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domingo, 5 de octubre de 2014

La conciencia: Muchas teorías, pocas respuestas










El problema de la conciencia… ¿Muchas teorías y pocas respuestas?



1 octubre 2014 a las 20:18 - Elisabeth Rigo



 La conciencia.
Obra de Aguijarro (Antonio Guijarro Morales),
pintor y cardiólogo, natural de Guadix (Granada)
 
Desde que se estableció que era exactamente (o como definíamos) la conciencia surgió otro problema, como “proceso cognitivo” (yo lo llamaré así) debe emerger de algún área o función cerebral, ¿Cómo surge la conciencia? Así empezó el largo camino que ha ido abriendo paso a diversas teorías al respecto, cada una más complicada, desde la filosofía hasta las neurociencias, pero que aún no ha dado frutos en cuanto a tener una respuesta certera.

La idea original, ¿Qué entendemos por conciencia?

"Conscientia", del latín "Cum Scientia" significa literalmente "con conocimiento".

La conciencia se define como el estado de estar despiertos y al corriente de lo que ocurre a nuestro alrededor. Esto, junto al sentido de uno mismo, el sentido del self o de la propia existencia, para mí es un fenómeno de metacognición. Incluye el percibirse a uno mismo en el mundo, el conocimiento reflexivo de las cosas.

Hoy nos saltaremos las teorías sociológicas, filosóficas y de otra índole (como las de Descartes y la glándula pineal) descartadas ya hoy en día; de todas formas, estas teorías no pueden responder a cómo saber sí la conciencia está presente o no, cómo detectarla, ni a porqué no está localizada en áreas más asociadas a la activación como el cerebelo, en lugar de poder encontrarse como emergente a zonas superiores corticales.

Antes de hablar sobre la conciencia debemos mencionar que aún hoy hay teorías que descartan su existencia, por ejemplo el materialismo eliminativo, que rechaza la idea de conciencia excepto como epifenómeno de la función cerebral. Para ellos todo es materia que sigue unas leyes físicas.


La teoría del Claustro como integrante de la información
Como ya se había explicado anteriormente en Medciencia, recientemente se consiguió localizar (accidentalmente) un área cerebral que al ser estimulada “desconectaba” el cerebro, apagando momentáneamente la conciencia de la persona, este era el claustro cerebral (señalado con la flecha roja en la siguiente imágen). Francis Crick hipotetizó que esta área podía tener la función de integrar información. A Francis Crick se le critica que confunda procesos con fenómenos y su tendencia al reduccionismo. Crick afirma la existencia de una gama de disparos neuronales a 40 Hz, que es la que se encarga de relacionar la actividad de las neuronas para formar una imagen consciente.




El dualismo representacional de Searle
Para él la conciencia y la mente pueden ser tratadas desde una perspectiva biológica, su teoría naturalista postula que la conciencia es el producto de microprocesos de nivel inferior que tienen lugar en el cerebro y se manifiestan en niveles superiores (proposicionales). Es una propiedad emergente del cerebro que no se representa con ningún proceso en individual sino que emerge del conjunto y no existe de otra forma (además no es una entidad separada del mismo). Según él hay que estudiar la física, química y biología que permite la emergencia del proceso. Sin embargo afirma que tal vez la ciencia no esté lo suficientemente desarrollada para responder a esa pregunta todavía. Por lo tanto y hasta que tal conocimiento aparezca apela a una descripción fenomenológica y subjetiva de la experiencia. Para él la conciencia son qualias: vivencias subjetivamente dependientes. Rechaza las teorías que estudian la mente con metáforas computacionales. Searle criticaría el resto de teorías como la de Crick, Edelman, etc…

Teoría de la información integrada 
Desarrollada por Giulio Tononi, esta teoría intenta descifrar el funcionamiento de la conciencia con una aproximación menos ortodoxa, hasta entonces las teorías funcionaban con métodos bottom up (partiendo de lo concreto a lo abstracto), el decidió estudiarla empezando por ella misma, con un sistema top-down, desde lo abstracto a lo concreto.

Para ellos la conciencia representa una integración de información y es un fenómeno irreductible, intentando llegar a ella a través de procesos independientes más simples (bottom-up) no tiene sentido. Es la integración de una red de sistemas sensoriales con procesos cognitivos. Se puede medir el nivel de integración cerebral utilizando técnicas de estimulación y lectura de activación.

