Wilmito habla del asesinato del novio de Rosita
El pran afirma que solo el gobierno puede decirle al mundo lo que pasa en las cárceles
Rainier Márquez Lisil @rainiermarquez
agosto 17, 2014
Tras el asesinato de Luidig Ochoa,
creador de la caricatura “Cárcel o Infierno”, difundida por las redes
sociales, así como de la producción audiovisual “Somos Ladrones”, el
pran Wilmer Brizuela conversó con este semanario acerca de este hecho y
de la ley del silencio que existe entre los privados de libertad.
Wilmer Brizuela, alias Wilmito, era el
pran de Vista Hermosa en Ciudad Bolívar, lugar donde mantuvo el control
durante el tiempo de su reclusión y de donde se escapó para ser
reingresado. En marzo de este año fue trasladado al área de Mínima
Seguridad de la cárcel de Tocuyito, en el estado Carabobo. Brizuela
expresó su opinión acerca del asesinato de Luidig Ochoa, novio de la
actriz Jimena Araya y creador de la caricatura difundida en las redes
sociales que lleva por nombre “Cárcel o Infierno”, así como de la
producción “Somos Ladrones”.
Ochoa, alias “Care Muerto” fue asesinado
el sábado 9 de agosto a pocos metros de su residencia en la calle
Independencia en Maracay, estado Aragua. Ochoa era expresidiario de la
cárcel de Tocorón, y al salir se dedicó a la ilustración gráfica de
caricaturas y a la producción audiovisual.
Según información suministrada por el
CICPC, Ochoa salió de su residencia en su motocicleta y fue interceptado
por un sujeto que portaba un arma de fuego. Ochoa entregó la
motocicleta donde se trasladaba y el sujeto le propinó varios disparos
que acabaron con su vida.
Brizuela, al conocer el fallecimiento de Ochoa, reaccionó publicando en las redes sociales un mensaje que rezaba: “Ahora quien le informa todo al gobierno
por medio de caricaturas y videos le llaman actor de cine. Se acabó la
echadera de paja que tenía con el gobierno diciéndole qué pasaba o no en
las cárceles”, reza el mensaje.
Brizuela finalizó la misiva: “No nos alegramos, pero tampoco nos entristece. A lo malo, malo y a lo bueno, bueno”.
Ante estas declaraciones, en una
entrevista exclusiva, este semanario recogió las declaraciones de
Wilmito acerca de este hecho y sus palabras acerca de la ley del
silencio que existe entre los privados de libertad.
-El país supo acerca de la muerte de Luidig Ochoa ¿qué opinión tiene Wilmer Brizuela acerca de este hecho?
Yo, como mucha gente, me enteré de la
muerte del muchacho a través de las redes sociales. Sobre el comentario
que hice y que se publicó en los medios de comunicación, aclaro que
nosotros los internos tenemos un código. Es una moral, una
responsabilidad que tenemos sobre aquello que no se le puede decir al
país o al gobierno, por ejemplo, qué se hace en las cárceles y qué no.
Ese es uno de los motivos por lo que en muchas cárceles del país
estábamos descontentos con Ochoa, porque por medio de la caricatura,
entrevistas y películas que él sacaba al público se mostraba lo que
sucede y lo que se vive en las cárceles. Ningún interno tiene que hablar
acerca de lo que ve. Ahora, si el mismo gobierno saca lo que le
conviene pues estamos de acuerdo, es el Estado el que está sacando lo
que le conviene o no, es como que alguien diga lo que hace en la
intimidad de su casa. Por eso me expresé, no tenía nada en contra de
Ochoa, pero a medida que salieron las caricaturas se fue “malponiendo” a
los penales, porque hay cosas que pasarían y cosas que no pasarían, por
eso hice mi comentario.
-¿Mostrar lo que sucede en las cárceles va contra el código interno? ¿Está vetado hablar acerca de lo que se ve en la cárcel?
Eso no lo inventamos nosotros. Muchos
nos ven como líderes negativos, para nadie nosotros somos líderes
positivos. Yo creo que siempre va a existir lo negativo hacia nosotros.
