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miércoles, 9 de octubre de 2013

Pedófilo implacable dejo terribles secuelas


Policiales ARCHIVO DEL CRIMEN/ EEUU 1980

Un pedófilo implacable que dejó terribles secuelas

06.10.13 Por Carmen Petrini, El Tribuno 

Steven y Timmy, en la foto que recorrió el mundo.
Steven y Timmy, en la foto que recorrió el mundo.

 

El uno de marzo de 1980, Steven Stayner (15), un chico que había sido secuestrado por un pedófilo siete años atrás, decidió levantar de la cama a Timmy White, de 5 años, quien había corrido su misma suerte y ambos huyeron de la casa del depravadado Eugene Parnell aprovechando la oscuridad de la noche.

Ambas víctimas, rubios y flacuchentos corrieron asustados por las calles de Ukiah, California, escapando del horror al que habían sido sometidos.

Timmy y Steven. Tim fue una de las personas que llevó el féretro de Steven.
                             
Un patrullero policial los vio y los oficiales advirtieron que algo no andaba bien con ellos. Se detuvieron, cruzaron algunas palabras y los llevaron a la comisaría.

En ese preciso momento, terminaba el suplicio que durante 7 años había vivido Steven y las semanas de torturas soportadas por el pequeño Timmy.

El adolescente había sido intensamente buscado por sus padres, quienes, por ello mismo, habían descuidado, de alguna manera, a sus otros hijos. Entre ellos a su hermano mayor, Cary, quien saltó a la fama cuando en 1980, asesinó a cuatro mujeres, dos adultas y dos niñas, una de ellas Silvina Pelosso, de nacionalidad argentina, en el Parque Nacional Yosemite. A todas las ultimó solo para sentir la sensación de matar. Hoy, Cary, condenado a muerte, espera en el mítico penal de San Quintín, que se cumpla la pena.
Steven tiene una estatua en su pueblo que rememora el rescate de Timmy... Cary es un asesino serial...

Eugene Parnell y su abogada defensora durante el juicio que lo condenó a 25 años de prisión
                          

El fin del calvario
Cuando los policías entrevistaron a los niños descubrieron un escenario de horror que ni siquiera sospechaban. De hecho, cuando los detuvieron pensaban que eran dos chicos traviesos y la finalidad de su acción era devolverlos a sus padres. Sin embargo, al hablar con Steven, este narró los siete años de terror que había vivido.

Steven Stayner, había sido secuestrado por Ervin Edward Murphy, el 4 de diciembre de 1972 desde la puerta de su escuela. Tenía 7 años. Pero Murphy, en realidad era solo un cazabobos utilizado por Eugene Parnell, un pederasta sádico e implacable.

Murphy, era un tipo simple, amable y hasta ingenuo del que nadie desconfiaría. Por eso le fue tan fácil acercarse a Steven y comenzar a hablar con él. Con engaños relacionados a la religión, terminó conversando animadamente con el niño y le ofreció acompañarlo a su casa. De pronto se paró un automóvil Buick blanco manejado por Parnell, Murphy lo invitó a subir, el pequeño, confiado por la reciente amistad establecida, no dudó en hacerlo.

Pero el destino no fue su vivienda, sino la del delincuente sexual Parnell, en una zona denominada Valle de Catheys muy cercana a donde vivían los abuelos maternos de Steven.

La mañana posterior a su secuestro Parnell lo violó y nunca más dejó de hacerlo hasta la noche que huyó.

La mentira
El raptor cambió el nombre a Steven, desde ese momento se llamaría Dennis Gregory Parnell y lo convenció de que sus padres se lo habían entregado a él, para que lo “criara de manera religiosa”. Lo inscribió en una nueva escuela, como si fuera su hijo y nadie sospechó nada.

Parnell se movía de manera constante por diferentes ciudades de California. Para ganarse la voluntad de su víctima le daba ciertas libertades, por ejemplo lo dejó beber a una edad muy temprana y le permitía salir con libertad.

