Vuelve la hostilidad: las raíces de la actitud antigay en Rusia
1 de agosto de 2013
Veinte años después de la despenalización de la homosexualidad,
vuelven leyes que impulsan la homofobia. Sin embargo, la historia no es
un proceso lineal y la percepción de la homosexualidad no siempre ha
sido negativa en Rusia: durante siglos hubo más tolerancia que en otros
lugares de Europa.
Activistas LGTB tratan de realizar una marcha a favor de sus derechos en Moscú. Fuente: RIA Novosti / Alexéi Filoppova |
El pasado 25 de enero Antón
Krasovski, jefe de redacción de Kontr-TV, canal de televisión
respaldado por el Kremlin, se declaró homosexual en una emisión en
vivo: “Soy gay, y soy una persona igual que ustedes, mi querido
público, igual que el presidente Putin, el primer ministro Medvédev
y los legisladores de nuestra Duma”. No encontrarán la grabación
en ningún lugar on line —fue borrada del sitio web de
Kontr-TV, junto con la cuenta corporativa personal de Krasovski y las
páginas sobre él—. Krasovski fue obligado a renunciar tres días
más tarde. En sus propias palabras, a nadie le importó su admisión
de homosexualidad, pero “a todos les llamó la atención la frase
'soy igual”.
Sería hipócrita decir que Krasovski
fue despedido debido a su orientación sexual. Lo que enfureció a
sus jefes fue su afirmación acerca de la igualdad. Gran cantidad de
homosexuales rusos trabajan con éxito en los medios, así como en
otros ámbitos, si bien para muchos admitir su homosexualidad sería
lo último que harían.
En la Rusia contemporánea, los
homosexuales aun son parias sociales—según encuestas realizadas por el Levada Center, en abril de 2013
la población rusa considera la homosexualidad una enfermedad (35 %),
un mal hábito (43 %), mientras que solo un 12 % piensa que la
orientación homosexual es algo normal.
En respuesta a si los derechos
homosexuales debieran ser iguales a aquellos de los heterosexuales,
un 47 % se declaró en contra, mientras que un 39 % se expresó en
favor de la igualdad. Para comprender de dónde viene tal actitud,
hagamos un breve repaso del pasado de la homosexualidad en Rusia.
No siempre ha sido así
En la Rusia antigua, las relaciones
sexuales entre hombres (sodomía) eran repudiadas por la Iglesia, si
bien no con mucha rigidez. Las penitencias no diferían de aquellas
para los pecados de naturaleza viciosa o heterosexual.
Poco frecuentes son las menciones a
amores gais en fuentes medievales, pero existen. Entre los siglos XV
y XVII, los contactos homosexuales masculinos se tornaron más
comunes entre los jóvenes hombres de la nobleza: incluso el zar Iván
IV a sus veinte años había mantenido relaciones con jóvenes de su
mismo sexo muy cercanos de la nobleza, entre quienes se destacó
Fiódor Basmánov.
Los visitantes extranjeros a Rusia
mencionaban en sus memorias que la homosexualidad masculina existía
en todos los niveles de la sociedad y no era considerada un delito,
para sorpresa de los visitantes provenientes de Europa.
La expansión de la homosexualidad
puede adjudicarse a los sacerdotes de la Iglesia ortodoxa rusa, que
no detenían a los jóvenes nobles de finales del siglo xvii
cuando se afeitaban la barba, se maquillaban y usaban perfume. El
historiador S. Soloviev más tarde subrayaría que “en ningún lado
de Oriente u Occidente este pecado era visto con tanta liviandad como
en Rusia".
En 1716 Pedro el Grande introdujo las
primeras sanciones a las relaciones homosexuales en el ejército. La
condena por violación a una persona del mismo sexo eran castigos
corporales y el exilio. Para la nobleza rusa del siglo xviii,
el sexo homosexual no era poco convencional.
En el siglo xix,
de la mano del crecimiento de las relaciones ruso-europeas, el pueblo
ruso supo que en otros países, la homosexualidad con frecuencia era
considerada un delito, lo cual hizo que los rusos comenzasen a
ocultar su comportamiento sexual.
Aun así, la homosexualidad seguía
muy extendida entre los artistas, poetas y funcionarios, incluido el
príncipe A. N. Golitsyn y el conde S. S. Uvarov y era vista con
cierta ironía en lugar de con una verdadera actitud condenatoria.
También resulta de importancia que
la mayoría de los nobles en sus años de juventud habían asistido a
colegios militares privados, en donde la homosexualidad juvenil era
más bien una regla y no la excepción.
