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miércoles, 10 de julio de 2013

HEMEROTECA: Violencia en África, una realidad que dejo de ser lejana





Violencia en África: Una Realidad que Dejó de Ser Lejana

Posted on 25. Jan, 2013 by csandoval in Internacional


Las últimas semanas han estado marcadas por violentos episodios en Malí y Argelia. Ambas crisis, de distinta naturaleza y desarrollo, tienen sin embargo un punto en concordancia: el surgimiento de violentos grupos armados supuestamente ligados a Al –Qaeda liderando las incursiones, cuestión que ha hecho cundir el pánico en los mandos militares occidentales, ante el potencial establecimiento de plataformas de lanzamiento de ataques sobre Europa en los dos vastos países saharianos.

Por Maximiliano Sepúlveda


Malí, vivir bajo amenaza

Desde junio pasado, Malí enfrenta una aguda crisis política que ha desestabilizado al gobierno institucional con agudos enfrentamientos entre el ejército regular y milicianos rebeldes que tomaron por asalto diversas localidades del centro del país. Los grupos, en su mayoría bandas armadas de las que abundan por el territorio, obtuvieron la atención de las autoridades por la osadía con la que se han hecho de pueblos y ciudades en pocas horas, y además por su relación con grupos islámicos que operan regularmente en Níger, Mauritania al oeste y Nigeria.

El conflicto escaló durante meses hasta la captura por parte de las fuerzas insurgentes de la localidad de Duentza, ubicada a 800 kilómetros al noreste de la capital, Bamako, y que fue recuperada por el ejército maliense, apoyado por fuerzas francesas, tras permanecer una semana bajo control rebelde.

Francia, una potencia que se “ensucia”
Las potencias occidentales han asumido un rol “tras bambalinas”, en los diversos conflictos que han agitado al continente africano en los últimos meses. Estados Unidos, por ejemplo, entrega armas y modernos aparatos de comunicación a rebeldes en Libia y Siria, mas no participa de las operaciones directamente.
Rusia y China, por su parte, tampoco se empolvan en el Sahara, pero sí prestaron apoyo a Gaddafi en Libia hasta donde fue posible, y siguen apoyando a Bashar Al Asad en Siria, al que le han entregado helicópteros de ataque, cuyos proyectiles han arrasado con la población civil, y abundante munición para mantener a los rebeldes a raya durante los casi dos años que ha durado la guerra civil en el país.

Nigeria ViolenciaLos galos, sin embargo, se han ennegrecido las uñas involucrándose directamente en los frentes. En Libia, el portaaviones Charles de Gaulle atravesó el mediterráneo a vista y paciencia del mundo para instalarse frente a Beghazi, sirviendo de ariete para las incursiones de los cazabombarderos Rafale, que atacaron posiciones del ejército del ex gobernante libio hasta las postrimerías de la revuelta que terminó por costarle el puesto, y la vida.

En Malí no ha sido demasiado diferente, y tras el llamado de auxilio de las autoridades del país, el Premier François Hollande decidió enviar tropas a la zona a apoyar al ejército regular. Los miedos de París, están en el eventual surgimiento de enclaves rebeldes permanentes en la zona, ideales para el refugio de miembros de milicias cercanas al extremismo islámico. La incursión francesa sigue a buen ritmo y se espera recupere los poblados en manos de la insurgencia en los próximos días. La acción de Hollande ha recibido además el respaldo implícito de Estados Unidos, que ha entregado apoyo a la acción gala, eso sí, sólo facilitando personal logístico además de sus modernos aviones de transporte C-17, con lo que el Pentágono simpatiza con la causa y comparte los gastos, sin intervenir, en una actitud que ya es un sello de la administración Obama.

Secuestro en Argelia, un desastre perfecto
La crisis de rehenes que sacudió a la ex colonia francesa la semana pasada, y que llenó páginas en los medios internacionales terminó en una masacre, con decenas de muertos y un desenlace que difícilmente podría considerarse positivo. En una rápida cronología, el 16 de enero pasado, un grupo armado atacó una caravana de buses que transportaban a trabajadores hacia la planta de gas de Tigantourine, en el sudeste del país, desde el cercano aeropuerto de Amenas. El ataque, fue repelido por el batallón armado que acompañaba a la caravana. Tras el enfrentamiento, el grupo de ataque huyó hacia las barracas donde dormían los trabajadores de la planta, secuestrando a alrededor de 40 trabajadores extranjeros, japoneses, norteamericanos, noruegos, franceses, irlandeses, etcétera.  Además de unos 150 obreros argelinos, los que rápidamente fueron separados de los sin duda más “valiosos” operarios occidentales. La planta, es administrada por un consorcio en el que participan, entre otros, una compañía local, Sonatrach, y la multinacional británica BP, la ingeniería está a cargo de una empresa nipona y la logística, en manos de la francesa CIS, lo que explica la numerosa presencia de trabajadores extranjeros.

Los autores, fueron relacionados con Moltar Belmojtar, rama escindida de Al- Qaeda en el Magreb. El grupo, ya había participado en el secuestro de tres ciudadanos españoles en Mauritania en 2009, y actuó en respuesta a la “agresión” francesa en Malí, que por esos días ya había entregado su espacio aéreo a la aviación militar gala.  Luego de días de confusas informaciones, donde se habló de escapes y ejecuciones de rehenes, el pasado jueves 17, unidades de elite del ejército argelino tomaron por asalto la planta. El resultado: 23 rehenes muertos durante el asalto que se prolongó por dos días, siete de los cuales fueron ejecutados de un disparo en la cabeza, y 32 secuestradores muertos.

Las primeras informaciones no ahondaron en la nacionalidad de los fallecidos, aunque se presume que la mayoría son extranjeros, ni en si hubo bajas en el comando de asalto, sí se habla de una incursión considerada inevitable pero desprolija, con trabajadores desaparecidos, informaciones confusas y un prolongado intercambio de tiros entre el ejército y los secuestradores, quienes incluso estuvieron cerca de volar la planta.

Los criminales que asaltaron la planta de Tigantourine, poseen un largo prontuario de secuestros de occidentales en el continente y han operado durante décadas en el territorio sin sensibilizar mayormente a la comunidad internacional. Sólo su aparente cambio de agenda y nueva cercanía a Al-Qaeda, ha logrado encender las alarmas en las capitales occidentales.

En una región donde actividades como las ocurridas en Malí y Argelia son frecuentes, y el desgobierno parece estar siempre a la vuelta de la esquina, sólo la amenaza del fundamentalismo ha logrado traspasar el velo que parece separar África de Europa, donde los destacados futbolistas de color que brillan en las ligas y los molestos inmigrantes que circulan erráticos por las calles, parecen ser las únicas preocupaciones de los ciudadanos.

Tragedias como las que asolan a Malí y Argelia confirman que hay mucho más de que preocuparse, y que el impredecible Sahara, está mucho más cerca de lo que parece.

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Fuente:  http://noticias.rastro.com/?p=8805

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