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lunes, 4 de noviembre de 2013

Intolerancia y violencia en escuelas




La intolerancia y la violencia también van a la escuela

03.11.2013 05:15 AM
Que un niño sea golpeado por sus compañeros de clase y sea objeto constante de burlas son características del conocido “bullying” 

Angélica González

Casos. Muchos países han tomado el asunto muy en serio , tal es el caso de esta campaña en México
Casos. Muchos países han tomado el asunto muy en serio, tal es el caso de esta campaña en México. Foto: Web



Puerto La Cruz.- El niño regresa de la escuela con la ropa rota y sucia. Nunca comenta de momentos felices compartidos con los compañeros de clase.

   Aunque estas situaciones a veces son desestimadas y darle otro significado, expertos en conducta infantil consideran que esas podrían ser señales de acoso escolar y es importante que los padres sepan detectar otros comportamientos irregulares en sus hijos.

   Astrid Lefeld, psicopedagoga y especialista en desarrollo infantil, explica que el “bullying” (término inglés como también se conocen las agresiones) provoca angustia y daños a la víctima. Puede ser físico o verbal y va en detrimento del bienestar del individuo.

   “Estos ataques causan sufrimiento, dolor y frustraciones en los niños y posteriormente los afecta de manera significativa”.

   Lefeld advierte que generalmente los niños acosados en los planteles no piden ayuda por temor a su victimario, porque piensan que no les creerán o por vergüenza.

   “Lo recomendable es hablar con ellos de este problema, explicarles de qué se trata, darles información y herramientas para manejarse en estas situaciones. Jamás deben responder a la violencia con más violencia”.

   Menciona entre otros signos de alarma cuando los chicos pierden constantemente sus libros o aparatos electrónicos, tienen dificultades para dormir o pesadillas frecuentes, no quieren ir a la escuela, evitan participar en eventos sociales, disminución de la autoestima y conductas autodestructivas como la fuga del hogar.

   La presidenta de la Fundación ConValores, Sandra Briceño, añade que en ciertos casos las agresiones se salen de control y ocurren hasta ataques físicos que dejan severas lesiones en los pequeños.

   “Los padres deben establecer una relación de confianza con sus hijos que les permita comunicarse y hablar con la verdad, especialmente cuando les ocurre algo malo. Igual cercanía es importante que la tengan con los maestros”.

   Tanto Lefeld como Briceño resaltan que quienes son testigos de acoso, están en la obligación de informar oportunamente sobre estos hechos.

El agresor 

   Ayudar a la víctima de acoso escolar a superar las difíciles situaciones que enfrenta, siempre es el objetivo de las partes involucradas.

    ¿Pero cómo actuar cuando los hijos son los agresores? 

    A juicio de la psicopedagoga Astrid Lefeld es prioritario que los padres nunca se nieguen a creer en la información que reciben del plantel y obviar frases como “mis niños son incapaces de maltratar a otros”.
“Los papás deben investigar por qué el niño es acosador, reunirse con los profesores, pedir ayuda, y escuchar todas las versiones de los hechos. Es indispensable canalizar la conducta agresiva del hijo hacia algún deporte de competición y dejarle claro que la violencia no es aceptable dentro de la familia”.

   El sociólogo José Marchelli indica que ambas familias (de la víctima y del victimario) están obligadas a unir esfuerzos para evitar que las agresiones continúen.

   “La comunicación es vital. Los padres deben conversar con sus hijos sobre lo bueno y lo malo de su entorno. Si tu hijo es una víctima, comprométete a ayudarlo. Dile que él no es el culpable de esta situación”.

Trabajo en equipo 

   Para Sandra Briceño la intolerancia dentro de las aulas no es un problema que sólo deben resolver los padres, pues considera que es indispensable la participación de los representantes del plantel.

   “Los colegios tienen que reconocer que existe el acoso y la agresión, y deben preparar campañas de prevención con actividades en la que compartan todos los niños, sin aislamientos”.

   Briceño, quien a través de la Fundación ConValores promueve la paz y el respeto en la sociedad, dice que hay que abordar el “bullying” de inmediato; “de lo contrario tendremos potenciales ciudadanos violentos en el futuro”.

   De acuerdo con la percepción de Astrid Lefeld, como los niños pasan la mayor parte de su tiempo en los planteles, el personal educativo puede identificar a los acosados, acosadores y a los testigos silenciosos.

  “En las escuelas hay equipos especializados que se encargan de valorar, evaluar y determinar los hechos de violencia. Por ello, la institución es capaz de canalizar las acciones necesarias para erradicar el bullying”.

Enfrentar los problemas con calma y diálogo es la vía ideal. En el caso de la violencia escolar, los profesionales sugieren promover la tolerancia.



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Fuente: http://eltiempo.com.ve/tiempo-libre/educacion/la-intolerancia-y-la-violencia-tambien-van-a-la-escuela/113824

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