En 1832, bajo el imperio de Nicolás
I, se introdujo la primera disposición penal relativa a contactos
homosexuales, cuya pena era el exilio a Siberia. Casi nunca se
utilizó, sin embargo, ya que cualquier caso en que se aplicara dicha
penalidad habría derivado en un escándalo, lo cual era muy poco
deseado por parte de la nobleza.
Hacia finales del siglo, la
legislación homófoba desapareció casi por completo de escena, a
medida que las relaciones del mismo sexo florecían en los círculos
bohemios y en la más alta nobleza, incluida la familia real. Tras la
revolución de 1905 desapareció la censura literaria, por lo que
comenzó a aparecer literatura gay, y los homosexuales pudieron expresar sus sentimientos en la poesía
y prosa.
Un hábito burgués, según los
bolcheviques
Tras la revolución bolchevique y el
establecimiento de la URSS, la lucha contra la homosexualidad se
convirtió en un asunto de Estado. En 1934, se volvió a establecer
la sodomía como delito, ahora con una fuerte sanción, entre cinco y
ocho años de encierro en una colonia penitenciaria.
La homosexualidad fue declarada un
vicio burgués que debía erradicarse por completo, sioguiendo el de
lucha de clases utilizado durante la construcción del Estado
soviético.
Hasta la actualidad las
organizaciones vinculadas a la seguridad del Estado ocultan
información respecto a la cantidad de personas procesadas por
mantener relaciones homosexuales. El investigador estadounidense Dan
Healey afirma que las cifras de 1934 a 1950 están incompletas, y que
faltan datos entre 1951 y 1960.
A partir de 1961, las estadísticas
oficiales informan que aproximadamente 1.000 personas son procesadas
por año en virtud de la cláusula 121 del Código Penal de 1960 de
la URSS, con un pequeño incremento en dicha cifra cada año, lo cual
suma 22.163 personas entre 1961 y 1981. Durante la década de los
años 80, la cantidad de homosexuales procesados disminuyó y, en
1993, se abolió la cláusula 121.
Los prejuicios sociales respecto de
la homosexualidad en la URSS aumentaron de la mano de la persecución
legal. En una sociedad muy ideologizada, donde los niños aprendían
a muy temprana edad los valores comunistas, la homosexualidad se
encontraba completamente prohibida.
Mientras tanto, en las cárceles y
colonias penitenciarias se convirtió en una marca de los marginados,
y la violación homosexual se utilizada con fin de humillar a los
nuevos convictos y a aquellos que quebrantaban las reglas de la
sociedad carcelaria. Fuera de la prisión, los exconvictos estaban
estigmatizados por la sociedad "libre", lo cual condujo a
percibir a los homosexuales como excluidos sociales.
Después de la abolición de la
cláusula 121 en 1993, la situación se tornó algo más clara, y la
opinión pública comenzó a suavizarse. De acuerdo con las
encuestas realizadas por el Levada Center en abril de 1998, un 18 %
de los encuestados consideraban normal la homosexualidad; a partir de
2005, dicha cifra se incrementó a un 20 %.
El mismo año, un sorprendente 51%
(en la Rusia postsoviética) de los encuestados consideró que los
derechos de los homosexuales eran iguales a aquellos de los
heterosexuales. Sin embargo, en los años siguientes, la propaganda
antihomosexual se incrementó, ahora con la ayuda de la Iglesia
ortodoxa rusa, que predica incansablemente en contra de la
homosexualidad y la declara un pecado, al igual que en los tiempos
medievales.
Tal como vimos en este texto, las
medidas antihomosexuales se tomaban en la Rusia de Pedro el Grande,
Nicolás I y Iósif Stalin —líderes autoritarios cuyo objetivo era
minimizar la diversidad social y generar una tolerancia cero a
cualquier tipo de marginación.
Actualmente en Rusia se están
aprobando nuevas disposiciones legales en contra de la propaganda
y el casamiento homosexual, con el apoyo de una retórica homófoba
en los medios de comunicación afines al Gobierno. Por ahora,
persiste la sombra de sanciones penales contra la homosexualidad,
aunque, con el aumento de la tolerancia al movimiento LGBT, en
especial entre las generaciones más jóvenes, esperemos que no
vuelvan a repetirse los sucesos del siglo xx.
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Enlace relacionado: Rusia: Territorio comanche para los gays
Fuente: http://rusiahoy.com/sociedad/2013/07/31/vuelve_la_hostilidad_las_raices_de_la_actitud_antigay_en_rusia_30673.html
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