“La moral” y las reglas de la cárcel no la inventamos nosotros, eso ha
sucedido desde que las cárceles existen; siempre ha existido esa
seriedad entre los privados de libertad, de no estar difundiendo, ni
estar diciendo lo que pasa en las cárceles. Hay un dicho entre los
privados de libertad: “lo que pasa en la cárcel se queda en la cárcel”, y
es por eso que esa clase de comentarios y de caricaturas, como las de
Ochoa, nosotros los internos y yo, no como líder, ni como pran, como
muchos me dicen, sino como privado de libertad, creemos que no se ve
bien. Quien ha sido privado de libertad no puede estar diciendo lo que
pasa en las cárceles. De eso se encarga el gobierno, de averiguar y
decirle al mundo qué es lo que pasa en las cárceles, o no.
-Pero se comenta que las caricaturas
eran para sensibilizar a la gente y para que los jóvenes no cayeran en
la delincuencia, porque mostraban la realidad de lo que sucedía en las
cárceles.
-Mucha gente puede pensar que era para
sensibilizar, pero yo pienso que eso no es así. ¿Cómo vas a sensibilizar
a tu hijo poniéndole una caricatura donde una persona le da un tiro en
la cabeza a otra? Yo pienso que eso no sensibiliza a los jóvenes, a
nadie. La sensibilidad es sacar una caricatura donde se muestre a un
hombre pensante.
-Usted dijo: “Se acabó la echadera de
paja que tenía con el gobierno diciéndole qué pasaba o no en las
cárceles” ¿Cómo las caricaturas de Luidig Ochoa pueden informar al
gobierno de lo que sucede? ¿Es que acaso el gobierno no sabe de la
realidad de las cárceles?
-Claro que el gobierno lo sabe. Todos lo
sabemos, pero tenemos que estar muy claros en que nada es perfecto en
el mundo y mucho menos en las cárceles, donde muchos hemos tenido
problemas de conducta y mentalidades diferentes. Pero las referencias
sobre las cárceles las tiene que dar el gobierno, ese es mi punto de
vista y lo que hemos aprendido en estas cuatro paredes. Así nosotros
queramos decir que el mundo es negro no podemos, porque es una
responsabilidad y una seriedad que tenemos dentro de las cárceles, pero
está bien que el gobierno diga dónde hay fallas y dónde no. Por eso
comenté que se había acabado la echadera de paja, porque una persona se
encargaba de decir lo que pasaba. Nunca nadie ha sacado una caricatura
donde se vea que en las cárceles también hay talento deportivo,
cultural, musical. Siempre he criticado que muchas redes sociales se
encargan de sacar solo lo malo. Por eso hice ese comentario, porque no
deberíamos difundir lo que pasa y tampoco se debe nombrar a personas en
las caricaturas. Yo no puedo nombrar en una entrevista a alguien sin que
esa persona me dé la autorización para nombrarlo, y esas caricaturas
generaron molestia, crearon odio, descontento con él, porque no tenía
que hacer eso. Una caricatura de violencia no sensibiliza a nadie, lo
digo por experiencia y por lo que he vivido, por lo que he visto en las
cárceles en mis 13 años preso. No podemos hablar de algo negativo hacia
la calle, no podemos decir que aquí sucede esto o lo otro, ni trasmitir
lo negativo a la sociedad, porque nosotros, al salir de la cárcel, vamos
a la sociedad. Si transmitimos lo negativo ¿cómo la sociedad nos va a
ver? Si aun cuando uno sale en libertad lo tildan como el peor
terrorista del mundo, imagínate si uno cuenta las cosas que pasan. Sin
embargo, las cárceles han cambiado entre un 85% o 95%. En la mayoría de
las cárceles ahora hay otra mentalidad, otros principios, de cómo
sobrevivir haciendo cultura, haciendo deporte y eso ha ampliado la
mentalidad de los privados de libertad en el país.
-¿Qué significa “No nos alegramos pero tampoco nos entristece, pero a lo malo, malo y a lo bueno, bueno”?
Eso significa que el que hace lo bueno
es bueno, y el que hace lo malo le va mal. Con lo de que “no nos
entristece y no nos contentamos” quiero decir que estamos imparciales
frente al hecho.
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Fuente: http://www.6topoderweb.com/2014/08/17/wilmito-ningun-interno-puede-hablar-de-lo-que-ve-en-la-carcel/
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