela Campo Alegre de Las Mercedes, en Miranda, creyó que estaba entre muertos. Despertó de madrugada,  tenía el cuerpo pesado y solo pudo arrastrarse hasta las camas de sus compañeros de habitación. Ninguno de los jalones, lamentos o ruidos hechos por él pudo sacar del letargo al resto de los adolescentes. “Era como si hubiesen mordido la manzana de Blancanieves y estuviesen en un sueño perenne. El muchacho que tenía el malestar fue ayudado, finalmente, por profesores que estaban en otros cuartos. Ninguno olvidó eso, quedó como una anécdota curiosa”, dijo una antigua empleada del colegio que no quiso identificarse.

El episodio fue adjudicado a los gases del aire acondicionado del hotel que, supuestamente, habrían surtido un efecto similar al de la anestesia. Los estudiantes que en ese momento estaban en Valencia para participar en los acostumbrados torneos deportivos intercolegiales, ahora recuerdan la escena con espanto.

El profesor estadounidense William James Vahey, conocido recientemente por su amplio historial como pederasta en varios países, estaba entre los comisionados del grupo de alumnos deportistas de Campo Alegre en la capital carabobeña. Además de haber coordinado el departamento de Ciencias Sociales y dictar clases de Historia y Geografía en la escuela media (entre 6º y 8º grado), estuvo encargado del entrenamiento de los equipos de softbol y básquetbol cuando trabajó en Venezuela, entre el 1° de agosto de 2002 y el 31 de julio de 2009.

Gregory Hedger, director de la Escuela Campo Alegre, respondió un cuestionario enviado por correo electrónico y asegura que no puede saber cuántos viajes hizo Vahey con los alumnos porque él no trabajaba en la institución en esa época. “Muchos de esos viajes no fueron organizados por la escuela”, dice. “Viajó con los niños a varias regiones del país y, en oportunidades, fuera de él. No solo lo hacía por torneos, organizaba algunos paseos por turismo”, contó una ex estudiante.

En travesías similares Vahey tuvo la oportunidad de cometer abusos sexuales  contra decenas de adolescentes en los 9 países en que impartió clases en los últimos 32 años, siempre en colegios internacionales donde suelen estudiar hijos de diplomáticos y empresarios de transnacionales: Irán, Líbano, España, Grecia, Arabia Saudita, Indonesia, Venezuela, Reino Unido y Nicaragua. La técnica del profesor consistía en adormecerlos para ultrajarlos. “Ni siquiera las víctimas de Vahey sabían que habían sido sometidas a abusos. Las galletitas que les daba tenían pastillas para dormir, en dosis suficientes como para que los niños perdiesen el conocimiento y pudiesen ser toqueteados y fotografiados desnudos”, reseñó The Associated Press (AP) el 13 de mayo. De acuerdo con referencias de alumnos en Venezuela, el anzuelo era el mismo: competencias para ver quién tomaba más vasos de leche y galletas antes de dormir. 

El incidente ocurrido con los estudiantes de la Escuela Campo Alegre en el hotel de Valencia es confirmado por profesores de un colegio local: Vahey había viajado con sus alumnos en 2007 a la ciudad y algunos presentaron una extraña dificultad para despertar una noche. 

Archivos al desnudo. 

Vahey fue arrestado en California, Estados Unidos, en 1969, por tocar las partes íntimas de niños a los que impartía natación en una escuela del condado de Orange. Después de admitir el delito fue sentenciado a tres meses de cárcel y cinco años de libertad condicional, pero la pena fue quebrantada cuando salió del condado en enero de 1972 para emprender su carrera en colegios internacionales, reseñó El Universal de México.

El expediente policial se desempolvó 45 años después. Vahey fue descubierto gracias a una ex empleada doméstica que lo robó en noviembre de 2013 y, 5 meses después, entregó a la directora del Colegio Americano de Managua, en Nicaragua, Gloria Doll, la tarjeta memoria de la computadora del profesor, que contenía más de 90 imágenes tomadas desde 2008 de niños abusados por él. Pero los cuerpos policiales no pudieron detenerlo porque las autoridades de la escuela notificaron sobre sus delitos cuando ya había huido a Minnesota, Estados Unidos, para suicidarse en un hotel el 21 de marzo. El colegio nicaragüense solo emitió un comunicado y sus directivos no declararon a la prensa,  por lo que no fue posible contactar a Doll, que renunció la semana pasada y dejará el cargo en junio.

Vahey había clasificado las fotografías en carpetas por fechas, edades de las víctimas y lugares. Venezuela tenía un capítulo, según periodistas nicaragüenses que tuvieron acceso al archivo y que fueron consultados por teléfono.

