La vergüenza y la culpa: vecinas en el cerebro
Marisa Fernández, Neuropsicóloga Senior, Unobrain
Normalmente
es fácil comprender que la memoria o el razonamiento matemático son procesos
que se llevan a cabo en el cerebro, pero con las emociones la cosa es un poco
menos intuitiva… sobre todo porque usamos términos como ‘romper el corazón’ para
hablar de la tristeza o ‘poner la cara colorada’ para referirnos a la
vergüenza.
Y
sin embargo, las emociones tienen un sustrato neural cerebral, que empieza a
discernirse gracias al uso de las técnicas de neuroimagen.
En
un nuevo estudio realizado por Petra Michl y varios colaboradores de la
Universidad Ludwig-Maximilians de Munich, se han empleado las imágenes de
resonancia magnética funcional para intentar localizar las redes cerebrales
responsables de que nos sintamos culpables o avergonzados.
Al
parecer, la vergüenza y la culpa serían vecinas de barrio ‘cerebral’ ya que se
localizan en algunas áreas cercanas aunque también tienen particularidades
anatómicas específicas. Cuando los participantes en el estudio se imaginaron
sintiéndose culpables o avergonzados se activó el lóbulo temporal en ambos
casos.
Dentro
de las áreas temporales, la vergüenza activó el cíngulo anterior y el giro
parahipocampal, mientras que la culpa se reflejó en una mayor actividad del
giro fusiforme y del temporal medio. De forma específica, el sentirse
avergonzado parece que activa también áreas del lóbulo frontal (giros frontales
inferior y medio) mientras que el sentirse culpable se asociaría con la
actividad de la amígdala y la ínsula, partes del sistema límbico.
Además,
al comparar hombres y mujeres encontraron que en el caso de la culpa, ellas
sólo mostraban activación de las áreas temporales mientras que ellos activaron
también algunas zonas frontales, occipitales y la amígdala.
Los
autores concluyen que las áreas temporales, frontales y límbicas del cerebro
podrían tener un papel preponderante en la generación de los sentimientos
morales.
El
cerebro al desnudo. Las redes del cerebro: Estudiando el cerebro con técnicas
de Resonancia Magnética por difusión, científicos estadounidenses han
obtenido una imagen más clara de lo habitual de nuestro órgano pensante que
revela que las grandes rutas cerebrales forman una estructura de redes
ordenadas en tres dimensiones. El resultado permitirá leer las "coordenadas"
el cerebro como quien interpreta un mapa. Las conclusiones se han publicado en
la revista 'Science'.
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El
cerebro al desnudo. Los caminos del cableado cerebral. El cerebro cuenta con
dos tipos de tejido: la materia gris, formada por células nerviosas con
funciones específicas, y la materia blanca, formada por fibras o cables que se
conectan entre sí. La trayectoria de esta maraña “cableado” nervioso resultaba
hasta ahora difícil de analizar. Sin embargo, Van Weeden y sus colegas de la
Escuela Médica de la Universidad de Harvard han demostrado que se
organizan geométricamente de un modo sorprendentemente simple. En concreto, en
los primates las fibras se cruzan de forma ordenada formando redes
rectangulares, con fibras en paralelo y fibras perpendiculares.
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El
cerebro al desnudo. Mallas rectangulares: Las fibras nerviosas se
cruzan de forma ordenada formando redes rectangulares, con fibras en paralelo y
fibras perpendiculares. De este modo dibujan un sistema natural de coordenadas
que permitiría leer el cerebro como quien interpreta un mapa. Los nuevos
datos ayudarán a construir un atlas de conexiones cerebrales para entender
cómo trabaja nuestro órgano pensante.
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El
cerebro al desnudo. Simpleza aparente: La aparente simpleza de la geometría que da forma al cerebro
de los primates es la que ha permitido su evolución y desarrollo, según concluyen
a partir de las nuevas imágenes Van Weeden y sus colegas de la Escuela Médica
de la Universidad de Harvard
en el último número de la revista Science.
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Fuente: http://www.muyinteresante.es/salud/articulo/la-verguenza-y-la-culpa-vecinas-en-el-cerebro-831407742415
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