Esta teoría asigna el valor numérico phi al grado de irreductibilidad, si phi es cero entonces el sistema sí puede dividirse en sus partes individuales, pero si phi es un valor alto el sistema es irreductible y constituye más que la suma individual de las partes, es un fenómeno emergente.

Esta teoría tiene la ventaja de poder explicar los diferentes grados o niveles de conciencia, tanto entre humanos como entre diferentes especies.



Teoría del espacio de trabajo global
Esta teoría asemeja la conciencia con la memoria de un ordenador, de forma que puede trabajar con información aún cuando esta ya no está presente. Desarrollada por Bernard Baars esta teoría se basa en el concepto de la pizarra dentro de lo que es la Inteligencia Artificial; este espacio es como un banco de memoria al que cualquier ordenador podría acceder. Se asume que el cerebro funciona igual, como una pizarra que almacena la información enviándola a otras áreas del cerebro donde será procesada. La emisión de esta información a través del cerebro desde ese banco de memoria es lo que forma la conciencia.

Esta teoría y la anterior no son incompatibles entre ellas.

La topobiología de Gerald Edelman
Para Edelman la conciencia emerge de tres tipos de procesos cerebrales:

  •    El mapa neuronal: Neuronas que se activan al unísono para cierta estimulación. Al actuar en conjunto estos mapas mentales permiten la imagen consciente de la experiencia (o qualia).
  •     Selección neuronal de grupo: La progresiva especialización de grupos neuronales en función de la activación que da lugar a los procesos cognitivos.
  •     El reingreso: los distintos mapas neuronales son capaces de intercambiar información en diversas direcciones que permitirían un trabajo en equipo de varias zonas.

Su teoría es una forma evolutiva de explicar la aparición de procesos cada vez más complejos en la evolución de la especie. Explica así el paso de una conciencia primaria a una superior mediante la remodelación de los mapas cerebrales. Igual que Crick falla en adentrarse de forma más profunda en la teoría para explicar procesos aún más pequeños que forman estas operaciones.

La teoría cuántica:
Roger Penrose
Para mí la más avanzada y única que ha conseguido desmenuzar hasta el mínimo los componentes que integran la experiencia consciente es esta teoría, explicada más extensamente en otro artículo publicado en  Medciencia (recomiendo leerlo), y supone una explicación que aún siendo fascinante, resulta cuanto menos complicada.

Según ellos la conciencia es de base cuántica.

Esta teoría creada por Roger Penrose y Stuart Hameroff ha demostrado la existencia de vibraciones en los microtúbulos de las neuronas. Según ellos incluso las ondas EEG dependerían de estas vibraciones. Establecieron que la conciencia dependía de procesos cuánticos biológicamente orquestados y que el cerebro tenía procesos no computacionales. Las vibraciones gobernarían la actividad sináptica neuronal y serían las causantes de la conciencia.

Conclusiones
Podemos extraer conclusiones como: La conciencia es un proceso emergente complejo no reductible a algo simple (aunque los procesos que la integren sean conjuntos de procesos más simples), que emerge de las estructuras cerebrales y sus procesos biológicos o, a escala más pequeña: físicos y cuánticos. Y de momento es dónde nos encontramos ahora, que no es poco. Me parece un área de estudio fascinante y os recomiendo estar pendientes al tema porque creo que tras la teoría cuántica surgirá un boom en la investigación al respecto que puede ser fascinante.

Fuente: Livescience, Wikipedia, tesis.

Imagen: Wikimedia Commons, Wikipedia
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Fuente: http://www.medciencia.com/el-problema-de-la-conciencia-muchas-teorias-y-pocas-respuestas/
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Comentarios del bloguero:
Los experimentos cuyo objetivo es estimular con electricidad el cerebro son de vieja data. Wilder Penfield, un neurocirujano canadiense, realizó en 1951 experimentos aplicando corriente eléctrica mediante electrodos en diferentes áreas de la corteza cerebral; elaboró el primer  mapa de la corteza cerebral, así como la primera representación describiendo el espacio sensorial relativo que nuestras partes corporales ocupan en el cerebro en función a la superficie del córtex motor que las controla en movimiento involuntario; en otras palabras, un mapa de la asociación proporcional del córtex con los miembros del cuerpo, y al cual denominóhomúnculo sensoriomotor”: A una  mayor sensibilidad de una parte del cuerpo, corresponderá mayor espacio sensorial en el córtex.   Penfield
fue un pionero; en la actualidad, para detectar cuáles partes del  cerebro se activan al ejecutar una determinada función existen otras técnicas menos invasivas, distintas a las de tener al sujeto con los sesos pinchados con electrodos: La tomografía de emisión de positrones (PET) o la resonancia magnética funcional (RMF).

