FUNDAMERCED

miércoles, 22 de abril de 2015

Gen de la pedofilia pederástica: ¿Existirá?



¿Por qué estamos tan desesperados por encontrar una explicación genética para los delincuentes sexuales?

Hebras de ADN a partir de un modelo de doble hélice en el Museo de la Ciencia. Foto: Paul Gilham / Getty Images

  • La investigación sobre el llamado "gen pederasta" se desintegra en virtud del más mínimo escrutinio. ¿Por qué queremos creer en ella?



Sarah Ditum



Published

Noticia sensacional: Los científicos han detectado el genpederasta”(*). Bueno, no el genpederasta” como tal, pero un equipo de investigadores que escribieron en la Revista Internacional de Epidemiología están  bastantes seguro de que tal cosa existe. Mediante el estudio de las relaciones familiares de los culpables de delitos sexuales en Suecia, entre 1973 y 2006, el estudio llegó a la conclusión de que un hombre cuyo padre o hermano haya sido condenado por un delito sexual contra un niño, tiene de cuatro a cinco veces más probabilidades de ser pederasta que aquellos  hombres sin estos antecedentes familiares. Entonces ¿no sería un alivio si existiera el gen “pederasta”? De ser así, podríamos aislar a quienes posean este gen “pederasta”  - los malos, en los que no se puede confiar, a los que no conocen nada mejor - y  separarlos del resto de la población.

En general, se supone que los delincuentes sexuales son personas como nosotros y en realidad, suponemos generalmente que los delincuentes sexuales son como el resto de la gente. Por ello, en el episodio de "Brass Eye" sobre la pedofilia, el Doctor Neil Fox estuvo dispuesto a leer algo tan sorprendentemente absurdo como esto: "Los pedófilos tienen más genes en común con los cangrejos que con usted y conmigo. Ahora es un hecho científico. No hay evidencia real para ello, pero es un hecho científico. "(El propio Fox fue arrestado en marzo pasado por acusaciones de delitos sexuales.) Pero la violencia sexual es un tipo regular de la monstruosidad. Alrededor de una de cada cinco mujeres tanto en Inglaterra como en Gales ha sido víctimas de un delito sexual. Las cifras obtenidas por la NSPCC muestran que 22.654 delitos sexuales contra menores se registraron en los años 2012-2013, y que esa cifra probablemente representa sólo una pequeña parte de la totalidad. Si los autores de estos crímenes son monstruos, son entonces un tipo normal de monstruo.

"Tenemos aquí toda la clase de gente que se puedan imaginar", dijo Lynn Saunders, alcaide de la prisión HMP Watton en Nottinghamshire, en declaraciones a Radio 4 en el documental “Inside the Sex Offenders’ Prison: "Sacerdotes, maestros, pilotos de líneas aéreas, agentes de policía, funcionarios de prisiones, médicos, así como gente con problemas de aprendizaje y hasta personas con bajo coeficiente intelectual y problemas de salud mental complejas". Hay algunas cosas que estos hombres puedan poseer en común además de sus propios crímenes: "Nos ocupamos de  algunas personas muy dañadas que han sido víctimas de todo tipo de cosas, ya sea en el sistema de atención o problemas de salud mental o discapacidad de aprendizaje, o por las pobres y deficientes opciones de vida que han tenido", dice Saunders. Pero el "camino a la delincuencia" -como lo denominan los especialistas de Whatton- es complejo y variado, y los hombres condenados por el mismo delito pueden tener diferentes motivaciones.

Incluso cuando se trata de un mal aparentemente singular como la pedofilia, el personal de Whatton hace una distinción entre el "verdadero pedófilo" - alguien cuya orientación sexual es siempre y exclusivamente hacia los niños - y el delincuente oportunista, para quien un niño no es la víctima preferida sino simplemente la más accesible. Si sabemos que hay tanta ambigüedad en el fondo de estos delitos sexuales, ¿qué sentido tiene hablar de éstos delincuentes cómo "genéticamente predeterminados"? Resulta que mucho. Tome la medida más básica utilizada en el estudio sueco - condena por un delito sexual. Presumiblemente, esta variable fue elegida porque se consideró una constante fiable, pero la ley es una parte de la cultura, y la cultura es vulnerable a toda la variabilidad de los seres humanos. La calificación como crimen es relativa, flexible, no absoluta.

