Los psiquiatras se suman a la abolición del DSM y el CIE y apoyan el modelo de rehabilitación en salud mental
Un amplio grupo de psiquiatras,
liderados por el doctor S. Timimi, han enviado una petición formal al
Colegio de Psiquiatras de Reino Unido en la que solicitan la abolición de los sistemas de clasificación diagnóstica, CIE y DSM. La petición se ha acompañado de una campaña de recogida de firmas en la plataforma Change.org,
que, en el momento de redactar este artículo, contaba con el apoyo de
más de 1.000 firmantes en tan sólo dos días tras su lanzamiento. En
declaraciones a los medios, S. Timimi ha afirmado que: “El proyecto del DSM no se puede justificar, ni en sus principios teóricos ni en la práctica. Tiene que ser abandonado para que podamos encontrar formas más humanas y eficaces de responder a la angustia mental”.
En el comunicado, titulado “No más etiquetas diagnósticas” (No more psychiatric labels),
realizan una revisión exhaustiva de los motivos y de la evidencia
científica en la que sustentan esta posición, estableciendo las
siguientes conclusiones:
|
|||
El escrito, supone una declaración sin tapujos, de lo
que estos psiquiatras consideran acerca del quehacer de su trabajo y
del futuro de la salud mental. “La psiquiatría se encuentra atrapada en un callejón sin salida”, aseguran
en la introducción al texto. La recopilación de estudios científicos
sobre epidemiología, las investigaciones transculturales y los ensayos
clínicos de eficacia del tratamiento “ponen de relieve hasta qué
punto los datos son inconsistentes con el modelo médico dominante,
basado en diagnósticos, y considerado como el paradigma organizativo de
la práctica clínica”. “El uso continuado de los sistemas de
clasificación diagnóstica para la realización de la investigación, la
formación, la evaluación y el tratamiento de las personas con problemas
de salud mental es incompatible con un enfoque basado en la evidencia,
capaz de mejorar los resultados”. Por tanto, “ha llegado el
momento de facilitar que la teoría y la práctica en salud mental superen
este estancamiento, eliminando los sistemas de clasificación
diagnóstica CIE y DSM”.
En relación con la etiología de los trastornos mentales, el comunicado señala que “el fracaso de la investigación científica básica para revelar cualquier disfunción biológica específica
o cualquier marcador fisiológico o psicológico que sirva para
identificar un determinado diagnóstico psiquiátrico es sobradamente
reconocido”. “La única excepción importante a la falta de apoyo sobre la
etiología de un diagnóstico es el trastorno por estrés postraumático,
que atribuye los síntomas al resultado directo de un trauma”. Además, “existe un amplio cuerpo de evidencia que vincula los episodios psiquiátricos, considerados como más graves, como las alucinaciones auditivas y la psicosis, a situaciones de trauma y abuso, incluyendo el abuso sexual, el físico y el racial, la pobreza, el abandono y el estigma”. Por este motivo, “es
importante tratar de comprender las experiencias psicóticas dentro del
contexto de la historia de vida de la persona. No hacerlo puede resultar
perjudicial porque empaña y añade confusión acerca de los orígenes de
las experiencias y conductas problemáticas, teniendo la posibilidad de
ser entendidas”.
Los autores del texto se muestran preocupados ante la
falta de validez de los sistemas de clasificación diagnóstica y
manifiestan que “el hecho de que la investigación científica básica
no haya podido establecer ningún marcador biológico específico para
ningún diagnóstico psiquiátrico, pone de manifiesto que los sistemas de
clasificación actuales no comparten el mismo valor científico para
pertenecer a las ciencias biológicas que el resto de la medicina”. Sin embargo, afirma el comunicado, “nuestra
incapacidad para encontrar correlatos biológicos no debe ser vista como
una debilidad. En lugar de empeñarnos en mantener un línea de
investigación científica y clínicamente inútil, debemos entender este
fracaso como una oportunidad para revisar el paradigma dominante en
salud mental y desarrollar otro que se adapte mejor a la evidencia”.
A este respecto, el documento recoge los estudios y meta-análisis que avalan la eficacia de determinadas intervenciones psicológicas, así como las investigaciones sobre el efecto placebo asociado a los psicofármacos,
afirmando que el modelo biologicista en enfermedad mental está
obsoleto. El desequilibrio bioquímico en el que se basa el tratamiento
farmacológico en salud mental, “no se ha podido demostrar”, según señala.
Asimismo, detallan los graves perjuicios que puede suponer para las personas ser tratadas bajo la perspectiva biológica
(la estigmatización, la falta de búsqueda de las verdaderas causas del
problema, la confianza ciega en la medicación…), así como los riesgos y la falta de eficacia del tratamiento farmacológico, citando
las investigaciones, incluso realizadas por la Organización Mundial de
la Salud, que evidencian, al comparar transculturalmente poblaciones de
personas con trastorno mental que no habían recibido ningún tratamiento
farmacológico con personas con trastorno mental que sí lo habían
recibido, que “los pacientes con trastorno mental, fuera de EE.UU. y
Europa, presentan unas tasas de recaída significativamente más bajas y
son significativamente más propensos a alcanzar una plena recuperación y
menor grado de deterioro a largo plazo, aunque la mayoría haya tenido
un acceso limitado o nulo a medicación antipsicótica”.
“En resumen, parece que actualmente contamos con una evidencia sustancial que muestra que el
diagnóstico en salud mental, como cualquier otro enfoque basado en la
enfermedad, puede estar contribuyendo a empeorar el pronóstico de las personas diagnosticadas, más que a mejorarlo”, señala el documento. “Por lo tanto, la
única conclusión basada en la evidencia que se puede extraer es que los
sistemas psiquiátricos diagnósticos formales, como el DSM y el CIE,
deberían abolirse”.
Como alternativa, el grupo de psiquiatras que ha elaborado el documento, propone la implantación de nuevos paradigmas, basados en la evidencia, “que pueden ser desarrollados e implementados fácilmente”, e
instan a la colaboración y el debate conjunto con otros profesionales
de la psicología, sociología, filosofía, medicina, etc. Concluyen su
comunicado, enumerando los siguientes “buenos puntos de partida”, tanto en la búsqueda de factores causales como en la realización de la práctica clínica:
|
En definitiva, el texto supone un reconocimiento formal de las aportaciones y de la eficacia de las intervenciones psicológicas,
así como del paradigma biopsicosocial y del enfoque basado en la
rehabilitación, que defiende esta rama de la ciencia. Lo insólito del
documento, es que es un hito que esta afirmación esté siendo avalada por
un grupo de psiquiatras, comprometidos con su profesión y preocupados
por mejorar la atención que se presta en salud mental.
________
Fuente: http://www.infocop.es/view_article.asp?id=4586&cat=44
No hay comentarios :
Publicar un comentario