Valga la siguiente acotación: Wilder Penfield, aplicando electricidad en la corteza cerebral  descubrió qué el ser humano graba recuerdos en el cerebro y que puede reproducirlos en el presente cuándo es estimulada la región dónde están grabados o depositados; asimismo, Penfield descubrió que el cerebro al registrar acontecimientos pasados, registra igualmente  los sentimientos asociados a esos sucesos o acontecimientos: Cada vez que aplicaba electricidad en un mismo punto de la corteza cerebral, el sujeto evocaba siempre el mismo recuerdo, así como evocaba igualmente las circunstancias asociadas a ese recuerdo; esto es, cada vez que recordaba un mismo recuerdo, recordaba igualmente las condiciones relevantes asociadas a ese recuerdo, fuesen olfativas, sonoras, térmicas, de placer o disgusto, etc. 

Reitero, Penfield, al hacer contacto eléctrico entre una corteza cerebral y un electrodo, el sujeto evocaba solamente un recuerdo concreto, y no una combinación de recuerdos o una generalización de éstos. Así pues, Penfield estableció que todo evento  queda registrado con detalle junto con los sentimientos asociados a ellos, y que siempre aparecen juntos, el recuerdo y las circunstancias que rodeaban a ese suceso o acontecimiento. De manera pues, al recordarlos en el presente, esos recuerdos se convierten en nuevas vivencias que no pueden ser borradas, a no ser que medien alteraciones químicas o intervenciones quirúrgicas; pero se convierten en nuevas vivencias por cuanto al rememorar ese recuerdo evocándolo, ese recuerdo es revivido cómo un todo y afecta anímicamente al sujeto por cuanto igualmente revive las sensaciones asociadas a ese recuerdo en particular: La lluvia, por ejemplo, quizás no despierte los mismos sentimientos en todas las personas; algunos, rememorarán el alegre chapoteo, y sonreirán; otros, el olor a tierra húmeda, y quizás lanzarán un largo suspiro; pero habrá quienes la asocien a la tragedia, por haber sobrevivido a alguna desgracia relacionada con la lluvia, y saltarán sobresaltados, aterrorizados.   

Pues bién, los resultados de las investigaciones de Penfield constituyen parte de la base teórica del Análisis Transaccional, la técnica de psicoterapia individual y social formulada por Eric Berne, con rango de método científico en el campo psiquiátrico y cuya obra más conocida es “Game people play” ("Los juegos que juega la gente", en castellano); y esos resultados nos conducen a suponer que en atención a la convivencia social deberíamos abstraernos de distinguir entre libre albedrío y determinismo, ocupándonos meramente en la responsabilidad del sujeto, abstrayéndonos igualmente de distinguir y discriminar en cuanto a  la capacidad moral del individuo, por cuanto ya quedó establecido que existen sujetos cuyo sentido moral es inexistente, como sería el caso de los psicópatas, quienes carecen de empatía y hasta de escrúpulos y de remordimientos; razón ésta por la cual más bién deberíamos entonces tratar de solucionar la cuestión por una vía pragmática: 

El recuerdo está allí, en nuestro cerebro, inalterable e incólume; pero es eso, un recuerdo; siendo así, mal podría entonces un suceso del pasado afectar al tiempo presente de un sujeto, a no ser que sea de modo irreflexivo y hasta por necedad o por estupidez: Es algo así como que sí alguien nos dijera que llora cada vez que recuerda una melodía, porque esa era la melodía que sonaba en la radio cuándo murió alguien muy querido suyo; empero, ¿y sí en vez de llorar, se tornase violento e irascible cada vez que escucha alguna melodía? ¿O sí le da por disparar armas de fuego? Y sí asesinó a sus propios padres, ¿vamos a concederle libertad sí alega ser un pobre y desdichado huérfano?

En lo particular, nos inquieta saber que la conducta antisocial y que hasta la conducta criminal puedan ser justificadas debido al pasado del sujeto. La convivencia social no puede depender de las vivencias pasadas de los sujetos, debería estar regida al menos por las normas básicas de convivencia social que nos obligan a vivir honestamente, a no ofender a los demás y a dar a cada quién lo suyo, formuladas magistralmente en la Antigua Roma  por Ulpiano; o, en el mejor de los casos, regida en función de la norma penal, en cuyo caso podríamos hacer todo aquello que la Ley no nos prohíba. 