Steven estaba convencido de los dichos de su captor, quien había logrado meterle en su cabeza que sus “padres no lo querían”. Además no pensó en fugarse porque no tenía a donde irse.

El disparador
Cuando Steven tenía 15 años, Parnell ya no era el mismo con él. No lo acosaba sexualmente como antes porque ya no le interesaba, le resultaba demasiado grande. Y por ese motivo, tomó la decisión de buscar a otro niño que lo reemplazara. Fue así que con la ayuda de otro sujeto, el 14 de febrero de 1980, secuestró a Timmy White, quien tenía solo 5 años y a quien empezó a violar de inmediato. En ese momento y al escuchar los gritos desgarradores del pequeño, Steven tuvo presente su propio calvario y decidió salvarlo huyendo con él.


El pequeño Timmy White junto a su madre.
                           
La pena
Cuando Steven contó la historia que había vivido, las autoridades detuvieron a Parnell, descubriendo que el sujeto tenía un largo prontuario como abusador de menores aunque permanecía en libertad porque jamás sus víctimas o los parientes de estas, habían suscripto denuncias concretas por temor a la vergenza social.

Para acusar a Parnell, Steven debía contar lo que él había vivido, pero lo hizo parcialmente y el hombre fue procesado por secuestro y no por pedofilia, de modo que solo recibió una condena leve que le permitió salir en libertad en menos de dos años.

Recién en 2004, cuando tenía 71 años y estaba muy enfermo, fue condenado a 25 años de prisión por haber intentado “comprar” a un pequeño de cuatro años para sodomizarlo. Los investigadores se enteraron de los planes de Parnell por la denuncia de un enfermero a quien le había “encargado la mercadería”. Le pusieron una trampa y de ese modo lograron, junto a otras pruebas como una abundante pornografía y las declaraciones de Timmy White, quien ya era un adulto, a juzgarlo por un crimen de magnitud. Parnell murió en la cárcel en 2008 por causas naturales.

 Steven: un joven  héroe rebelde
Steven se reencontró con sus padres y sus cuatro hermanos, tres mujeres y un varón. Fue un boom en la prensa y se transformó en un héroe. Sin embargo las cosas no salieron bien para el muchacho. Se casó en 1985 y tuvo dos hijas. Se unió a la iglesia mormona y trató de seguir una vida normal, pero no fue fácil. Estaba bajo la celosa mirada de la sociedad de manera permanente, eso lo hizo rebelde, hosco, problemático y propietario de una audacia suicida. Finalmente murió en un accidente de moto, el 16 de septiembre de 1989. A su funeral asistió Timmy White, que por esos momentos tenía 14 años y quien, con el paso de los años, se convirtió en sheriff de Los Ángeles. Su destino también fue cruel: dejó de existir el 1 de abril de 2010, a los 35 años, de una embolia pulmonar . Dejó una esposa y dos niños pequeños.

Steven Stayner a los 23 años.
                                

Un periódico de la época anuncia la muerte de Steven. Aquí se lo ve con su familia.
                               

El hermano, asesino serial
La contracara de Steven fue su hermano mayor, Cary que pasó a un segundo plano en su familia cuando él fue secuestrado. Durante los siete años que estuvo desaparecido, fue buscado intensamente y el otro varón fue ignorado. La psiquis de Cary se desestablizó. En febrero de 1999 asesinó a cuatro mujeres, Carole Carrington su hija Judy, Silvina Pelosso, una cordobesa de paseo con ellas en EEUU y a una guardaparques. Fue condenado a muerte.


Cary Stayner, que se convertiría en asesino serial después 10 años de la muerte de su hermano
                                 

Estatua de los dos niños que homenajea a Steven.
Estatua de los dos niños que homenajea a Steven.

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Fuente: http://www.eltribuno.info/salta/329991-Un-pedofilo-implacable-que-dejo-terribles-secuelas.note.aspx

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