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sábado, 27 de septiembre de 2014

AMOK: Síndrome de Amok

AMOK: Síndrome de Amok

Fotograma de "Falling Down" (Un día de furia)
Fundamerced
Caracas, 27-09-2014 
 
El vocablo “amok” procede de la palabra malaya meng-âmok”, que significa “atacar y matar con ira ciega”, pues fue allí donde fue observado este fenómeno por primera vez; y popularizado en sus relatos por Rudyard Kipling.

En este sentido, hemos de señalar que el vocablo se refería originalmente a los ataques suicidas emprendidos contra el enemigo durante la batalla, en un trance de furia ciega, gemelos macabros de los legendarios asaltos perpetrados por los guerreros berseker. 

A principios del siglo pasado, sin embargo, y también entre los malayos, esa desaforada táctica de combate se convirtió en la forma más perversa del suicidio, pues el que estaba afectado por amok, por adolecer de  un enloquecido y repentino furor asesino, corría por las calles segando cuanta vida se cruzaba por su camino, obligando a los otros a matarlo como única forma de conjurar la amenaza.  De modo pues, este “amok” sería distinto en sus fines al de los guerreros, al de los combatientes, pues no se trataba de vencer a ningún enemigo declarado, pero se manifestaba igualmente con las mismas características: correr enloquecidamente, matando a mansalva.

La Real Academia Española define «amok» del modo siguiente: "Entre los malayos, ataque de locura homicida.”

Asimismo, la Organización Mundial de la Salud ha definido el síndrome  Amok  como "un episodio aleatorio, aparentemente no provocado, de un comportamiento asesino o destructor de los demás, seguido de amnesia y/o agotamiento. A menudo va acompañado de un viraje hacia un comportamiento auto-destructivo, es decir, de causarse lesiones o amputaciones llegándose hasta el suicidio"

En psiquiatría, el síndrome Amok es un síndrome cultural o síndrome ligado a la cultura y consiste en una súbita y espontánea explosión de rabia salvaje, que hace que la persona afectada corra alocadamente o armada y ataque, hiera o mate indiscriminadamente a los seres vivos que aparezcan a su paso, hasta que el sujeto sea inmovilizado o se suicide, apareciendo en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, DSM. La definición fue dada a conocer por el psiquiatra estadounidense Joseph Westermeyer en 1972. Según los psiquiatras, el ataque homicida salvaje va precedido por lo general de un período de preocupación, pesadumbre y depresión moderada. Tras el ataque, la persona queda exhausta, a veces con una amnesia completa y eventualmente, acaba suicidándose.

El término fue popularizado por los relatos de Rudyard Kipling, como ya quedó anotado; sin embargo, fue Emil Kraepelin, quién efectúo estudios respecto al “koro”, el “amok” y el “latah”, los tres síndromes del sudeste asiático ligados a fenómenos culturales, y quién los equiparó a la depresión, la epilepsia y la histeria, bajo la suposición que constituían expresiones étnicas de esas culturas asiáticas.

En general, el amok ha sido clasificado hasta hace pocos años como un trastorno ligado a la cultura; por sus características, es un trastorno equivalente al dhat (propio de la India) y al latah (que aparece en el Sureste de Asia y el Pacífico Sur). Sin embargo, se ha descrito en otros ámbitos culturales bajo denominaciones diferentes, como berserk en Escandinavia, cafard en Polinesia, iich’ aa entre los indios navajos, etc. Además, la Criminología caracteriza muchos asesinatos masivos como productos de este síndrome, como pudieran ser los frecuentes asesinatos masivos en China ejecutados en contra de infantes en escuelas,  cometidos bajo la irracional furia de sujetos que súbitamente se tornan violentos.

En su momento, el amok interesó especialmente a la psiquiatría transcultural y sus comparaciones de cuadros clínicos de diferentes culturas, y nutrió el debate sobre la universalidad de las nosologías.

Por otra parte, Hollywood, la industria cinematográfica estadounidense, nos ofreció un magnifico ejemplo de lo que pudiera ser amok: “Un día de furia” (“Falling Down”, en original, dirigida por Joel Shumacher), protagonizada por Michael Douglas; una película sobre la tensión y la frustración que genera en muchas personas la vida moderna en las grandes ciudades, y cuyo protagonista decide enfrentarse a las adversidades, y lo hace de forma violenta: 
 
Desempleado y con graves problemas conyugales que lo alejaron de su hogar y de su hija, se ve frustrado ante las diversas fallas que observa en su sociedad y comienza a arremeter violentamente en contra de cada adversidad que se le presenta, comenzando por salir del coche y abandonarlo en la vía, atascado en medio de una gigantesca cola, por observar cómo todos a su alrededor son marionetas de una sociedad decadente, que se conforman permaneciendo quietos en la comodidad de sus propios vehículos, sin enfrentar el problema, tolerándolo.
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