En el país no se registran denuncias policiales contra el profesor pederasta, pero desde el 23 de abril el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) –en cooperación con la Escuela Campo Alegre– abrió una averiguación para encontrar a posibles víctimas. En su portal web la agencia estadounidense pide colaboración en el caso. El actual director del colegio indicó que han podido contactar solo a algunos muchachos: “Desafortunadamente nuestra base de datos de ex alumnos es limitada, pero hemos hecho lo que ha estado a nuestro alcance”. 

Los investigadores del FBI intentan conocer qué droga utilizaba el profesor para sedar a los estudiantes, aunque pudiese ser la misma que tomó en 2013 cuando quiso suicidarse por primera vez y lo hizo parecer fallecido durante horas. Este envenenamiento, que justificó posteriormente con la mordida de una serpiente, le valió el apodo de “The walking dead” (o el “Muerto viviente”, en español) entre los alumnos del Colegio Americano de Managua.


También se intenta determinar los tipos de abusos sexuales cometidos por Vahey, ya que drogaba a sus víctimas. “Sé de algunos muchachos que no desean pensar que estuvieron con él durante viajes, ni siquiera han contactado al FBI por miedo a identificarse en las fotografías”, señala una ex profesora.

 El matrimonio Vahey.
 

Camisas Polo, pantalones parcos –en ocasiones bermudas, zapatos deportivos y anteojos grandes–, el típico estilo norteamericano, sonriente, bromista, pero poco sociable con los adultos. Así es descrito Vahey por ex compañeros de trabajo en Venezuela. “Nunca me gustó, me parecía falso o extraño. Quizá era que no te veía a los ojos cuando te hablaba, como si ocultase algo. Los niños decían que era divertido porque les regalaba golosinas en clase, aunque en la escuela se intentara implantar hábitos alimenticios sanos. Hacía chistes subidos de tono que a los adolescentes les parecían cool. Y tenía una especial inclinación por estar más con los varones”, asegura la ex profesora. 

Él distaba de parecerse a la esposa, Jean Vahey, que fue directora de la escuela entre 2002 y 2009. Llegaron al país por una oferta económica “insuperable” en un año de conflictividad política en el que pocos querían venir –refieren conocidos del matrimonio– y se fueron al Reino Unido por el mismo motivo. Antes de que el escándalo estallara la pareja era considerada como “genios” en el colegio. Jean Vahey había logrado la mudanza de la escuela a una nueva sede. El edificio en que se imparten clases de preescolar lleva su nombre –plasmado en una placa– en homenaje a su exitosa gerencia. Los representantes han pedido en las últimas reuniones con la directiva de la Escuela Campo Alegre eliminarle el nombre al área, pero la decisión depende de la junta directiva. 

La separación profesional del matrimonio Vahey fue brusca. Planificaban retirarse del trabajo en julio y escogieron Nicaragua como destino para pasar el resto de sus años. William Vahey supuestamente partió primero con esa intención al país centroamericano (en 2013), mientras que su esposa continuaría unos meses más como directora ejecutiva del Consejo Europeo de Escuelas Internacionales, con sede en el Reino Unido, cargo que desempeñaba desde julio de 2009 y al que renunció después de conocerse el prontuario del esposo. “Ella era muy seria, excelente gerente, cambió el colegio. Él vivía a la sombra de los logros de Jean, un tipo gris, aunque muy carismático entre los estudiantes. No estaban todo el tiempo juntos, cada quien por su lado”, dijo la madre de un ex alumno. 

Sobre los dos hijos de los Vahey solo se conoció que uno impartía clases de deportes en un colegio internacional en Perú, mientras que el otro supuestamente vivió en Estados Unidos hasta abril. El primero pidió a los directivos de la escuela donde trabajaba no vincularlo con su padre.

Escuela en consternación

La entrada de la Escuela Campo Alegre pudiera confundirse con un centro comercial o conjunto residencial de Las Mercedes. Es llamado el “Mini Sambil” en alusión a la cadena de centros comerciales en el país: no tiene letreros de identificación, las rejas son gruesas y blancas, el acceso es un camino de cemento empinado con cámaras de seguridad y muchos vigilantes que se comunican constantemente por radio.

El caso del profesor pederasta es un tema de conversación en la comunidad educativa. “Sería lamentable que se perjudicara el nombre de ECA por Vahey”, dijo la madre de un ex alumno. Hedger ha tenido que lidiar con la crisis. Cuando asumió la dirección del colegio desconocía los pasos de Vahey. Señala que no sabe quién recomendó al profesor.

Algunos representantes más críticos y otros menos severos han escrito en la página de Facebook de ECA sobre la actuación del colegio en cuanto al caso. “Qué importa si Vahey pasó el background check. Casi todos los casos de abuso sexual pueden ser prevenidos, si es que la comunidad escolar está bien entrenada”, señala una ex alumna.