Sin embargo, la naturaleza humana implica la constante búsqueda de resquicios y subterfugios para eludir obligaciones, compromisos y hasta para burlarnos de la autoridad; es un impulso que nos viene con nuestra condición de primates: Mientras algunos distraen al mono alfa, otros monos aprovechan para practicar coito con las monas que éste se reservó para sí. Desmond Morris dixit.

A mayor abundamiento: ¿Qué ocurre con los pedófilos? Aducen siempre haber sido víctimas de abuso sexual infantil o de haber tenido una terrible infancia debido a maltratos o carencias afectivas, razón ésta por la cual su personalidad sufrió una detención en cuanto a su desarrollo y entonces sintiéndose como niños de muy corta edad deben relacionarse sexualmente con otros niños; esa es la justificación que siempre alegan. Sin embargo, pareciera que algunos pedófilos se abstienen de hacer contacto sexual con niños, pero igual siguen apareciendo por doquier cadáveres de niños que fueron abusados sexualmente antes de morir asesinados; alguien debe estarlos matando, cómo para que no hablen ni acusen a nadie, y suponemos nosotros sean entonces los pedófilos pederastas. Pero cómo quiera que nadie acusa de abuso sexual a muchos de éstos pedófilos, entonces esos inmaculados pedófilos se autodenominan “pedófilos virtuosos”: Insólito.

Por tanto, las vivencias pasadas no deberían justificar en modo alguno ni la conducta antisocial ni la conducta criminal de ningún sujeto. La convivencia social exige y requiere que todos los miembros de la sociedad respeten, acaten y cumplan las normas que rigen y regulan esa convivencia social; de incumplirlas, deberían ser segregados a los fines internalicen cuáles son esas normas de convivencia, resocializándolos.

En cuanto a las enseñanzas de Eric Berne y su "Análisis Transaccional": Aprender a conocer y reconocer cuál es la estructura de personalidad de todo individuo y cómo está conformada en su caso en particular, y conociéndolas y reconociéndolas, actuar en consecuencia: Dominar nuestras propias emociones, refrenando nuestra impulsividad, al modo cómo preconizó Sócrates.

En cuanto a la conciencia, haríamos cesar la ambivalencia que implica resolver el dilema entre optar por el libre albedrío o por el determinismo, distrayéndonos de la cuestión a ser resuelta y que sería la atinente al por qué el individuo es responsable de sus actos: El individuo debería responder de sus actos por cuanto la convivencia social requiere ser desarrollada dentro de determinados parámetros que garanticen la coexistencia pacífica de todos los miembros de la sociedad, y sí perturba y altera esas condiciones de paz y orden social necesarios para esa convivencia, entonces será responsable de esa perturbación o alteración del orden social; competerá al Estado restablecer esas condiciones de vida, así cómo aplicar los correctivos y remedios que sean menester. 

De este modo,  nos evitaríamos hasta el enojoso asunto de investigar cómo fue el desarrollo intrauterino de quienes delinquen o se comportan antisocialmente, o de indagar sí existe la reencarnación, por sí acaso se les ocurre a quienes delinquen alegar que delinquieron debido al karma:  Quien incurra en acto criminal o en acto contrario a la convivencia social pacífica, responderá de su acto, ineludiblemente.


En cuanto a la teoría cuántica: Ya entendimos por qué Albert Einstein afirmó que Dios jugaba a los dados; Einstein era adepto a la teoría de la variable escondida, y suponía que entre las probabilidades de la mecánica cuántica, existen aún más variables y ello por cuanto debido al principio de incertidumbre de Heisenberg, jamás podríamos conocer con certeza las propiedades de un sistema a ser medido por cuanto el sistema cambiará incontrolablemente durante el proceso de medición, y sólo podríamos calcular las probabilidades de obtener un resultado u otro: Sí conocemos su ubicación, desconoceremos su velocidad; jamás conoceremos ambos datos. Así ocurre en la física cuántica, y así ocurrirá en el ámbito criminológico si pretendemos extrapolar en nuestro campo propuestas derivadas desde la cuántica: Terminaremos suponiendo que la criminalidad es producto de un fotón proveniente de un universo paralelo al nuestro.


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