Entre 2003 y 2010 (un período que incluye los últimos tres años que abarca el estudio), el número de denuncias de violación en Suecia casi se triplicó. Con toda probabilidad, esto no fue a causa de una ola de crímenes en masa, fue debido más bién a un cambio de actitud: En las décadas anteriores, las víctimas podrían haber percibido un acto particular en contra de ellos como "normal", o tenían tan pocas expectativas de justicia que ni siquiera se molestaban en ir a la policía. Eso significa que es casi seguro que las primeras décadas del estudio incluyen varias instancias que simplemente no se pueden contar cómo de violencia sexual. Quizás estos crímenes desconocidos habrían seguido el mismo patrón de las relaciones familiares, o tal vez no lo harían; no podemos asegurarlo, y eso significa que la investigación tampoco puede ayudarnos para efectuar esa aseveración. Las cifras también incluyen condenas por posesión y distribución de pornografía infantil - un crimen hecho exponencialmente más fácil de cometer ahora debido a Internet. ¿Cuántos hombres en los años setenta, ochenta o noventa evitaron la pedofilia pederástica sólo por falta de un módem?

Al respecto, toda certeza del artículo en referencia se deshace con el menor escrutinio. Sin embargo, podemos afirmar categóricamente que todos estos criminales tienen algo en común. No se trata específicamente en ese artículo de la Revista Internacional de Epidemiología, tampoco se ve ni se percibe en el interior de la prisión de los delincuentes sexuales, en Whatton. Tal vez parecería demasiado obvio mencionarlo, pero es esta: Los hombres declarados culpables de delitos sexuales son todos hombres. "Dado que menos del 1 por ciento de los delincuentes sexuales convictos eran mujeres, sólo los delincuentes masculinos y sus padres y hermanos se incluyeron en la muestra", dice el documento: Casualmente, es ese el atributo más importante y menos estudiado que comparten entre sí los delincuentes sexuales, el género.

¿Significa esto que la violencia sexual es una herencia genética de los hombres? No, porque no son nuestros genes - o al menos, no en la forma de añadir en bruto indicada en el documento, ya que añaden a factores genéticos (40 por ciento), los factores ambientales no compartidos (58 por ciento) y las influencias ambientales compartidas (2 por ciento) para crear una persona completa. Esto no es del todo cómo funcionan los genes, como explica Rebecca Jordan-Young en su libro Brain Storm”: Su última expresión no es fija en la concepción, pues sufre modificaciones debido al  medio ambiente a lo largo de toda la vida, hasta que el rasgo a que se refiere se ha terminado de desarrollar. Y cuando se trata de conductas ligadas al sexo, como la violación, el medio ambiente es un modificador en sí mismo: Un intrincado sistema con bucles retroalimentándose, lleno de individuos masculinos y femeninos girando constantemente en lo que nuestra cultura ha determinado que sean hombres o mujeres. Es el resultado obtenido tras la exposición al ambiente.

Ser ofensor sexual no está "escrito en el ADN", como aseguraron en el “Telegraph”. Tampoco estamos obligados a creer, ya que en el  “Mail” nos lo digan, que "los delitos sexuales pueden estar en los genes masculinos de una familia". (En cualquier caso, tiene sentido mínimo para hablar de "genes masculinos" cuando muchas condiciones en los hombres concretos están relacionados con el cromosoma X). En Whatton, el personal trabaja para que los internos no ofendan de nuevo, no reincidan. Saunders afirma tener éxito, con una tasa de reincidencia de sólo el 6 por ciento en comparación con el 50 por ciento de la población general de la prisión - aunque otras investigaciones sugieren que la reincidencia de los delincuentes sexuales puede ser mucho mayor que el récord oficial de estadísticas. Tal vez los delincuentes sexuales individuales se pueden cambiar de forma fiable, quizás no - pero a nivel social, la violencia masculina no es una fatalidad. Hemos hecho un mundo en el que tiene lugar  esta explotación y el abuso de mujeres y niños. Podemos hacer otro, uno mejor; donde la violencia, el poder y la dominación sexual no sea lo que significa ser un hombre.

Por tanto, sí no existe una predisposición genética al delito, es posible que quienes delinquen cambien su propio comportamiento y se abstengan de reincidir.
_____
*) En el original, en inglés: "nonce gene", que hemos traducido al español por gen "pederasta", no por gen "paedophile" o "pedófilo".

Traducción libre

Fuente: http://www.newstatesman.com/lifestyle/2015/04/why-are-we-so-desperate-find-genetic-explanation-sex-offenders

Enlaces relacionados: 

No hay comentarios :

Publicar un comentario