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viernes, 23 de agosto de 2013

MADRE A LOS CINCO AÑOS DE EDAD: NEFASTO RECORD MUNDIAL





Mamá a los 5

La peruana Lina Medina es la madre más joven de la historia. Su hijo nació por cesárea y sin problemas en 1939. Pobre y olvidada, ella está por cumplir 74 y aún mantiene su historia silenciada.
 
 
 
 
 
 Mariana Nisebe. De la Redacción de Clarín.com
mnisebe@claringlobal.com.ar


     Hace muy pocos días�una noticia conmovió al país�y generó un amplio debate: una nena de 11 años, de Paso de los Libres (Corrientes), está embarazada de 5 meses y "su vida corre alto riesgo", según afirmaron médicos del Hospital San José. Por su lado, la Justicia de Instrucción de esa ciudad inició una investigación para identificar al hombre que abusó de la chiquita. Ahora se suma otro caso en la misma provincia: el de otra chica, también de 11 años, que estaría embarazada de 7 meses y que se encuentra internada en el Hospital Llano de Corrientes por orden judicial. Los casos no hacen más que confirmar las estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación, según las cuales cada año cerca de 3.000 bebés nacen de niñas madres de entre 10 y 14 años en todo el país. Incluso hay madres aún menores. El caso más extremo�sigue siendo�el de la peruana Lina Medina, quien a los 5 años se convirtió en la madre más joven confirmada en la historia de la medicina.

     Nació el 27 de septiembre (o el 23) de 1933 en Antacancha, a 450 kilómetros al este de Lima, la capital de Perú. Su padre, Tiburcio Medina, notó que a la nena (una de sus nueve hijos) le había crecido la panza y ante las supersticiones de sus vecinos (quienes decían que tenía dentro una culebra y culpaban del mal a Apu, el espíritu de los Andes) la llevó con los chamanes de la aldea, a comienzos de abril de 1939, en busca de una cura. Sin embargo, a pesar del sinfín de ritos incas a los que se la sometió, "la culebra" no se iba por lo que el padre, desesperado, decidió caminar con ella durante dos días hasta Pisco, la ciudad más cercana, en busca de un médico "de verdad".

    Allí conocieron al médico ginecólogo Gerardo Lozada, quien exámenes mediante, especulaba con un posible fibroma, un tumor no canceroso formado por músculo y tejido conectivo que se deposita en la pared uterina. Pero la sorpresa fue tan grande, que repitió los análisis varias veces: no era un tumor, sino un bebé de siete meses y medio. El médico llamó enseguida a la policía. Primero se llevaron preso al padre, que fue liberado a los pocos días por falta de pruebas. Luego detuvieron a uno de los hermanos de Lina, que sufría problemas mentales, pero tampoco lograron demostrar su culpabilidad. Hay que aclarar que hasta 1944 no se sospechaba que el ADN fuera la molécula capaz de asegurar la transmisión de los caracteres hereditarios de célula a célula, generación tras generación, lo que hubiera señalado al abusador.

"El hijo del sol"

    Al mismo tiempo que la justicia investigaba el caso, Lozada envió un emisario a Antacancha para que recopilara información. Así se supo que Lina a los dos años y ocho meses tenía pechos, vello púbico y menstruaba, por lo que su mamá la enviaba a lavarse al río. Según los especialistas, un niño tiene una pubertad precoz cuando sus caracteres sexuales secundarios como el vello pubiano y axilar (en ambos sexos), el desarrollo del pene y testículos (en chicos) y el crecimiento de las mamas (en chicas), aparecen antes de los 8 años en las niñas y de los 9 años en los niños. Pueden existir dos causas para el desarrollo de esta enfermedad: una en el cerebro (que deriva en una pubertad precoz central o verdadera) y la otra en los testículos u ovarios (que se llama pseudo pubertad precoz).

