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sábado, 16 de mayo de 2015

Venezuela: Reinserción social de delincuentes omitiendo previa resocialización y rehabilitación social





La reinserción social apunta a la productividad
Con el apoyo del Gobierno ejecutan proyectos en las áreas de agricultura, elaboración de bloques de cemento y la cría de pollos y ganado

08-06-2014 ---09:00:00 a.m.

Viceministro Rangel Ávalos reunido con miembros de bandas delincuentes
 
Olga Maribel Navas.- Eran las 12 del mediodía cuando llegamos al sector Caño Negro, del municipio Acevedo (Mir). Allí, en el patio trasero de una casa, bajo las matas de mango, fue concertada la entrevista en la que un equipo de reporteros de Últimas Noticias nos reuniríamos con algunos líderes de las bandas delictivas que operan en la zona, para que nos dieran a conocer su experiencia en la participación del programa de pacificación que ha sido emprendido desde el Gobierno nacional encabezado por el presidente Nicolás Maduro.

En este encuentro acompañábamos al viceministro de Política Interior y Seguridad Jurídica, José Vicente Rangel Ávalos, a quien desde hace un año, junto con un equipo multidisciplinario de profesionales, le fue asignada la misión de desarrollar el programa de pacificación de las bandas y de reinserción de estos ciudadanos en actividades productivas para su comunidad y el país. En total, éramos 8 las personas visitantes que participaríamos en la reunión, tres por el equipo de ÚN y cinco por parte del Ministerio del Interior, todos civiles y desarmados.

Llegamos y se dieron los saludos de rigor, apretones de manos y algunos abrazos. Los integrantes de las bandas ya nos esperaban, vestidos con ropa y zapatos deportivos; la mayoría tenía gorras para cubrirse del inclemente sol del mediodía, y también nos esperaban, sin ningún pudor ni temor, armados con pistolas, rifles de distintos calibres y hasta con potentes fusiles R-15.

Los presentes, todos de pie, iniciaron las conversaciones en torno a los avances de los programas de pacificación que se han implementado en la zona que va desde Caucagua hasta El Guapo.

Este grupo nos explicó que requerían de una motosierra más grande para cortar las maderas y montar las cercas a fin de evitar que se sigan escapando las vacas que les dimos hace algunos meses para que se iniciaran en las labores de ganadería. También solicitaron el arrastre del tractor para la limpieza del terreno en donde van a cultivar y maquinarias para limpiar las matas de cacao, que se observan llenas de maleza -refirió Rangel.

Terminada la reunión de trabajo entre las autoridades y los líderes de las bandas, en el ambiente surgió la inquietud de por qué unos periodistas estaban en el lugar. Para disipar las dudas solicitamos se formara un círculo con los presentes y allí les informamos que nos interesaba conocer su experiencia en torno a este programa y su motivación a participar en el proceso de desarme. Después de escuchar nuestros argumentos, accedieron a contarnos parte de su historia, bajo la condición de mantener sus nombres en el anonimato y de que las fotos fueran tomadas con las caras cubiertas.

Sin oportunidades. Un representante del sector Caño Negro fue el primero en hablar.

“Muchas son las personas que nos juzgan por haber tomado este camino, pero nunca se han preguntado qué nos llevó a ser unos delincuentes. Nosotros no contamos con ninguna oportunidad de estudio, de trabajo, llegamos a nuestras casas y no había nada que echarle a la olla, nuestros hijos pedían comida y no había fuerza para comprar alimentos.

Dijo que en estos pueblos tan alejados de las capitales no llegan los programas sociales que tanto se han anunciado.”

“De hecho, es primera vez que sentimos que somos tomados en cuenta, y estamos dispuestos a cambiar, más que todo por nuestras familias, por nuestros chamos, a los que queremos ofrecerles un mejor futuro.”

Aseguró que hay muchas personas que no quieren que este programa funcione, ya que acabaría con sus negocios.

“Pero nosotros decidimos aceptar la ayuda del Gobierno y ya estamos desarrollando una serie de proyectos socioproductivos como una granja para criar pollos y vender huevos, rescatar la siembra de hortalizas, la ganadería y la pesca.”

Destacó que ya les han entregado un tractor, un lote de 50 vacas y una serie de maquinarias para iniciar los trabajos.

Malas políticas. Entre tanto, el líder de los grupos de Mamporal, y que ahora impulsa el proceso de desarme, exhortó a las autoridades a revisar las políticas sociales que hasta ahora se han implementado.

