Explotación sexual y laboral, las dos caras de la trata de personas
La gran mayoría de los casos reportados hasta el 31
de marzo de 2015 en Estados Unidos de Norteamérica corresponden a tráfico sexual, pero el 14 % es de víctimas de trabajo forzado.
En julio de 2013, Miriam
Kizzie, conocido como “Keys” y “Keyshawn”, de Dorchester -un popular
vecindario de Boston-
conoció a dos jovencitas de 14 y 15
años de edad. Con apenas 21 años, se ganó la confianza de ambas
y logró fotografiarlas en poses sugestivas...ellas nunca imaginaron que las
subiría a internet en forma de anuncio
para prostitución.
En el curso de una semana, ambas chicas fueron obligadas a prostituirse en
habitaciones alquiladas y en los apartamentos de los hombres que respondieron a
los anuncios. Kizzie contó con la ayuda de Anthony Pledger, de 26 años, para hacer los
arreglos de logística para transportar a las víctimas entre Massachusetts y Rhode Island.
Oficiales del departamento de Investigaciones del Servicio
de Inmigración y Aduanas (ICE) y la unidad antihomicidios y tráfico humano de
la Policía de Boston, desmantelaron la operación de ambos hombres; según
documentos judiciales, se declararon culpables de los delitos de tráfico y transporte de menores con el objetivo
de prostituirlas así como de pertenecer a los Thetford Avenue Buffalos, una
pandilla de Boston.
El 11 de mayo, Kizzie
fue sentenciado a 12 años de cárcel y 5 años de libertad
asistida. Durante la audiencia, las madres de las jovencitas relataron el
impacto que esa situación tuvo en sus vidas y familias.
Una de las víctimas, ahora de 16 años, se dirigió a la Corte
y contó su lucha por salir adelante: “Él me
destruyó. Me mintió. He pasado casi dos años tratando de rehacer mi vida”,
declaró.
Tipos de trata de personas
Casos como el
anterior ilustran el infierno que alguien puede vivir al ser víctima explotación sexual, una de las dos formas
más comunes de la trata de personas. También está la explotación laboral, y aunque en menor
frecuencia, la combinación de ambas.
Según
estadísticas recopiladas por el National Human Trafficking Resource
Center (NHTRC),
que opera en todo Estados Unidos, en el transcurso de 2015 ha recibido 5,212 llamadas
alertando sobre casos de trata de personas; 778 fueron realizadas por las mismas víctimas
y sobrevivientes.
La entidad
clasifica el tráfico sexual dependiendo del tipo de local o industria donde se
comete el delito, siendo el más frecuente en negocios-fachadas de
prostíbulos (104
casos), luego los anuncios en internet y locales desconocidos (89 casos), prostitución en hoteles
o moteles (87
casos), prostíbulos
residenciales (51
casos) y servicios
de acompañantes (49
casos), para un total de 973 expedientes abiertos.
Al 31 de marzo
de este año, el NHTRC -que es operado por la organización sin fines de lucro
Polaris- ha registrado 973 casos de tráfico sexual en todo el país, cinco veces
más que los casos de tráfico para propósitos laborales (194). Los cinco estados con
más reportes son California (223), Texas (101), Florida (77) y Nueva York (76).
El trabajo
forzado en negocios pequeños constituye la porción más corta de esta clase de
trata de personas en Estados Unidos, ya que a la fecha se han registrado 12 casos.
Le sigue la agricultura (13), restaurantes y servicios de comida (14), equipos
de ventas ambulantes (15) para que el primer lugar sea ocupado por el trabajo
doméstico forzado (31).
La mayoría de
las víctimas son mujeres (1,127). Se cuentan además 433 menores de edad.
Del total de
casos que se abrieron en 2014, el 36.6 por ciento de las víctimas tenían
nacionalidad estadounidense o eran residentes legales; le siguen las
originarias de México, con el 3 por ciento, y las del triángulo norte de
Centroamérica (Honduras,
Guatemala y El Salvador) suman 1.4 por ciento.
Las autoridades
dependen del público para detener a los perpetradores y liberar a las víctimas,
que por lo general están asustadas, fuera de la vista y sufren en silencio.
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