    Abocado totalmente a su paciente, el ginecólogo Lozada la llevó a Lima para consultar con otros especialistas. Como la pelvis y el canal de parto de la nena no estaban preparados para dar a luz naturalmente, y el avanzado estado del embarazo lo hacía de altísimo riesgo para ambos, se planificó enseguida una cesárea de la que también participaron el doctor Busalleu (cirujano) y el doctor Colretta (anestesiólogo). Y el 14 de mayo de 1939 nació Gerardo (llamado así en honor al ginecólogo), de 48 centímetros y 2.700 gramos. Era un bebé completamente sano y fuerte. Y, aunque tanto él como su madre estaban bien, permanecieron internados durante 11 meses.

   La increíble historia de Lina fue documentada por Edmundo Escomel, un destacado médico investigador peruano. El 31 de mayo de 1939 publicó el caso en La Presse Medicale junto a una fotografía de la nena embarazada de 7 meses y medio. Su último trabajo sobre el tema tiene fecha del 19 de diciembre de 1939 en el mismo medio, donde comenta que la biopsia de uno de los ovarios realizada durante la cesárea dio como resultado un desarrollo madurativo similar a una mujer adulta. Y declaró que la razón de su pubertad precoz era un desorden hormonal extraordinario originado en la glándula pituitaria.

   También la prensa no especializada habló del tema. El diario limeño El Comercio reseñó así el raro suceso: "Con tan solo cinco años, siete meses y 21 días de edad, Lina Medina acababa de convertirse en la madre más joven reconocida por los anales mundiales de la Medicina. Y así quedó registrado el récord en los libros de la Academia Americana de Obstetricia y Ginecología". Los Angeles Times y The New York Times también dieron a conocer la historia. Además, éste último dio a conocer en 1941 una entrevista con la única psicóloga autorizada a trabajar en el caso: la Licenciada Kosak, quien contó que luego de varios tests, se observó que Lina tenía una inteligencia superior a su edad y que el niño era perfectamente normal, incluso presentaba un mejor desarrollo psicológico en relación a los miembros de su comunidad. Gerardo, que recién se enteró a los diez años que Lina no era su hermana sino su madre, murió a los 40 años de una rara enfermedad en la médula ósea. No se ha establecido que su mal guarde relación con las extraordinarias circunstancias de su nacimiento.

El presente de Lina: entre el silencio y el olvido

   Lina Medina, que se casó a los 33 años con Raúl Jurado, vive en un degradado suburbio de Lima conocido por su peligrosidad como la "Pequeña Chicago" o "Chicago Chico". En 1972, tuvo otro hijo, que actualmente vive en México. Ella nunca aceptó las ofertas económicas que le llegaban para presentarse en público y tampoco recibió ayuda del estado, a pesar de que el presidente de Perú en 1939, Oscar Benavides, había dictado una ley para alzarse con la tutela de la precoz madre y de su hijo bajo la promesa (incumplida) de otorgar a ambos una pensión vitalicia.

   Acosada por la prensa y los médicos, Lina creció en el silencio absoluto. En el 2002, el caso volvió con fuerza a los medios. "Aún estamos a tiempo de reparar el daño que le hizo el Estado condenándola a la miseria", explicó el ginecólogo peruano José Sandoval Paredes, quien contó el caso en su libro "Madre a los 5 años" y acudió al Palacio de Gobierno para recordarles la deuda pendiente. Todavía no hay noticias.

    Lina está por�cumplir 74 años y mantiene su largo silencio, "consecuencia de la reacción de la sociedad limeña frente a una niña que fue madre en la década del '30, cuando la virginidad jugaba un papel importante en la moral", según el neuropsicólogo Artidoro Cáceres. Pero por otro lado, se llegó al extremo de decir que era otra Virgen María. Incluso hoy, en su pueblo natal de Antacancha, los pobladores creen que Gerardo fue "hijo del dios Sol".

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Fuente:  http://edant.clarin.com/diario/2007/09/06/conexiones/t-01492934.htm
Foto: Cortesía de @NoMasPederastas

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