El primer Día Mundial contra la Trata de Personas
da voz a millones de víctimas
29-07-2014 - EUROPA PRESS, MADRID
Tres de
cada cuatro víctimas son mujeres o niñas, en la mayoría de casos esclavas
sexuales o laborales
Millones
de personas, en su mayoría mujeres y niños, son víctimas cada año de las redes
que trafican con seres humanos, un negocio que mueve millones de euros y sobre
el que Naciones Unidas quiere alertar especialmente este miércoles, 30 de
julio, en el primer Día Mundial contra la Trata de Personas.
La trata
de personas implica "el reclutamiento, transporte, traslado, acogida o
recepción de una persona a través del uso de la fuerza, el engaño u otros
medios con el fin de explotarla", tal como la ha definido Naciones Unidas.
Aunque la forma más conocida es la que tiene por objetivo la explotación
sexual, también son víctimas quienes terminan en un trabajo forzado, la
servidumbre doméstica no remunerada, la mendicidad obligada o la extracción
ilegal de órganos.
El Día
Mundial contra la Trata de Personas, surgido a partir de una resolución de la
Asamblea General de la ONU, nació con el objetivo de alertar de un crimen
incesante y mostrar solidaridad con las víctimas, cuyo número exacto ni siquiera
se conoce. Sólo los niños forzados a trabajar ya suman más de 20 millones,
según datos de la Organización Internacional del Trabajo.
Un
informe publicado en 2012 por la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito
(UNODC), elaborado a partir de la información de más de 150 países, alertaba de
que el 59 por ciento de las víctimas son mujeres y un 17 por ciento, niñas. Los
hombres adultos representan un 14 por ciento y los menores un 10 por ciento.
Por
regiones, los países de África y Asia cuentan con más casos de explotación
laboral, mientras que en Europa o América abunda la sexual. El tráfico de
órganos, según el informe la UNODC, esta todavía presente en 16 países del mundo.
ESFUERZOS
INTERNACIONALES
En el año
2000, la Asamblea General de la ONU adoptó la Convención contra la Delincuencia
Organizada Transnacional y un protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la
trata de personas, especialmente mujeres y niños. Las medidas entraron en vigor
en 2003 y representan, a día de hoy, el único instrumento internacional que
persigue este tipo de abusos.
A nivel
nacional, corresponde a cada país la aplicación del protocolo y su integración
en las respectivas legislaciones. La ONU considera que, a pesar del aumento del
número de condenas por el delito de trata de personas, la estadística sigue
siendo baja, por lo que ha reclamado una aplicación más eficaz de la nueva
normativa y mayor cooperación regional e internacional.
LA VOZ DE
MARTA Y JACOB
Marta
creció en un barrio pobre de la ciudad costarricense de Puntarenas, en la costa
del océano Pacífico, y a los 13 años, huérfana de padre y con una madre
alcohólica y violenta, se vio obligada a trabajar como empleada doméstica.
A pesar
de que confiaba en ganar dinero para que ella y su hermana pudiesen vivir en un
lugar mejor, nunca recibió un sueldo por su trabajo de asistenta. Por este
motivo, cuando le ofrecieron un trabajo bien pagado para ayudar a turistas en
la capital, San José, Marta no lo dudó y aceptó.
Sin
embargo, el trabajo no era tal y, en lugar de transportar maletas, se veía
obligada a mantener relaciones sexuales con esos hombres extranjeros, según el
relato hecho público por la propia ONU con motivo del Día Mundial contra la
Trata de Personas.
La
denuncia de una persona a la Policía sacó a Marta de la situación en la que se
encontraba y, así, pudo recibir asistencia médica y psicológica y formarse en
una profesión con la que construir una nueva vida para ella y su hermana.
La de
Marta es también la historia de Jacob, que a los 13 años abandonó su pueblo
natal en Kenia para ir a Nairobi junto a varios hombres con promesas de una
mejor educación y un buen trabajo. Jacob terminó en Mombasa, recolectando metal
para su venta y mendigando su no conseguía suficiente dinero.
Sin
contacto con su familia y sin posibilidad de buscar ayuda, Jacob huyó a la
ciudad de Malindi, donde incapaz de sobrevivir mediante la mendicidad terminó
cometiendo pequeños delitos. Una organización que proporciona asistencia legal
a menores de edad (CRADLE) logró que un tribunal determinase que Jacob
necesitaba protección y le reunió con su familia.
A los 14
años, Jacob está contento de volver a casa y estudia para tratar de llegar a la
educación secundaria. "Me gustaría ser profesor o policía para ayudar a la
gente en problemas", declara ahora sobre su futuro.
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Fuente: http://www.teinteresa.es/mundo/Dia-Mundial-Trata-Personas-victimas_0_1183682082.html
Enlace relacionado: ONU: Día Mundial contra la Trata de Personas, 30 de Julio
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