Hay directivos y docentes que niegan la problemática por una cuestión de imagen
Juegos bruscos y bullying, presentes en las escuelas
Especialistas señalan que las instituciones dan soluciones parciales.
Un niño es molestado por sus compañeros |
Natalia Meja |
Hay que abordar las relaciones humanas, los procesos comunicacionales, las capacidades de resolución de conflictos.
Juegos bruscos en las escuelas que muchas veces terminan en los
hospitales. Chicos que sufren hostigamiento, maltrato y hasta son
golpeados por sus pares. Directivos y docentes que niegan la existencia
de bullying por “cuidar la imagen de la institución” o, en el caso
extremo, que condenan a tal o cual estudiante sin un previo análisis
exhaustivo.
Estas son algunas situaciones límites que a diario se observan en las
escuelas argentinas y en las salteñas. En el ultimo año, a nivel local,
se habló bastante de “mediación escolar”, sin embargo, las acciones
contra este problema grave nunca llegan a ser suficientes como el cuento
de nunca acabar.
Lucrecia Miller, presidenta de la Fundación Papis (Proyecto de
Asistencia para una Infancia Segura) señaló que “el ámbito escolar tiene
la percepción que la violencia viene de afuera (familia, sociedad). No
se percibe como generadora de violencia. Carece de una visión sistémica,
esto es tiene una mirada fragmentada del fenómeno, y por ende, las
soluciones que intentan son desarticuladas, parciales, sobre los
efectos, etcétera”.
Además de las miradas fulminantes, empujones o insultos durante el
recreo del colegio o a la salida de clases, en la actualidad los
estudiantes descargan la bronca a través de las redes sociales (como el
facebook) y los mensajes de texto. La escuela ya no puede negar esta
realidad y debería instrumentar nuevas estrategias de convivencia
escolar.
Para Miller, licenciada en Psicología, se considera el hecho violento
pero no los procesos conducentes a la violencia, por lo tanto no
regulan ni reorientan las situaciones que finalmente se expresan como un
estallido.
“No se trabaja sobre los aspectos emocionales por lo cual no se
educan las emociones, considerando, acorde a la política educativa
imperante, que son aspectos que no forman parte de la educación formal”,
señaló la titular de Papis.
Falta capacitación
Lucrecia Miller señaló que “la formación docente carece de formación
en este sentido y tampoco se brinda contención a los docentes que
atraviesan muchas veces el ejercicio de su función en soledad sin
aportes que contemplen los aspectos personales que se ponen en juego en
la función de educar”.
La especialista agregó que “la ausencia de políticas expresas al
respecto hace que no haya planes ni programas en los establecimientos
que sistemáticamente se lleven a cabo en los distintos niveles de
prevención”.
“En nuestra experiencia a los cursos asisten más bien docentes pero
no equipos directivos de modo que cuando las docentes proponen acciones,
los directivos no están alineados en esta visión y los desestiman o no
apoyan”.
¿Qué hacer?
El fenómeno de la violencia requiere que se establezcan en todos los
niveles y en todo el ámbito educativo, programas basados en una mirada
holística, con enfoque sistémico y pensamiento estratégico integrados a
la currícula.
Hay que abordar las relaciones humanas, los procesos
comunicacionales, las capacidades de resolución de conflictos, el
aprendizaje de estilos asertivos sustentados en habilidades de
negociación. Se debe trabajar para fortalecer la persona del docente,
hacer introspección que la escuela forma parte de un sistema que debe
involucrarse activamente y trabajar sobre modalidades que pueden ser
generadoras de violencia.
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Fuente: http://www.eltribuno.info/salta/278210-Juegos-bruscos-y-bullying-presentes-en-las-escuelas-.note.aspx
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