Los representantes también se muestran preocupados. “Nos hemos tenido que enterar por la prensa de esta información, cuando el colegio nos tenía que haber avisado de lo ocurrido con este monstruo”, indica una usuaria del grupo en la red social. 

El colegio ha hecho reuniones con los representantes para abordar el caso, pues allí aún estudian ex alumnos del profesor pederasta. En el último comunicado de Campo Alegre, publicado el 9 de mayo en la cuenta de Facebook, se asegura que, aunque ya practicaban la revisión de antecedentes policiales de los empleados extranjeros y locales, volvieron a chequearlos recientemente. Recuerdan que los viajes dirigidos por educadores solo se harán con vigilancia y los no patrocinados por la institución académica fueron prohibidos el año pasado, entre otras medidas de seguridad. Sin embargo, los ex alumnos de Vahey continúan con la incertidumbre de haber sido alguna de sus víctimas. 

 Solo tendrán la certeza si se hallan en las fotos del FBI.

¿Quién contrata a los profesores?
En la Escuela Campo Alegre de Las Mercedes sometieron recientemente a revisión al personal. Hace dos meses supieron que uno de sus profesores había abusado sexualmente de decenas de niños y adolescentes en varios países en que dictó clases
Gregory Hedger, director de la Escuela Campo Alegre, aseguró en un comunicado expuesto en la página de Facebook de la institución que se hizo un nuevo chequeo del personal que labora en el colegio internacional para garantizar mayor seguridad y así intentar tranquilizar a la comunidad educativa.

Los colegios internacionales tienen sus propias normas. No están inscritos en el Ministerio de Educación, pero sí registrados. Su currículo académico no se ciñe al venezolano. En el Área Metropolitana de Caracas hay tres.

La mayoría del personal ingresa por recomendaciones o postulación al cargo en ferias que, usualmente, se llevan a cabo en el Reino Unido. Su personal es mixto: extranjero y nacionales. “La mayor parte de las contrataciones las hacemos a través de agencias internacionales de reclutamiento; éstas se encargan de seleccionarlos. Nosotros luego hacemos una serie de entrevistas y chequeos antes de contratarlos”, dijo Hedgar a El Nacional.

Agregó que la institución está acreditada por el Consejo de Escuelas Internacionales (CIS, por sus siglas en inglés) en Europa y por la Asociación de Estados Intermedios de Escuelas y Colegios (MSA, por sus siglas en inglés) en los Estados Unidos. Pese a los chequeos, la ECA no pudo detectar al pederasta William Vahey.


Los cercanos modos de los pederastas

No hay perfiles exclusivos para caracterizar a los pederastas, pero el psicoterapeuta Oscar Misle, director del Centro Comunitario de Aprendizaje (CECODAP), asegura que hay patrones de conducta seguidos por los abusadores sexuales de niños y adolescentes: “Buscan estar siempre cerca de sus víctimas. No es de extrañar que estén en trabajos como docentes, entrenadores y cuidadores en casas hogares. Su técnica suele ser la seducción, eso quiere decir que intentan ganarse la confianza de los adultos y niños. Luego, apelan a las amenazas”.

Un caso parecido al de William James Vahey, profesor norteamericano acusado de haber abusado de decenas de niños en el mundo, ocurrió en Chile. El profesor Rafael Maureira Trujillo, alias “Zacarach”, fue detenido en junio de 2007 luego de haber huido a Brasil por drogar niños para ultrajarlos y liderar una red de pornografía infantil. “Nunca debemos pensar en un pedófilo (atraídos sexualmente por niños) o pederasta (usa a los niños para satisfacer deseos sexuales) como el tipo con saco negro, sombrero y lentes oscuros, ese que nos parecerá sospechoso a primera vista. Ellos saben cómo atrapar a sus víctimas. La idea no es estar paranoicos, pero sí alertas”, explicó Fernando Pereira, educador y subdirector de Cecodap.

Vahey, quien dictó clases en nueve países, incluyendo Venezuela, también solía drogar a sus víctimas y fotografiarlos. La única vez que estuvo preso por el delito, en 1969 en Estados Unidos, confesó a las autoridades policiales que fue violado en su infancia y que desde los 14 años de edad cometía actos lascivos contra niños, reseñó AP.

El abuso sexual infantil deja marcadas secuelas. Misle asegura que las víctimas suelen cambiar su comportamiento. “Depende de las características y de la sensibilidad que tenga el niño. Como suelen amenazarlo para que guarde silencio, se pone muy ansioso y estresado, situación que puede somatizar. Eso se manifiesta en un cambio de comportamiento: o se convierte en un introvertido y no quiere tener contacto con casi nadie o, todo lo contrario, se erotiza con facilidad”, explicó.
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Fuente: http://www.el-nacional.com/siete_dias/ingrediente-secreto-galletas-William-Vahey_0_414558700.html

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