“En la cuarta república no se tomaba en cuenta a los pobres, y en este Gobierno se han diseñado buenos programas, pero el aparato burocrático no permite que lleguen a la gente que los necesita. Algunos piensan que la vaina de la delincuencia se terminará comprando más patrullas, más equipos para las policías, pero no proponen aumentar los recursos para ampliar los programas de estudio, de atención a las familias, y ofrecer oportunidades a todos por igual.”

Señaló que han estado conversando con los integrantes de las bandas, explicando los alcances del programa de pacificación, que les ha servido para reconciliarse con sus vecinos y hasta han participado en la organización de eventos culturales y deportivos.

En su sector se inclinan por ejecutar proyectos para la producción de alimentos, la siembra, la cría de ganados y pollos y la pesca, que puedan ofrecer como sustento a su comunidad y comercializar en los pueblos cercanos, así como en los mercados itinerantes que organiza el Gobierno.

Aprendiendo un oficio. En el sector El Peñón, de Monte Panaquire, en el municipio Acevedo, ya funciona una fábrica para elaborar bloques de cemento, que es manejada por los chicos tildados de mala conducta. El líder de la zona dice que les enseñan un oficio para que no utilicen las armas.

“Yo creo que las políticas de pacificación y desarme tienen que ser entendidas por todas las autoridades, ya que aquí estamos haciendo una labor productiva” -dijo-.

Se han logrado bajar los índices delictivos, pero todavía tenemos problemas con algunos funcionarios que piensan que pueden reprimirnos cuando les venga en gana, rompiendo la sana paz que hemos logrado, exigiendo dinero cuando nos ven en la calle; ellos piensan que nosotros somos sus cajeros automáticos.

Llegando a los acuerdos. Los compromisos a los cuales han llegado las autoridades del Gobierno y las bandas delictivas no quedan escritos en ningún papel, no hay firmas, aquí solo el poder de la palabra tiene validez, tiene respeto, y cuando se llega a un acuerdo satisfactorio se cierra el trato con un apretón de manos.

Dicen que las bandas se han formado por dos razones, una de ellas la falta de dinero para comprar alimentos y la otra por seguridad, para cuidar a la comunidad de delincuentes provenientes de otras zonas.

Señalan que sus familias viven la misma angustia de las familias de los policías, que salen en la mañana de sus hogares pero no saben si regresan en la noche y que, al final, tienen una misma responsabilidad: buscar el sustento para sus hijos.

Finalmente, indican que algunos saben que tienen deudas pendientes con la ley y que están dispuestos a pagarlas.

“No es una tarea fácil, pero sí es posible”

El viceministro de Política Interior y Seguridad Jurídica, José Vicente Rangel Ávalos, asegura que en las reuniones que ha realizado con estos grupos delictivos en distintas ciudades del país han manifestado su voluntad de participar en los procesos de pacificación y desarme.

“Esta es una nueva política social impulsada por el presidente Nicolás Maduro, quien ha señalado que para enfrentar el problema de la delincuencia se tienen dos escenarios, uno de ellos el equipamiento de las policías, la compra de patrullas los operativos de seguridad, y, por otro lado, programas sociales de reinserción en la sociedad de forma productiva, con oportunidades de estudio así como el área laboral, con la atención a la familia de forma integral, explicó Rangel Ávalos.

Dijo que muchas personas le han advertido lo peligroso de estas reuniones con las bandas delictivas, que le han criticado escuchar a estos sujetos que han violado la ley y que la solución es la represión. “Pero yo considero que este es un camino que puede ofrecer buenos resultados, como los que se han observado en el municipio Buroz (Mir), en donde han bajado los índices delictivos, en donde los delincuentes tienen armas, pero no las usan, en donde han aceptado aprender oficios como la agricultura, la carpintería, fabricar bloques, entre otros, para obtener los recursos y mantener a sus familias”, detalló.

Informó que en sus visitas a distintas comunidades ha observado que los jóvenes tienen mucho tiempo de ocio, que no hay programas educativos, culturales, recreativos, cursos de capacitación, lo que hace necesario revisar las políticas sociales del Gobierno para retomar esos espacios que ha ganado el hampa.

Explicó que, además del cambio individual, muchas familias se han visto beneficiadas, así como las comunidades que agradecen que la paz retorne a las calles.

“Admitimos que hay grupos que no han aceptado participar, pero son más los que nos acompañan y han aceptado la oportunidad; no es una tarea fácil, pero sí posible. Nosotros vamos a mantener nuestras puertas abiertas a todos aquellos que quieran acompañarnos en la pacificación del país”, dijo el viceministro.

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Fuente: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/actualidad/sucesos/la-reinsercion-social-apunta-a-la-productividad.aspx

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