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viernes, 15 de agosto de 2014

Venezuela: Rompecabezas de los descuartizados


10 en uno: El rompecabezas de los descuartizados


12/08/2014



 Rompecabeza
Ronna Rísquez
12/08/2014

Ni carteles de la droga ni asesinos en serie están detrás de los homicidios de las tres personas que fueron descuartizadas en Caracas en menos de un mes. Para tranquilidad de muchos “el único homicida psicópata conocido en Venezuela hasta ahora es Dorángel Vargas, “El Comegente”, explica Freddy Crespo, criminólogo y profesor de la ULA.
Las personas que descuartizaron al comerciante portugués José Enrique Maia Sardinha (localizado en la avenida San Martín), a Simón Antonio Perdomo Salazar (hallado en maletas en Bello Monte) y a Jesenia Patricia Mujica González (encontrada en el centro y distribuidor Baralt), serían gente común, del entorno laboral o íntimo de las víctima, que para resolver un conflicto recurren a la forma más común de socializar de los venezolanos: la violencia y la llevan al extremo con el homicidio.

             homicidio


Claves de un crimen inusual:
 1. Que no se identifique el cadáver. Al desmembrar a la persona asesinada se dificulta su identificación. La intención del homicida es ocultar la identidad de la víctima y desaparecerla. “Es más fácil de esconder un cuerpo desmembrado o quemado, por eso lo hacen”, analiza el criminólogo Crespo. El comisario Luis Godoy, ex jefe de la División contra Homicidios de la antigua PTJ y ex director de Polichacao y Polibaruta, señala que hay dos vías para la identificación de cadáveres: la rutinaria, que consiste en la obtención de información por dactiloscopia (huellas) y es muy rápida. En caso de desmembramiento, cuando faltan las manos, se recurre a la identificación no rutinaria; en esta se evalúan la dentadura y otras características particulares de la víctima como una fractura vieja, una cicatriz, la sustracción de un órgano, el ADN (prueba que puede demorar hasta un año en Venezuela), entre otros.
2. El homicida busca impunidad. Al no haber identificación se dificulta el esclarecimiento del homicidio. Esto rompe una ecuación clave en la investigación criminal: la relación víctima, victimario y arma homicida. Esa pudo haber sido la motivación de Christian Alejandro Ordóñez, presunto homicida de Simón Antonio Perdomo (22 años), el hombre hallado dentro de unas maletas en Bello Monte el 22 de julio. Luego de cometer el crimen, Ordoñez colocó los restos de su compañero de apartamento en unas maletas y las llevó en un taxi hasta el lugar donde las abandonó, luego huyó y no ha sido capturado.
3. Venganza de carteles de la droga. En este caso, el asesino lo que quiere es enviar un mensaje con el descuartizamiento. “Le dicen a su entorno cercano: ‘me tumbo una droga y lo desmembré. Soy malo y si me haces algo similar te puede pasar lo mismo’. En este caso dejan los restos de la víctima en un sitio localizable y que permita su identificación”, añade el comisario Godoy. En México, donde la guerra del narco domina la violencia, el descuartizamiento es la forma de venganza común entre los carteles. Generalmente junto a los restos de las víctimas dejan mensajes y suelen grabar y publicar en internet los videos del desmembramiento. En 2012, por ejemplo, Los Zetas lanzaron a las calles los cuerpos descuartizados de 49 personas.
4. Práctica extendida en Venezuela por la diversificación y aumento del delito. En el país el descuartizamiento no es una acción exclusiva de los grupos dedicados al tráfico de drogas. También lo hacen las bandas de ladrones de vehículos, secuestradores, pranes (máxima autoridad) de las cárceles y delincuentes que se han organizado en otros niveles. “Incluso las mafias de corrupción del gobierno”, advierte Godoy. En el caso del comerciante portugués José Enrique Maia Sardinha (38 años),los homicidas dejaron la cabeza y las manos en la avenida San Martín lo que permitió la rápida identificación de la víctima. El hombre habría sido secuestrado y asesinado por un grupo delictivo que tenía vinculación con algunos de sus empleados. Se maneja la venganza como una hipótesis. Aunque hay 4 personas identificadas, todavía no han sido detenidos.
