EL TIEMPO.COM
Las nuevas motivaciones de los jóvenes a la hora de delinquir
Por:
CAROL MALAVER
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Los sitios de reclusión son el último destino de los jóvenes que delinquen en busca de estatus.
Foto: Milton Díaz/ El Tiempo |
Según estudio, ahora buscan estatus y reconocimiento en bandas de delincuentes.
Un reciente estudio realizado por
el centro de pensamiento Corpovisionarios reveló que los jóvenes
bogotanos ya no solo delinquen por problemas de orden económico sino que
lo hacen para ganar estatus, reconocimiento o simplemente como una
forma de tener el respeto de sus novias o parejas.
La investigación, que cruzó cifras arrojadas en encuestas realizadas
en Medellín, Belo Horizonte (Brasil) México D.F. (México), Quito
(Ecuador), La Paz (Bolivia) y Caracas (Venezuela), también sacó a la luz
como la proporción de hombres jóvenes en América Latina, entre 16 y 25
años, que cometen homicidios, es mucho mayor que la de los adultos y, en
general, que la tasa de homicidios en otros lugares del mundo. La tesis de los investigadores es que la construcción de masculinidades podría incidir en el fenómeno.
Mientras que la tasa de homicidios en Europa en jóvenes es de 1,2 por
cada 100.000 y de no jóvenes de 1,3 por cada 100.000, en América latina
la tasa de homicidios de jóvenes es de 37 por 100.000 y de no jóvenes
de 16 por 100.000.
“Si se analiza, la diferencia es de 20 puntos y si se coge solo
hombres jóvenes, la tasa puede llegar al 50 por ciento”, explicó Henry
Murraín, director de Corpovisionarios.
Murraín piensa que en Bogotá, al igual que en otras ciudades del
país, persiste la idea del ‘macho latino’ que no distingue edades ni
estratos y se ve reflejado en escenarios como el hogar o las mismas
calles.
En la capital, por ejemplo, más de una tercera parte de todos los
homicidios se producen en riñas. “Según la encuesta que vamos a sacar en
un mes, más de un tercio de la población en la ciudad ha presenciado
riñas en su barrio, sobre todo, de jóvenes”, explicó Murraín.
“Empecé a delinquir a los 14 años porque sentía adrenalina y me
gustaba: junto con mi pareja, hacer parte de una banda de atracadores.
Robaba a la gente, las casas, lo que fuera”, contó Nicole, una joven de
21 años y residente en Kennedy, que es el retrato de como la juventud ve
en el delito una forma de vida.
Algo parecido sucede con muchachos del barrio El Codito, en Usaquén,
que a pesar de estar estudiando, se dedican a robar celulares como
requisito para pertenecer a una banda.
En el caso de las lesiones personales, de los más de 40.000
casos que se pueden presentar al año, el 51 por ciento de las víctimas
son jóvenes y de esos el 67 por ciento son hombres. A esto, se
le suman las cifras de violencia intrafamiliar. “En Colombia las mujeres
le deben tener más miedo a su pareja que a paramilitares o
guerrilleros. La principal causa de sus muertes es propinada por sus
parejas”, señaló Murraín.
Solo en 2012, más de 16.000 mujeres en Bogotá denunciaron haber sido
víctimas de violencia intrafamiliar en las Comisarías de Familia. Muchas
de ellas recibieron golpizas de hombres jóvenes celosos.
El análisis de Corpovisionarios sugiere que la necesidad de ser
alguien, de tener algún grado de reconocimiento o de experimentar
‘adrenalina’ es un asunto que, ligado con la noción del ‘macho’, sigue
llevando a los jóvenes a cometer delitos que van desde el atraco hasta
el homicidio. “Incluso, las mujeres prefieren que su pareja sea un
hombre rudo con reconocimiento en una banda”, afirmó Murraín.
Esta percepción de la masculinidad tampoco discrimina estratos. “He
sabido de colegios de altísima matrícula en donde jóvenes que tienen su
vida resuelta se reúnen a pelear con armas”, aseguró el investigador.
Entre las ciudades estudiadas, un 74 por ciento de los jóvenes
justifica usar la violencia principalmente en defensa propia; un 44 por
ciento para ayudar a la familia y un 41 por ciento lo hace para defender
propiedades o bienes.
Pero así como son victimarios también son las víctimas. Según la
encuesta, el 45 por ciento de los jóvenes entre los 15 y 25 años
reportaron haber sido víctima de algún delito en la ciudad, ocho puntos
por encima del resto de la población.
Prevención es clave
Restricción a menores solo funciona a corto plazo
Restricción a menores solo funciona a corto plazo
Para Corpovisionarios una de las soluciones para bajar la
criminalidad en los jóvenes es el diseño de políticas públicas para la
prevención de la violencia. Según el centro, medidas represivas como la
restricción a la venta de licores o el toque de queda a menores de edad
pueden funcionar, pero a corto plazo. Estimular la práctica del deporte,
también es vital.
Redactora de EL TIEMPO
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Fuente: http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12904232.html
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