5. Motivos pasionales o personales. El victimario no está habituado a la delincuencia, no es un delincuente. “Se trata de personas comunes que tienen un conflicto particular con la pareja o el jefe, y eso degenera en una reacción que es el homicidio. Lo que dice que el deterioro social es mayor es el descuartizamiento y la forma de esconder el cadáver. El victimario asume actitudes psicopáticas, sin ser un psicópata”, precisa Fredy Crespo, quien recuerda que el único asesino psicópata que se ha conocido en Venezuela es “El Comegente”.
6. Estos crímenes son una manifestación sociopática. “La conducta del victimario es reflejo o producto del entorno de ese individuo, de la sociedad. Lo mató porque sabe que nos hemos socializado en forma violenta. Aunque su característica moral no es matar, sí es socialmente su condición por todas las situaciones que se dan en Venezuela”, explicó el criminólogo, quien resalta un punto dramático: las generaciones que hoy tienen entre 15 y 24 años de edad crecieron socializando en este desorden.
7. Se rompió el termómetro de la violencia. Estos homicidios demuestran que es tan alto el nivel de violencia que hay en Venezuela que asesinar, descuartizar y esconder un cadáver se utiliza para resolver un conflicto de la rutina diaria. Crespo hace una comparación para mostrar el grado descomposición social: “en una sociedad normal, con cosas malas y extraordinarias, lo habitual es que prevalezca lo bueno. Hay altos índices de punibilidad y alta eficiencia de las organizaciones de seguridad. Cuando hay un conflicto personal el homicidio termina siendo lo último en una escala de acciones. Lo usual es que el conflicto termine con discusión. Cuando llega a un homicidio este es tan racional que no se recurre al descuartizamiento sino que el victimario deja el cuerpo en el sitio y huye. Cuando se invierten esas variables por descomposición e impunidad, el homicidio termina siendo un recurso al que se llega por una razón mucho menor. El victimario mata porque lo miran feo, por ejemplo”,
8. No hay justicia y la gente lo sabe (impunidad). “La delincuencia está más violenta porque las piezas que componen la maquinaria del sistema de justicia están fallando (fiscalía, policías municipales, policías estatales, tribunales, prisiones). Los delincuentes saben que hay impunidad y saben que la justicia está en minusvalía”, resume Godoy.
9. Crímenes inusuales. Un descuartizamiento es un delito poco común en una ciudad como Caracas donde 90% de los homicidios se comenten con armas de fuego (según cita el abogado y criminólogo Luis Gerardo Gabaldón en el documento El desarme en Venezuela: rol de las organizaciones sociales, en junio de 2013). Por otra parte, generalmente los sitios de liberación de los cadáveres son lugares apartados de la ciudad, como Parque Caiza, por ejemplo. Estos asesinatos no responden a esos patrones.

DATOS
-     La víctima más reciente fue Jesenia Patricia Mújica, de 20 años de edad. El torso de la joven fue localizado el domingo 10 de agosto en la mañana en las esquinas de Maderero a Puente Nuevo, en el centro de Caracas. En la noche, guardaparques del Ávila hallaron los brazos y piernas de la víctima en el distribuidor Baralt, cerca de la Cota Mil.
-     Este año han sido localizadas 14 personas descuartizadas en Venezuela (*).
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*) La cifra asciende a 15, con hallazgo de cadáver decapitado en Apure, San Fernando, noticia publicada en fecha 15-08-2014: Además, extrajeron órganos al cadáver, el corazón. 
Fuente: http://runrun.es/impacto/145698/10-en-uno-el-rompecabeza-de-los-descuartizados.html

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